Hay un pueblo.
El pueblo entre castillos esta siempre en un valle que dirime desde allí todas las posiciones de cosnciencia.
La conciencia son las almas que descienden, las que descienden de recuerdos de batallas perdidas en caballeros que corren en gestas o por dinero.
En el patio, en el lugar donde todos van a pasar la tarde, allí, los que quedan no tienen ni un gramo de la esencia de aquello que sucedió.
De aquello que lleva en su escudo el lema "no temieron".
El honor no existe allí donde pesa la vida.
La vida pesa con una acumulación de circunstancia donde la vida se rompe.
Siglo veinte cutre llevado al veintiuno por el paro.
Paro, pero parece que lo que han parado es la busqueda de la eternidad en afrentas o gestas que como una iliaca sacaran al humano en una épica a la consciencia de una batalla.
Gesta rota por el amor heroico de tu alma.
Es esa la verdadera dualidad de todos los tiempos.
Allí te llamo.
El castillo con sus pequeñas almenas s extiende suavemente en el interior del pueblo.
Los matacanes y las corazas aun siguen estrellandose.
Pero el castillo es sin dignidad.
Es ahora una casa.
La casa es habitada pero el castillo se le queda robada el alma.
Ahora, mira l castillo de la loma y ves sus ruinas como el pensionista que se dirige al hogar habiendo perdido la vida.
Sin vida.
Uno acomodado y otro derruido y mientras tus labios beben de mi alma en el alma el infinito.
Cambio tu pecho por las Torres
Tus gluteos se merecen el palacio de la alcoba.
Todos los poetas y entre medias como si solo, tan solo aquellos que fueran cobarde hubieran sobrevivido los momentos importantes.
Solo los tristes sobreviven porque los grandes solo están para los momentos grandes
Ahora están, tan solo están los que recuerdan la vida por no haberla vivido.
Se han quedado.
Yo vuelvo a amarte y espero que la inquisición me queme por hereje del alma.
No quiero este tiempo prefiero tu alma.
Te amo
Se que me amas
Saberquesea.
DvMiguel
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