Entrenar a alguien con zenpower es cuidar el alma
Soy el escultor de almas
Entrenar zenpower a alguien es permanecer entre dos tiempos que saltan y vuelven de la vida a la eternidad y viceversa
Ser entrenador de zenpower es el más bello compromiso con la belleza subyacente en lo ínfimo por el cuidado exquisito a cada detalle
Es romper, ser entrenador de zenpower, el abismo de la soledad para rozar la sublime equidistancia entre la sensibilidad y la verdad
Ser entrenador de zenpower es cumplir en cada curva de un cuerpo en su sueño, una quimera que es más que un deseo
En definitiva ser entrenador de zenpower es volver a considerar posible lo que los demás consideran imposibles
A esa labor en virtud se consagran todos los que entrenan y extienden zenpower
Desde mi corazón gracias
(Dedicado a E. V.)
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