La noche guarda un silencio que no es silencio, sino latido. Un tambor bajo la piel del universo. Lo escuchas, pero no lo posees. Porque quien dice mi latido, lo ahoga. Así es el amor: un río que no cabe en la boca, que se desploma sin nombre entre las piedras y la sed.
¿Ves la estrella que parpadea allá? No la llames tuya. No hay propiedad en el brillo, ni cadenas que sepan la lengua de lo eterno. Pero si cierras los ojos, si olvidas que miras, entonces quizás la estrella nazca en tu pecho, sin que digas es mía. Y en ese instante, tan breve como un parpadeo, lo serás todo, y no serás nada.
Amar es desaparecer. Es arrancarse el "yo" como una raíz marchita y dejar que el suelo se hunda. Es ser viento, y nunca la rama que intenta atraparlo. El amor puro no dice amo, porque sabe que el pronombre es una herida, un muro que rompe el vuelo. Y volar… volar es no tener lugar donde caer.DC
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