LAS ALAS DE LA VICTORIA, a modo de prologo.
EMOCIONES.
EL CAMINO DEL GUERRERO, EL DEL SABIO, EL DEL NIÑO.
LA PLENITUD.
TECNICA.
ESTRATEGIA.
LAS POTENCIALIDADES LATENTES.
PARAR EL TIEMPO, UN INSTANTE DE ETERNIDAD.
EL MAESTRO.
EL PENSAMIEENTO DEL NO-PENSAMIENTO.
CREER EN ALGO SUPERIOR, PERTENECER A ALGO SUPERIOR, TU PROPIA SUPERIORIDAD.
LLEVANDO A UN CAMPEON.
LA COMPETICION FRENTE A LA VIDA.
EL CABALLO Y EL MONO.
EPILOGO
LAS ALAS DE LA VICTORIA.
Vencer, que mas puedo decir.
Vencer es una meta cuando la propia lucha por conseguirla deja de serlo.
Vencer.
Vencer es un objetivo cuando el principal objetivo se halla diluido.
Vencer, vencer, vencer.
Para los seguidores del camino es solo una estación, ni mas ni menos importante, solo una estación dentro de tu itinerario.
Tu itinerario no se puede ver bloqueado por ese obstáculo-objetivo.
Tu camino es el devenir para llegar nunca al estacionar.
Habiendo dejado claro esa premisa, no debemos por menos restar la importancia de cubrir determinados objetivos dentro de ese pasar.
Si no confundimos la victoria con nuestra finalidad en la vida todo ira fenomenal.
A la victoria hay que ir preparado.
A la victoria se la monta en unas alas que te hacen volar en espacios de tiempo, succionando tu entendimiento a dimensiones de despertares oníricos. Amigo estas llegando a la borrachera del poder, estas llegando a ese instante en que la mente se te despliega mas allá de tus limites haciéndote perder, por ese estado suscitado de dominio, el equilibrio.
El poder es tan importante como el no poder.
Son las dos caras del mismo individuo determinadas por un segundo, y a veces ni por eso.
Un logro, en este caso puede ser deportivo, se ve sujeto a la aleatoriedad de un segundo. Una vida por un segundo.
Un empleo, en este caso hablamos del tema laboral, una llamada determina en un segundo toda nuestra valía, toda nuestra formación, toda nuestra idoneidad, sin haberse ido a preguntar en ningún sitio por como me siento.
Todo se dirime en un segundo.
El paso del ser al no ser, del adentro al afuera, del todo y de nada por un mísero y absurdo segundo.
Alguien encontró el poder.
Muchas personas podemos citar que se hallan bajo ese halito de poderosas.
Pero,¿son en todas partes así?
En toda actuación existe su compensación, a cada acción le corresponde su reacción, a toda subida le corresponde su bajada.
En este caso el principal triunfo es el silencio.
En este caso el único triunfo es el silencio del maestro.
En una lucha, el no despertar odio en la contienda. La reiterada acción de la medida justa es el triunfo. La guerra que produce devastación no es victoria, es la simiente del rencor.
En el camino del guerrero, la acción de la no-acción es la victoria.
El niño que empieza una vida. En el niño la capacidad de sorpresa es el laurel, lo previsto es la vejez, la saciedad.
Desde estos puntos de vista el silencio, la no-acción y la capacidad de sorprenderse son las alas de una determinada victoria.
Pero estos conceptos se quedan en una pintoresca retórica si no los acompañamos de éxitos en lo diario, en la batalla de lo cotidiano.
Fomenta tus potencialidades, tanto las que conoces como las que ignoras.
Al final veras que las ultimas no solo son mayoría sino las mas determinantes.
Estas ultimas las he encuadrado en diversos libros como las potencialidades latentes.
Latentes, dormidas por un tiempo que luego, en la consecución de objetivos se vuelve en nuestra contra.
Despierta tus sutilezas en el camino de la excelencia.
En el triunfo se halla la plenitud, piensan muchos, que gran error.
El triunfo es solo la consecuencia de una plenitud, nunca al contrario.
El trabajo interior, el lograr físicamente en tu interior tu máximo potencial, es el camino de esa plenitud.
Desde el interior por diversos conductos, por diversos itinerarios se llega al exterior con una fuerza que rebosa.
Desde ti no pongas limites hasta donde se extienda.
Desde la base de tu cuerpo pasamos a parcelas mas etéreas, a las parcelas donde la diferencia en el logro se halla en determinadas formas de obrar durante la competencia.
Este tipo de actuación supone la presencia de una conciencia que nos es conciencia. Un estado de pura mente.
Desde la plenitud, con base en toda tu trascendencia y con ese estado de vacío de conciencia actuaras automáticamente sin aferrarte al futuro o al pasado.
Es como esa moneda que se ha representado tantas veces en el cine.
Una moneda que es lanzada al aire y en una toma a camara lenta puede ser observada como voltea una y otra vez la cruz con la cara.
