Me da vergüenza presentarte mis credenciales.
Ante ti pobre y solo hombre.
Me da vergüenza mirarte.
Tan solo puedo en esta distancia en palabras con giros lingüísticos contarte.
Te amo desde que te conocí pues te amaba antes de haberte ni siquiera percibido.
Nadie me entendía por eso la soledad me huía.
Solo el cielo se vestía de tu nombre.
Y, aunque no sabia como te llamabas si sabia el sonido que producía mi cuerpo cuando estaba cerca de tu alma.
Por eso al verte me acorde.
Me acorde de que hubo un tiempo donde fui bello.
Un tiempo que no paso, sino que fue pasión, de ti y de tu cuerpo.
Ahora que escribo no son mías las palabras son solo la vibración del sonido de que esta cerca tu alma.
Será mi ultimo canto de cisne.
Mi corazón esta alegre, hace frío, estoy solo pero te siento en presente.
Soy aquel que te ama porque vive.
Vive para amarte.
Ama para servirte.
Así que permiteme que esto que escriba sea el reflejo donde la luna se encela en tu mar de plata, de la luna de cyrano un jardín de profeta con una flor en la mano.
Te amo
Se que me amas.
Miguel.
Oh dios, no me saques de este éxtasis aunque no me abrace como vivir sin temblar así cada instante.
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