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Miguel Mochales

Miguel Mochales

domingo, 26 de abril de 2020

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Los amantes.
Los amantes vinieron.
Vinieron a la vida, pero...No se conocieron.
Los amantes jamás se conocen, no conocen el conocimiento, se viven, se sienten, se aman, pero no se conocen, conocer sería distancia.

Los amantes son siempre secretos, todos sus actos son secretos, furtivos, y ocultos al mundo pues solo son universos.

El amor busca a los amantes en la noche.
La cama se abre, para ella es sagrada, para él es vulnerable.
Un lecho es la matriz del mundo.
Desde allí, donde sus cuerpos se enredan, donde las piernas se entrelazan, donde los alientos se entrecortan, donde los ojos encierran una lágrima y donde los cuerpos se deshacen en belleza.

Ella tiembla.
Le hace temblar el miedo de la vida.
De la vida que pesa.
Él ama, es solo oración ante ella.
Ama, ella es su devoción, es oración su cuerpo que no puede abrazarla sin que en ello se estremezca.

La luna es suave en su media luna.
Apenas es una línea.
Una línea blanca que se dibuja en un cielo que aun es de un tono azul.
Mirarla es encontrar la pasión.
La pasión es aquella que la eleva a ella a su altar.

Pero el miedo es lento, es pudoroso.
El la ama con pasión.La pasión es infinita hacia ella.
Su corazón no cabe de gozo.
La ama, la venera.
Todo, absolutamente todo, está escrito en ella y solo espera ser leído por él, eso es oración.
Oración es consciencia y ella es..., tan solo es, diosa, amante, infinita.

No puedo más que extender este alma por el alma de la luna que hoy es una línea fina cuando el cielo deja de ser azul.

 No le busques sentido no lo tiene. Mmmz

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