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Miguel Mochales
viernes, 11 de mayo de 2012
Fe
Mi pequeñaja.
Hoy ha pasado algo.
Algo increíble.
Y es, como he estado atónito por ti.
Se que eso no dice mucho a mi favor.
Mas bien poco.
Pero de todo, absolutamente de todo el espacio de hoy solamente ha habido algo y eras TU.
Solamente una ángel puede moverse, ser y existir así.
Me supera tu belleza y magia y tu luz y fuerza y tu serenidad luminiscente pero, ante todo, es la sensación de permanecer perplejo ante algo mas grande que todo lo que cabe en mi corazón.
Y cuando me decían que me pasaba quería gritar al cielo tu nombre y escribirlo con colores de arco iris. Pero no hay metáfora o palabra o nada que pueda decir, hacer o escribir que no seas tu.
Probablemente este ante uno de los días mas bonitos de mi vida.
Y es verte.
Tan solo verte.
Tan solo percibir como mueves el aire.
Tan solo poder sentirte en el corazón, un instante o una brizna de tu vida. Y me abres en dos la dicha.
Ahora estoy solo y sigo temblando de sentirte al lado.
Mi alma no es suficiente mente pura para absorber todo tu ser y ahora necesito beber mas agua de tu vientre o tu ser.
Hay un gesto que te es característico y es como mueves el pelo.
Ahí, me quedo absorto en tu rostro.
Un momento o un instante se vuelven mas especiales si tu te acercas.
Hoy, ahora, aquí. Y sigo temblando incluso cuando te he visto ir.
Como explicarte como me siento si ante ti me estoy absorto en otro tiempo
Hoy he estado en el umbral del cielo, y la luz de dentro era tu mirada.
Gracias por dejarme absorto en el misterio que encierras.
Nadie sabe quien eres, pero tampoco lo sabes tu que estoy en temblor por tu silencio.
...no le busques sentido, no lo tiene, o no. Miguel mochales, maestro ZEN.
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