La Espalda: Compasión y Fuerza Justa
Hay algo que quiero que entiendas con total claridad: no confundas la compasión con cargar el peso de los demás sobre tus hombros.
La compasión no significa arrastrar problemas ajenos, ni vivir con la espalda doblada por lo que no te corresponde.
Por eso entrenamos la espalda.
La espalda representa la compasión verdadera, esa que sostiene sin hundirse, que abraza sin perder su centro. Es el eje que te mantiene erguido cuando decides acompañar a otros en su camino sin permitir que sus cargas se conviertan en las tuyas.
En el centro de tu columna vertebral habita otra energía poderosa: la ira. Pero no hablo de la rabia descontrolada, sino de la fuerza justa que te permite deshacer las injusticias, poner límites y decir “basta” cuando algo vulnera tu dignidad o la de otros.
Esa ira no debe volverse contra ti, ni quemarte por dentro. Debe ser fuego que transforma, no que destruye.
Y esa compasión no debe confundirse con sacrificio: no es cargar el mundo, sino sostener tu mundo con firmeza y sabiduría.
Por eso hoy, en esta sesión, entrenamos la espalda: para despertar en ella la compasión consciente y la ira justa.
Fuerza que sostiene. Energía que protege. Poder que no se inclina ante el peso de lo ajeno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario