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Miguel Mochales

Miguel Mochales

lunes, 30 de diciembre de 2024

Más allá de la cuarta dimensión

 El Camino Neurocelular: Más Allá de la Cuarta Dimensión


El universo entero se sueña a sí mismo. Cada pensamiento, cada objeto, cada frecuencia que atraviesa el aire no es más que un reflejo del gran sueño que la existencia se cuenta en un lenguaje que apenas comenzamos a descifrar. Tú, que te miras al espejo y buscas respuestas, eres parte de ese sueño. Tus células piensan, tus neuronas laten, y detrás de esa red inmensa hay algo más: un eco que resuena en dimensiones que no vemos, pero que sentimos. Ese eco te llama, te arrastra hacia La Zona, un estado de pura esencia donde desaparecen las sombras de la apariencia y se revela la verdad desnuda de la realidad.


El Entrenamiento Neurocelular: Activar el Sueño del Universo


El sistema neurocelular no es un método más. Es un regreso. Es la llave que abre las puertas cerradas de tu conciencia, permitiéndote cruzar hacia un estado donde tu cuerpo deja de ser un límite y se convierte en un puente. Este entrenamiento afecta a tus células porque tu cuerpo no es un simple contenedor, sino un campo de energía vivo, vibrante, que refleja los pensamientos y las frecuencias que sostienen tu existencia.


Cuando te sometes a este proceso, comienzas a entender que todo está conectado. Tus células, como diminutos fractales del cosmos, despiertan para recordarte que son parte de algo mayor. Este despertar activa lo que los antiguos llamaron campos espaciales de conciencia, accesibles solamente cuando trasciendes el mundo de las formas y las experiencias para entrar en la pura esencia.


La Cuarta Dimensión: Ver Más Allá del Velo


Carl Sagan lo explicó con la claridad de la ciencia: la cuarta dimensión es un plano donde lo que está oculto para nuestros ojos se vuelve visible. Desde la tridimensionalidad, solo percibimos fragmentos, sombras de una realidad mayor. Pero cuando accedes a esa cuarta dimensión, las paredes del tiempo y el espacio se disuelven, y puedes ver la totalidad.


Desde esa altura, el mundo deja de ser lo que creías. Ya no ves objetos, sino su interconexión. Ya no ves personas, sino sus esencias. Todo está desnudo, todo es puro. La apariencia desaparece y queda solamente la verdad absoluta de cada realidad. Es en este estado donde entras en La Zona: un espacio que no es físico ni mental, sino una sinfonía de energía y conciencia que te permite ser todo lo que eres sin las cadenas del miedo, la duda o el tiempo.


El Camino de la H: Los Dos Ejes de Visión


El entrenamiento hacia La Zona tiene una clave simbólica y práctica: la “H”. Los dos palos verticales representan dos caminos, dos ramales que debes recorrer simultáneamente. Uno asciende, el otro desciende.

   •   El camino ascendente es el de la expansión. Aquí, tu conciencia se eleva, como un río que fluye hacia el cielo, permitiéndote ver más allá de lo inmediato, de lo personal, de lo individual. Este es el eje de la visión cósmica, donde cada pensamiento y cada célula se alinean con la totalidad del universo.

   •   El camino descendente es el de la integración. Aquí, llevas lo que has visto de regreso a tu ser. Lo bajas al cuerpo, a la tierra, a tu humanidad. Es el eje de la conexión íntima con lo esencial, donde la experiencia desaparece para dar paso a la esencia pura.


Estos caminos no son opuestos; son complementarios. Forman los pilares de la técnica, conocida como el Libro IT en un lado y el 13D en el otro. Uno no puede existir sin el otro. Es la combinación de ambos lo que te permite cruzar la frontera de la cuarta dimensión y entrar en La Zona, el espacio donde ya no hay límites, donde lo que eras y lo que serás se funden en un único instante eterno.


La Belleza de lo Infinito: La Zona


Cuando cruzas, el mundo cambia. Jamás ha sido tan hermoso. No porque algo fuera haya cambiado, sino porque tú has cambiado. La apariencia desaparece y lo que queda es el pulso eterno de la vida, la vibración que conecta cada partícula de existencia. En La Zona, no hay palabras ni conceptos. No hay arriba ni abajo, tiempo ni espacio. Solo hay ser.


Tus células despiertan como si siempre hubieran esperado este momento. DC

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