El amor no es romántico. Es la mayor mentira que hemos aceptado. Esa idea, vestida de flores, promesas y tragedias, es solo un eco lejano de algo inmensurable, algo que no cabe en palabras. El amor no es dos personas encontrándose en el momento perfecto, ni encadenándose al "para siempre". Es energía pura, una fuerza que precede al tiempo y al espacio, que se desborda más allá de las formas que intentamos darle.
El amor no nació contigo ni conmigo. Es el instante anterior al Big Bang. Es esa chispa eterna que contenía todo, antes de que el universo estallara en estrellas, planetas y cuerpos mortales. Es la vibración primordial que da vida a todo lo que existe, la raíz de cada átomo, el latido que conecta lo visible y lo invisible.
Comprender esto es como arrancarte una venda de los ojos con violencia, pero también con verdad. El amor no necesita ser buscado, porque ya lo eres. No está en un otro, no está en un futuro prometido. Lo que tú llamas amor —ese apego, esas expectativas, ese anhelo de pertenecer a algo o alguien— es solo un reflejo distorsionado, una pequeña sombra de esa energía infinita. Tú no amas; tú eres amado por la existencia misma, por el simple hecho de estar aquí, en este instante.
Y cuando entiendes esto, todo cambia. Dejas de cargar con la absurda expectativa de ser completado por algo externo, porque ya eres completo. Te liberas del sufrimiento de querer poseer o ser poseído, de controlar o ser controlado. Dejas de esperar, porque todo lo que buscas ya es.
Entonces, lo que tú vives —tus historias, tus apegos, tus pérdidas, tus conexiones— no es más que tu movida. Es tu juego. La vida misma desplegándose en un sinfín de formas, dándote la oportunidad de recordar, una y otra vez, que no necesitas nada más que estar aquí para ser pleno.
Esto es la vida: un juego fugaz sobre un telón de eternidad. El amor, el verdadero amor, no tiene principio ni fin. No es romántico, ni trágico, ni siquiera personal. Es lo que siempre ha sido, lo que siempre será: la chispa que hace que todo exista. Y tú eres eso. Siempre lo fuiste. DC
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