Ikigai. Los cuatro pasos.
El primero es profesión y esto es sentir aquello que profesas. Tu cuerpo está profesando el alma y tu alma habla en tu cuerpo.
Eso es pasión. El Paso de la materia carnal al alma espiritual.
Obviamente esta pasión mira a un sitio y se llama misión.
Y por último hace que la vida te hable.
Eso es vocación.
Así me lo enseñaron mis maestros.
Por eso tu entrenamiento es el alma de la eternidad pero a la vez es la realización de un modelo de entrenamiento físico que se convierte en acción y también en modelo moral.
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