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Miguel Mochales

Miguel Mochales

jueves, 26 de junio de 2008

6-6: El cuidado de un angel caido.

A un angel solo se le puede cuidar amandolo.

Porque solo, a aquello que se ama, se le conoce con el alma.

Y desde el alma, se alcanza ese espacio de silencio que ese alma contiene.

En el alma todo gira.

En el vacio todo se detiene. Es el centro sobre el que converge, alma, vida y dicha.

Una angel es siempre, ese trozo de cielo que desciende.

Y cuando amas a un angel, angel pareces.

Es muy sencillo.

Si tu amor es espiritual, benevolente, amas y no eres, te olvidas, trasciendes.

En ese momento amar es religion.

Y frente a ese amor religioso no caben respuestas solo conciencia.

Mucha gente quiere arreglar la mente, o su alma.

La mente y el alma solo se areeglan cuando se detienen y detenerse solo es posible para aquel que ama.

Si en tu interior quedan palabras es que no has salido a la calle y no amas.

Amar se opone a hablar.

Quien ama no puede hablar, ya no existen contrarios.

Es cuando te cojo la mano y te pido que medites a mi lado.

Muchas veces el amor se tiene que adaptar a ti.

En mi caso, ya no me pertenezco, y cuando ishvara, el señor, llega todo permanece devoto para su existencia y mi mente se aquieta a la par que el alma se serena.

Si amas, ya no recuerdas, ni presente ni pasado suenan, solo un rastro de luz que tus huellas dejan en una arena blanca de inocencia.

Cuidar a un angel me es entregado en un estadio de conciencia y, si ella me permitiera llevarla a el otro lado, ella con ella estaria y yo en su cuidado.

Porque solo se cuida a lo que se ama cuando tu propio yo es olvidado.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.

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