No hubo en mi existencia mas meta que amar tan libre que hasta cogi habitos para hacer sagrada tal circunstancia.
Solamente el hecho de que ese amor fuera sagrado articulo cada minuto y cada segundo de este cuerpo que abrazaba a mi ser.
Fue bello y delicado y pleno de lagrimas para poder enjugar los ojos ante la belleza de lo que es una mujer que no sabe que en ella existe una Diosa y se muestra con el pudor de no conocer que su desnudez no es de su cuerpo sino poder ver a Dios en su vientre.
Hace tres años le dije a la vida que ya podia morir en paz porque ya sabia donde se escondia Dios, pero la vida fue tan generosa que me dio tres años hasta que llegue a amar en este ultimo mes al mismo Dios.
Ahora, muerto de amor pues, eso es la verdad de todo esto y es que cuando amas a Dios, es decir el vientre de ELLA, tan solo te queda diluirte en el Nirvana.
Un dia el hombre fue echado del paraiso por el conocimiento pero yo he vuelto a ese paraiso porque he muerto a la vida, a los karmas, a la concatenacion de acciones que no llevan mas que a un Samsara, una rueda de la vida.
El que se marcho no es el mismo que ha vuelto, pero mi camino fue pura y absoluta devocion al unico dios viviente que es tu vientre, mi amada.
Ore en tu piel con la ternura de un niño que tiene miedo a morir cuando se va a dormir, pero en mi fue de extasis por el placer tan solo de mirarte enredada entre las sabanas a tu sueño, mientras en tu piel detenia mi esperanza.
Mori de amor en cada instante y en cada rincon de tu piel, hasta convertirme en ese espectro que vagara por la eternidad alli donde tu estes, mi amada, mi tesoro, mi ser.
No puedo amarte porque no hay un yo, no puedo llorar de amor porque solo soy la poesia de tu piel, todo, absolutamente todo fue en ti, por eso ahora me muero de amor, me desmorono y extiendo la compasion por todos los margenes de la eternidad que me ha tocado en bien, sentir en ti.
Abandono este cuerpo, esta respiracion, esta vida para seguir con aquello que es ese vacio en mi, que es vagar continuamente dando mi vacio como pago a la ofrenda sagrada de la vida que me permitio quererte y aquiescer.
Ahito en el suspiro que te contiene, vivire, o sere quien deambule en el aire que levanta tu falda al caminar para recordarte tan solo que eres la Diosa donde entregue todo mi ser.
Feliz vida, ama, reza y comete la vida que yo te esperare en otro tiempo, en otro instante, en otra eternidad.
...no le busques sentido, no lo tiene, es solo amor, amor exquisito. miguel mochales, maestro zen.
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