no pudo en ser, que solamente, una suavidad llame al alma, pecado de vulnerable, tu mirada sea osada.
Nada sabe, mas nada, que te recorra con premura esta dulzura, de preciada usura, de constancia determinada.
Y pesa en el universo la blancura oscura, de tu alma recordada en el vendaval ausente, de la pasion, de amor, acompasada.
No sabe dios que dios es amado, que dios es bendito, que dios es adorado, en tu vientre y en tu piel, mi ser, de tu dios, cegado.
No sabes que te amo, no sabes que soy, sin ti, sin dios pecado.
No sabes que es amarte, porque no has amado, ausente, poeta de amor; de amor puro, pura muerte.
No sere yo, mas yo, sin ti, mi nada, abre el alma.
...no le busques sentido, no lo tiene, o no. miguel mochales, maestro zen.
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