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Miguel Mochales

Miguel Mochales

jueves, 8 de mayo de 2014

Protesta de un monje Zen

Mi protesta.
Hay algo que me rebela.
Una rebeldía frente a la injusticia.
La injusticia y la imposición.
Somos muchos los que trabajamos porque Tíbet vuelva a ser un lugar de amor.
De amor.
Pero a ese amor le falta libertad.
Alguien llego y se dedico a imponer su criterio.
Y el amor se doblegó sin saber porque alguien creer más en el dolor.
En Tíbet el amor no entiende el dolor.
Hay días o temporadas que se vuelve allí insoportable.
Y hay una protesta.
Yo como monje ZEN iría con el cráneo rapado.
Pero una propuesta interior y constante y en silencio es dejarte pelo en la cara.
Lo haces cuando protestas.
Por eso mi foto no quiero que sea una imagen sino un grito.
Un grito contra todo aquello que es opresión.
No soporto mi locura por dicha protesta.
Sólo es una barba y un cabello pero cada pelo es un grito de ya está bien!
Esa es mi protesta.
Sólo el amor entiende que sin libertad sólo es dolor lo que queda.
YA ESTA BIEN!


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