El dinero no es la medida de la economía.
Llamamos economía a un estado de consciencia donde el dinero es solo tiempo acumulado.
Es la consciencia la que permite que ese dinero se multiplique. Aunque, en realidad, lo que se multiplica son las habilidades de la economía: confianza, seguridad, fiabilidad, origen y compleción.
Antiguamente, los tratos se sellaban con un apretón de manos, un gesto donde se medía la fuerza interior y la consciencia de quien pactaba. Hoy, esa consciencia intangible se vuelve medible en el momento en que, dentro de una organización, se comprueba hasta qué nivel ha sido expandida.