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Miguel Mochales

Miguel Mochales

jueves, 26 de octubre de 2017

Alcorcón un día fue verde y yo vendía cigalas

El principal cambio en toda la línea de consciencia. Aquello que te puede marcar un antes un después y un posterior.  Eso que denomino la gran diferencia en ese concepto y en este lugar necesariamente estoy hablando de la sublimación de tu cerebro limbico  en una especie de entorno mágico qué denominamos el proceso místico del ser humano.

todo esto sucede más allá de ti y sucede en una parte de tu cerebro que le encanta ese tipo de historias por favor escucha lo que te digo una cosa es lo que entiendes y comprendes y otra absolutamente diferente es aquello que te mueve a liarla más allá de ti.  

Estamos hechos así.  Por eso te toca congraciar estos mundos para que todo sea uno la vivencia del sueño de la pasión de la gesta épica en el entorno diario pesado del día día por eso vas a tener que despertar niño aprender a jugar más que nunca por eso no por ninguna cosa El momento necesario de descubrir como funcionas para que desde ahí puedas ganar.  Y ganar solamente te lleva a soñar en libertad, y ganar solo te produce tener en tus manos las riendas de la pasión de tu vida, y ganar solo va hacer que qué seas capaz de temblar con aquello que haces para sentirte vivo. 

Y es está toda la gran noticia y es está toda la buena nueva.

Jamás el silencio fue tan bello.Jamás fue la verdad tan bella. Jamás pudo la mirada llegar tan lejos. Jamás pudo la ilusión llegar tan rápido al cielo. Jamás pudo el hombre rozar así su secreto. Es igual que esté otoño que quieres ser primavera. 

La vida no atiende a consciencia sin esencia. No lo puedes hablar de números Qué no vayan inscritos en poemas. No voy a poder emocionar si no te convenzo. Pero para convencer necesito que tiembles. 

Yo ya me fui. Yo en este momento lloren la última lágrima anterior muerte. Sólo tú me puedes ver ni siquiera yo me veo. 

A la luna se me fue el alma a amar a mi amada. Y en la vuelta me descubrí desnudo carente de silencio. 

Las lágrimas se fueron para que no llorara.

De la ausencia. Descubrir tu luz. Y me dirigí a ella. 

Querías que me reconocieras. Como el que reconoce la libertad. 

Si te dejo este mensaje como te dejé mi cuerpo. Y mi fe. 



No le busques sentido no lo tiene. Miguel Mochales maestro. 

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