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Miguel Mochales

Miguel Mochales

viernes, 3 de febrero de 2023

Iniciación

 Iniciación. 


El acto más sagrado de esta religión es la iniciación. 


Iniciación es el momento donde en el reino que vives surge la adversidad. 


En esa adversidad al iniciado se le exige que trasciende el dolor para llegar a un nivel espiritual superior. 


Aquí surge la base de toda esta religión que es la muerte y resureccion. 


Existen tres niveles de consciencia frente a esta muerte carnal, espiritual y simbólica. 


En la primera de ellas se fallece. 


Es decir, se falla. Por tanto no hay muerte en este rito de paso. 


El segundo es se perece. Es decir, eres tan vago, hay tanta pereza que tiene que venir la muerte a por ti. 


Por último está la muerte. 


Por tanto, aquí se accede a ese marco sagrado de consciencia donde la vida ya no es nacimiento y muerte sino MUERTE Y RESURRECCIÓN. 


Luego viene otro término que es demoledor. 


El sufrimiento es el camino donde el dolor ancestral genético que produce que el dolor innato celular de todo el código genoma de tus ancestros y, te recuerdo que de tu tatarabuelo solo quedas tu. Esa fase queda reducida. 


Es así como el dolor del sufrimiento es una autoconsciencia extrema de congestión. 


El músculo es un grito contenido. 


A ese sufrimiento es la liberación de todo ese dolor ancestral que acompaña en tu cuerpo a tu alma y te impide alcanzar tu deidad. 


Este momento es de iniciación. 


Así surge una súper claridad mental que te va a llevar a un infinito toroidal donde son las células musculares las que empiezan a reflexionar, es decir el proceso de sabiduría por sistema de reflejo en lo que se llama minado neurocelular. 


Así la iniciación muere lo humano y aparece lo neurocelular. 


Ese campo descentralizado de propuesta de recuperación. 


Surge del adiestramiento del ejército de células musculares que ya no trabajan en carga o descarga sino que al mantener la intensidad de congestión se produce un aumento de la percepción de la realidad lejos del vago que es el cerebro que solo se mueve por la ley del mínimo esfuerzo. 


Ahora surge una fuerza cognitiva porque el entrenamiento de ese amor o energía sin tiempo produce el descenso del opuesto complementario que es la inteligencia o tiempo sin energía. 


Ahora aparecen habilidades emergentes en las células musculares. 


Desde ahí surge el nuevo hombre. 

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