Cabalgue y estuve herido de dolor...
Mi cuerpo ni decía ni asentía nada.
Y halle la libertad en el dios de la libertad que llamamos soledad.
Soledad en poesía con un rancio sabor de pubertad.
Allí estuve donde la noche se auto hiere infringiéndose lágrimas en hachazos de ternura.
Recuerda que quien recuerda jamás entiende.
....no le busques sentido no lo tiene o no. Miguel Mochales maestro zen. Crador de Zenpower
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