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Miguel Mochales

Miguel Mochales

martes, 3 de septiembre de 2019

Los 3 pilares de la fe

Los 3 pilares de la fe

La fe no tiene realidad.

Por eso la fe no es real.

La fe es el camino de tu realidad.

La clave de la fe es la realización.

Por tanto la realización es la capacidad de crear realidad.

Una cosa es que las “cosas “ sean. Pero que sean, no necesariamente incluye que esas “cosas” son reales.

Aunque sean, curiosamente “no son”.

Este mundo que aparece y desaparece es la base filosófica y psicológica de lo que llamamos el cambio.

No puedes tener fe, pero debes dar fe y en eso debes poner tu alma.

Por tanto los pilares de la fe es el acto de dar fe para con ello avalar tu mundo como algo real.


1. Alma

El alma no es un derecho sino un trabajo.

El alma es una virtud competente de la evolución por entrenamiento de lo que hasta ahora es tu yo y esto es tu miedo y tu dolor.

La verdadera fuerza del alma es su tiranía.

Esta base tiene un centro que llamamos “yo” y un alrededor que se llama ego.

Es tan fuerte este espacio que su tiranía se demuestra en tres niveles de opresión en tu cuerpo de la misma  vida.

La primera es el miedo.

La segunda es el miedo al miedo que crea la ansiedad.

Y la última es como te duele dicha ansiedad y se llama angustia.

Esto lejos de ser malo solo muestra un Dios interior que no se sabe como expresar. Y ruge como un tigre que solo sabe así hacer notar su presencia.

Las cuatro patas de este tigre son :

Carencias
Frustración
Sueños
Desequilibrio.

En todo lo creativo tenemos la positivacion de lo negativo.

A este acto de trascender el yo y su territorio que es el ego lo hacemos a través de una fuerza absoluta que nos saca de las carencias, la frustración, y de los sueños o los desequilibrios , que se llama ira.

La ira es la fuerza de la fe y la medida de la calidad de tu humildad.

La ira convierte al humilde en rey y al soberbio en mendigo tirano.

La ira es la lucha de la lucha por ser amor. Es el principio básico de la no-violencia que es aquello que te convierte en maha atma o gran alma.

Las palabras claves es vincular la ira con la humildad.

Desde ahí surge el alma.

Ahí es donde está el fuego que convierte a un ser humano en leyenda. Porque lo convierte de ley.

El alma necesita de un tiempo donde mezclas entrenamiento del no-yo o zenpower con la lectura de los dharmas que te llevan a parar el tiempo.

Paras para deparar.

Le deparas al destino un cambio. Y este cambio es dejar de suponer que el alma es un derecho sino algo que se alcanza después de un trabajo.

El alma es de todas las virtudes emanentes, la única virtud.

La antesala de tu deidad.

Un vacío que emana.

La libertad de tener que ser libre.

Su principal característica es ser la antesala de la consciencia. Así si la consciencia es reflejo directo y  el alma es reflejo indirecto o sensibilidad.

El alma no existe.

El alma no existe y se llama anatma.

La no-existencia es algo que se debe contar.

No-existencia es la protoexistencia.

La negación del no, no es una negación del alma.

Es el alma en el no-estado.

La no-existencia es la mayor insistencia.

Hay más materia en la no realidad que en la misma realidad.

Que debes entender?

Si no coges fuerza en la no-material tu alma no llega y solo alcanzas para pagar y mantener un yo o un ego.

El alma es una virtud. Y tiene un precio.

El precio del alma es soltarte del espacio que llamamos yo y ego y la moneda es el desapego.

Lograr que eso sea el inicio del tiempo de ese cambio porque es, en ese cambio donde surge el cambio de los cambios.

El cambio de los cambios es una actitud la cual en ese estado mental no quiere decir que un cambio es solo un cambio y nada más. Aquí el cambio tiene un matiz añadido y es el deseo de victoria.

Esto se define de la siguiente manera: cuando tu victoria no sea la derrota de los demás. Tu derrota será tu victoria.

Así sucede el cambio.


2. El cambio

Es más que una ley…

Es la mísma esencia de la naturaleza

La visión que aparece es el cambio y la ley que subyace es la impermanencia.

Aquí está la base de la fe.

Dar fe de que todo cambia como base de un movimiento constante que te lleva siempre a percibir que ese movimiento si te armonizas con él, te puede llevar a cualquier lugar que desees.

Cambio es una percepción que es constatación.

Por tanto el noble principio en el que se asienta es que el cambio es una entidad permanente que da sentido.

El cambio hace necesario 3 permisos.

Permiso personal
Permiso de miedo
Permiso de  vértigo.

El permiso personal quiere decir que te permites ser persona. Con toda la aceptación que lleva.

El segundo permiso es el del miedo. Y es que debes permitirte tener miedo. Tienes miedo para que el miedo no te tenga.

El permiso de vértigo es permitir y saber que ascender o hacer lleva vértigo y yo me lo permito para que por no luchar contra el vértigo así no me caiga.

El problema no es el vértigo sino la tensión y la lucha interior.

Estos tres permisos te permiten superar la barrera que no tiene lógica.

Es algo que cuesta entender porque la vuelta a la belleza o la vuelta a la verdad, o la vuelta a la fuente te cuesta superar una barrera que llamamos esfinges y la fuerza que te impide volver a esencia se llama la resistencia.

Todo es cambio, pero tú eres la decisión de ese cambio.

No tienes fe sino que das fe de que ese cambio va a ser.

Los cambios suceden pero se necesita de ti para que sean porque al final todo cambia tanto que parece que nada cambia.

Cuando eso suceda es el momento de volver a la fuente.
3. La fuente

Ahora estás en tu verdad de la verdad.

Tu verdad, no es tuya sino que  eres tu de ella.

Tu verdad no posee: ES.

Así de contundente.

Recapituló dos conceptos.

Todo es cambio. Doy fe.
La verdad es. Doy fe.

Ahora debo manejar ambas ideas y sale algo así como….

Todo fluye pero fluye lo mismo aunque no sea igual por la ley del cambio.

Este concepto queda reflejado en una imagen y una metáfora bellísima que es la fuente.

Cambia el hacer por el sentir.

En la fuente abres tu alma a tu ser.

Ya no hay que hacer.

No construye un yo.

No levantas la pared de un ego.

Ahora en tu fuente está todo reunido. De alguna manera tu trabajo de alejamiento es para afirmar totalmente tu pertenencia.

Ahora percibirás dos ideas.

El alma se cultiva.
A dios lo creas.

Es decir tu verdad en este plano permite que la no-materia se exprese en este momento mundo de 3 dimensiones.

La fuente quiere decir que tu verdad permite que la verdad sea verdad.

Por último dar fe es avalar con tu entrenamiento que en tu caso y todo lo que representas decir y hacer es lo mismo.

Conclusión final.

La fe no es algo que suceda espontáneamente.

Te necesita a ti.

El primer umbral es la construcción de un gran templo moral que llamamos alma.

El siguiente pilar es la percepción de el cambio como constante del inconstante devenir donde tiempo avanza pero muchas veces retrocede porque tu te adelantas aunque te cueles.

Por último tenemos el último pilar que es lo que llamamos en metáfora la fuente.

El último resumen sería.

Construyó mi templo para observar el cambio de la existencia en el suceder para ver el origen de esta vida.

Fin

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