El zen te lleva al espíritu de cada cosa de una forma lenta, consciente y delicada.
Alcanzar ese estado no es un logro… es, más bien lo contrario, es el proceso de ir dejando a un lado todo aquello que te ata, que te determina, que te somete.
Todo aquello que se antepone a ti y no es tu verdadero yo.
Cambiar el Mundo es cambiar la Forma de Ver el Mundo.
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