La tarde va pasando.
Pasa.
Y el destino de la tarde me lleva en su magia a Neruda.
Puedo escribir los versos mas tristes....
Recuerdos míos de un tiempo donde la poesía era el sentido de mi osadía, de mi pudor a amar, de mi pobre talento y del recuerdo tuyo pues ya entonces te recordaba y ahora te intuyo y tiemblo como un niño que da su primer beso.
Extraña historia para un monje travieso.
Te amo
Se que me amas
Miguel
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