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Miguel Mochales

Miguel Mochales

jueves, 28 de mayo de 2020

6

Solamente los niños dicen la verdad.
Por eso cuando yo era niño le conté al adulto mío cómo era amar de verdad.
Gentil, cortés, pasional, sagrado.

Poder estar a la altura de ese amor dependía de poner a tu amada en el lugar dónde debería estar más allá de todos los ataques de hormonas, de volverte convencional, de los celos injustificados, de las pasiones mórbidas sin alma...

Nada de eso lo podía manchar.
Nada.

Y así hoy recuerdo al niño que escribía poemas y los rompía porque te añoraba.
Recuerdo cada verso, cada palabra.
Bendita poesía que me permitió saber cómo hablarte.

Ahora sólo soy un hombre con un niño dentro que viene a buscarte.
Buscarte a ti, mi pequeñaja.
Encontrarte al fin.

sábado, 2 de mayo de 2020

5

Hay veces.
La vida se compone de esas veces.
Sólo estando en la perfección ves todo perfecto.
Y entonces entiendes y eres uno con la creación.  
Pero hay algo más.
A su lado.
Al lado de mi pequeñaja conoces y entiendes la recreación.

Existen dos cosas. Renuncia y recreación.

Renuncia te lleva a nombrar todo de nuevo. Re-nuncio. Al principio hablas normal, pero al renunciar todo es más profundo. Las palabras están en la garganta y en otro tono, pues todo viene de tu Sabdha o sonido sagrado. El nombre de las cosas desde tu alma a su alma.

La otra es recreación, de recreo. Primero creo en su dios interior y luego cuando ves a dios en todo es la recreación pura de la vida.

...,no le busques sentido no lo tiene. O no. MMMZ