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Miguel Mochales

Miguel Mochales

domingo, 10 de noviembre de 2013

El deseo no se puede medir.

Tan sólo se puede vibrar. 

Como vibra la eternidad cuando baja del cielo y se llama ángel a un pensamiento que va cogiendo cuerpo. 

Así, el pensamiento desciende y se densifica en una emoción.

Y la emoción muere en el vacío y desde ese vacío, de nuevo comienza la ecuación. 

Dios sonríe tu alma en ternura 



...no le busques sentido, no lo tiene, o no. Miguel Mochales, maestro ZEN



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