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Miguel Mochales
viernes, 13 de julio de 2012
La detencion
Después de la locura se detiene la mente.
Es lo que sucede con el preceder de la danza guerrera del tao.
Como una danza orgasmica de quietud en danza se acoplan distancia y proximidad.
La concupiscente paz de lo inamovible que se se mueve usurpa el alma y así armoniza en baile quimérico los componentes mágicos del deseo con el observador de la piel del ser aquiescente.
Es simplemente volátil de consideración grácil tal instante de agrandar tiempos vaciando los silencios en contención.
De ese hallar contaminada la confusión es aquello que se produce un continuo indagar los vientos constantes del promontorio noctante del posible ser.
No queda nada luego. Solo se puede ser en un ruego prever. .
...no le busques sentido, no lo tiene, o no. Miguel mochales, maestro ZEN
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