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Miguel Mochales
jueves, 17 de mayo de 2012
Fin
Preparamos el adiós.
Siempre lo sabíamos
No queríamos.
Tan solo nos queríamos.
Como se aman los amantes. Hombre en mujer. Pasión e instante.
Nos amamos como se aman los orantes.
En fe y religión y en deseo y pasión.
Dios!
Solo el sintió celos
Solo el nos comprendió.
Solo el se enredo en el firmamento.
Solo dios nos creyó.
Nosotros le creamos y el nos creyó.
Nada mas que tu piel era mi pergamino de la caligrafía de mi pasión.
Pero se fue.
Con dios.
Con todos
Menos con nosotros.
Se fue.
Los amantes cejaron el empeño.
No molestaron.
Se marcharon a otra dimenSion
En esa donde mi mano te acaricia.
En esa donde mi boca te besa.
En esa donde la dicha prevalece.
Alli donde no hay apegos.
Alli donde somos legos de amor.
Alli estoy cada día, en ti, hasta morir.
Te amo tanto.
Te amo sin fin.
Te amo enamorado.
Te quiero a morir.
Solo, tan solo, en ti, por ti, vivir.
Esto fue un amor de leyenda.
Tocamos al infinito con nuestro delirio.
Amor, te llamo en amor sin fin.
Como explicar al hombre lo que ni dios se atreve a comprender.
Solo fuimos amantes.
Amantes hasta este...
Hasta este amanecer.
Te amo
Se que me amas y para el mundo no saber que sea, tan solo que fue.
... No le busques sentido, no lo tiene, o no. Miguel Mochales, maestro zen.
(pequeñaja mía, mi Alma, mi vida y mi atma)
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