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Miguel Mochales

Miguel Mochales

lunes, 30 de diciembre de 2024

Tiempo sin tiempo

 El Tiempo Sin Tiempo: El Despertar del Amor Eterno

Cuando el tiempo se rompe, cuando las manecillas del reloj pierden su sentido y las horas dejan de perseguirse unas a otras, emerge algo sublime: el tiempo sin tiempo. En este espacio infinito, donde no hay principio ni final, toda la energía que nos compone y nos rodea revela su verdadera esencia. Esa esencia tiene un nombre: amor.

El amor, en su forma más pura, no entiende de pasado ni de futuro; simplemente es. No se mide, no se negocia, no se condiciona. En el tiempo sin tiempo, el amor no es un sentimiento que va y viene, sino una fuerza que late en todo lo que existe, tejiendo cada molécula, cada pensamiento, cada latido de corazón. Es un pulso eterno que trasciende la lógica, un lenguaje que habla directo al alma.

Asumir y vivir este reto, el de existir en un espacio donde todo es amor, requiere un coraje descomunal. Es abandonar el ego, el miedo, las heridas del ayer y las incertidumbres del mañana. Es mirar en tu interior y enfrentarte a lo más profundo de ti mismo, a tus sombras y tus luces, para finalmente entender que no estás separado de nada ni de nadie.

El desafío es grande porque implica despojarte de las máscaras con las que has vivido hasta ahora. Implica rendirte a lo desconocido, abrir el pecho y dejar que esta energía, este amor, fluya sin restricciones. Pero cuando lo logras, cuando abrazas este reto con todo tu ser, descubres algo extraordinario: el tiempo sin tiempo no es un lugar al que llegas, es un estado del alma.

Y entonces todo cambia. Tus días se llenan de una luz que nunca se apaga, tus pasos dejan de ser apresurados y ansiosos, y tu mirada comienza a ver con claridad. Aprendes que el amor no es algo que das o recibes; es lo que eres. Es la totalidad de tu existencia vibrando en armonía con todo lo que es.

¿Eres capaz de asumir este reto? Sí, lo eres. Siempre lo has sido. Porque en lo más profundo de tu ser, tú ya eres amor. Solo necesitas recordar quién eres, atreverte a romper las cadenas del tiempo y sumergirte en esa energía infinita que siempre ha estado allí, esperando que te despiertes a ella.

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