- Una lata de mejillones es un sitio cerrado donde todo va compromido
- Mi palabra es abierta
- Es más abierta que una lata de mejillones
- Pero es muy importante entender el poder interior de cada palabras más allá de lo que pronuncias, es decir, más allá de la lata,
- La lata solo tienes mejillones pero eres tú y el resto de los que son como tu los que tenéis hambre
- Puedes tener hambre pero que no te gusten los mejillones.
- Entonces no abres la lata
- Puedes estar hablando pero no decir nada porque no tienes hambre.
- Si es así, no abres tu lata donde encierras todos tus valores.
- El no tener ese hambre produce eso pero la llave que abre la lata es la palabra.
- La palabra es la llave que estaba en cada lata para poderla abrir.
- Pero si decirlas abrirla debes pensar que haces con los mejillones.
- Eso es la negociación.
- Todos tenemos mejillones.
- A no ser que no sepas que tienes mejillones o lo que los mejillones significan.
- Que también puede ser......
- Por tanto debes ser consciente de lo que supone negociar quiere decir saber lo que tienes o eres.
- Todos deseamos que todos sepan la lata de mejillones que tenemos pero en la negociación la discreción es más importante si cabe.
- Pasar desapercibido como si solamente tú fueras una sombra de ti hace que el deseo se sublime con la necesidad de la negociación.
- Entendemos la necesidad de la negociación como un deseo de confrontación de inteligencias.
- Y a veces ni siquiera importa la lata de mejillones. Tan solo es que tu cerebro necesita una confrontación inteligente para tus neuronas estar en forma y despiertas.
...no le busques sentido, no lo tiene. O no. Miguel Mochales, maestro zen.