Aprendí a vivir en silencio, y desde que te vi en este instante permitido, muero de amor herido constante.
Tus ojos no me vieron y los míos lloraron de nostalgia.
No me quejo que es mi amor perplejo, reflejo de tu mañana.
Yo, ya soy, tarde allí donde mi cuerpo arde, por ti de deseo.
Ahora vuelvo a este mundo a recordarte, pues es mi vida en ti la esperanza que me preocupa y mi mente ocupa en templanza para que no veas como te ama.
Quizás ASI, sin mancharte de mi pues oído tengo, que existen, universos paralelos, pueda ser posible en ellos amarte y este que te contempla, piensa, lelo, al verte.
Y eso, que ahora no estas, mas, mucho mas te contemplo pues, en sueños, me permito rozarte con un te quiero.
Te amo
Se que me amas.
Miguel
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