Todo fue en mi absoluto amor.
La cosnciencia de un segundo que hiere en el viento la ternura.
Niño u hombre o viejo prematuro en busca de la osadía de tu piel.
Hasta ahora todo eso fue.
Y fue tanto y tan tenue que de fue y ya no es.
Mi ultima libertad es mi libertad tras ti.
Eso es lo que acabo de descubrir.
Mi adiós es definitivo y mi ola no tiene fin.
Gracias amada por darme el ultimo salto a la constante eternidad.
Un adiós no es tal, pero lo es ahora mas.
Te abrazo.
Saberquesea
Miguel Mochales, maestro zen.
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