Zen quiere decir encontrar un centro.
Todo tiene un centro.
Tu centro se conecta directamente con la éternidad.
Es muy importante que seas consciente de esto. Este punto de éternidad es un centro que se halla tres dedos por debajo del ombligo.
Hasta ahora, llevamos nuestro centro encima de nuestros hombros.
Eso hace que tengamos tensión en el cuello.
Debes concentrarte en sentir ese punto. El del vientre, que recibe el nombre de hara.
Empezaremos con una posición donde directamente estimulas los músculos que controlan esa zona, concretamente el abdominal inferior.
El ejercicio es una mezcla entre control muscular, es decir, notas que el área se tensa y, consciencia de la zona, que quiere decir la capacidad de conectarse directamente con ese punto.
Dos son las sensaciones. Seguridad y unidad, sentirás, así como la sensación de control sobre la cantidad de pensamientos que acuden a tu cabeza así como las emociones.
Un consejo es que siempre que pasea por un momento de tensión aprietes mentalmente esa zona.
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen
1 comentario:
Miguel: Debo reconocer que alucino con tu blog. Todavía no he sacado conclusiones acerca del valor real de esta catarata de metáforas e ideas que con un parece que (lo siento, no lo pongo en duda pero carezco de criterio)erudito fundamento de espiritualidad oriental va del culturismo a la gestión empresarial con pasmosa soltura y estilo bastante adictivo, pero lo que intuyo me parece fascinante... Y también que lleves años haciéndolo de forma tan consistente...
El caso es que te sigo desde hace algún tiempo.
Enhorabuena.
Miguel Gómez
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