Tenia casi cuarenta años y viajaba por las noches en un autobús de LINEA a casa.
Frío.
Solo.
Metido en tu mundo para que el frío no te lleve.
Sin orgullo, no dignidad por estar triste.
Una mochila que resumía tu vida.
Un pegarse al asiento de la ventana para tener calor.
Los. Viernes molestaban los chicos que bajaban a Madrid de juerga porque te sacaban de ese estado letárgico de tristeza con ruidos y escándalo.
Día a día.
Siendo nada.
Nada transportado y móvil.
Pero nada de nada.
Las luces de la terminal eran mas falsas.
No era luz.
Era tristeza iluminada.
Es una luz que cuando pasas mucho tiempo te enfermas de palidez de alma.
Pero
Cada día y cada segundo padre oraba en tu nombre.
Todos saben que ellos no son así. Que es circunstancial ese tiempo y lo es cuando se mueren.
Yo simplemente tenia que morir a mi en vida para luego romper mi alma en poesía.
Pero los autobuses seguían bajando y yo los cogía.
Durmiendo en un lado de la cama y siempre dejando que tu fueras quien tomaras la senda de mi anima.
Que todo eso tenia un porque y que no podía ser yo quien me sacara de ahí pues yo miguel ángel no valía mas que lo que hacia.
Padre. Solo tu has hecho esto.
Y yo desde mi no yo. Dejando que tu me quitaras ímpetu para ser solamente una fuerza que tiene fuerza para derrumbarse enamorado a su voluntad.
Solo tu y la creencia mas sagrada de mi alma.
Saber que un día ella me amara.
Que no es suficiente como soy por eso padre te ruego haz de mi un hombre no lo que soy ahora que pueda ella algún día sentir mi presencia que siendo yo ahora así prefiero que no me atienda.
A ella le daría siempre lo mejor pero yo, ahora aun no lo soy.
Hazme digno padre de que me considere.
Saberquesea
Dv
Gp
Miguel.
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