Sin poder mirar a Dios por hablarte
De la lágrima de la vida yo del destino qué empedernido volaba en cielos entendidos para pagarse en tu piel
Arranque susurros malditos en un espacio donde ya nadie tuvo la oportunidad de volver a soñar que los versos de los poetas son lágrimas del deseo que no puede pronunciar
Agarrado a tu vida arranque la maldición del infierno
Envuelto en ti sople versos a los ángeles de otros cielos
Ahora si no vienes más rezaré palabras y besaré emblemas de almas por despertar
...no le busques sentido no lo tiene o no Miguel Mochales maestro zen
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