La belleza del azar, o un calculo sopesado de probabilidades, es esa siempre la diferencia de la respuesta.
Leer el ambiente es una capacidad de los campeones. Un sexto sentido que te dice que esa noche es tu noche o que por el contrario seria mejor no estar ahí.
Sea lo que sea lo que suceda no dejes mas que las alas de la victoria en su batir trastorne lo que te circunda.
Mas bien, por sorpresa, en su descanso que es la prepotencia, aférrate a ellas y en sus lomos su vuelo gobierna
EMOCIONES
Este capitulo es el capitulo de las sensaciones convertidas en motivaciones internas.
La primera idea que todo deportista debe tener es que es una maquina, y las maquinas no tienen emociones.
La primera idea que existe en la vida de un deportista, sobre todo en los de elite, en aquellos que la competición es su razón de existencia, es la búsqueda de unas sensaciones que les haga presentir que se halla bien.
La respuesta es muy sencilla, esta se halla en cuando aparecen estas si “a priori o a posteriori”.
La búsqueda de la sensación te lleva a una perdida del horizonte deportivo, del logro físico para solamente quedarme en una interiorización que impide mirar lo que rodea.
Fíjate el determinismo de este concepto, que antes de una competición según veas al rival puedes saber exactamente que es lo que va a hacer.
Estos días de finales de enero me he dedicado a la sabia costumbre de observar.
Se ha estado celebrando estos días el torneo de Australia de tenis.
La norma general de todos ellos es la perfección de sus gestos técnicos.
La diferencia entre ellos era la manera en la cual afectaba lo que hacia a su moral y su posterior repercusión sobre su juego.
Tiarrones como montañas se veían superados por otros que iban mas a cara de perro.
Todo se basaba en una sensación que de por continuo era buscada en el momento que se fallaba un golpe.
La mente se le había quedado en el fallo.
A raíz de ahí, todo era una continua contienda para encontrar el equilibrio.
El equilibrio se tiene que traer ya de casa.
El equilibrio es el fruto de un trabajo en la técnica, pero sobre todo un trabajo de no aferrarse a nada de nada.
La primera idea que surge de esto es: -no me voy a dejar influenciar por los fallos.
Entonces, ya has pensado en el fallo, primera parte de la frase, consecuencia FALLAS.
Segunda parte -no me voy a dejar influenciar.
Reacción: ¡NO ME DEJO INFLUENCIAR!. Pero me quedo jodido.
Como a tu mente le encanta enganchar acontecimiento tras acontecimiento. Como el error anterior le ha supuesto algo en lo que estar entretenida, engancha uno tras otro y otro y otro.
El humo te sale por las orejas, pero muy sabiamente sigues tu principio de no dejarte influenciar.
¡Animo machote, que lo estas logrando!
Hasta que el enésimo fallo una raqueta es estrellada contra el suelo y hecha mil pedazos. Justo, justo, cuando casi lo habías logrado.
Existe otra estratagema: no me dejo influenciar por los fallos, hasta ahí correcto. Estupenda esta nueva idea.
Tan estupenda que se ve superada en el momento que consigo mi primer éxito y lo celebro.
¡La cague con todo el equipo!. No por el éxito sino por la celebración.
Una emoción es tan emoción en positivo como en negativo.
Lo único que has hecho es meterte en la rueda de su debacle.
Hasta aquí hemos visto como la sensación es la antesala de la emoción.
Hasta aquí hemos visto que la emoción tiene una necesidad de preponderancia.
Esta preponderancia se encierra en la frase de “uno mismo es su peor enemigo”
¿Cómo superar esto? Mas adelante daremos unas claves, ahora vamos a seguir profundizando en los conceptos.
La emoción, la sensación son siempre manifestaciones del ego.
Las cosas pasan.
Las cosas pasan, y a veces, mas deprisa de lo que nos gustaría.
Lo que nos gustaría es siempre poder tener tiempo para poderlas analizar.
Si analizas algo es necesario que el resto de aconteceres dejen de producirse.
Siguiendo estas premisas en análisis, la reflexión, nunca se produce en el transcurso de..., sino en el después.
La disciplina es la capacidad de no dejar que la mente se estanque.
Se estanque en una actividad, en un pensamiento, en un análisis.
La razón de la mente es fluir.
Una de mis actividades laborales consiste en el trabajo de mejora..., en estos momentos una de las parcelas que mas tiempo me ocupa es la de mejorar el rendimiento a los jugadores de golf que pasan por mi centro.
Cuando golpean una bola no quiero que la miren.
Cuando van a golpearla no quiero que practiquen el swing previamente.
Cuando observan el trayecto mas idóneo del golpe quiero que lo hagan rápido. (rápido no es lo mismo que precipitado)
Una de las practicas de entrenamiento mas habituales es el encadenamiento de golpes.
Se sitúan una serie de bolas en el suelo y el jugador pasa de una a otra sin preparación alguna. Casi como cuando cruzabas un río saltando de piedra en piedra.
Si lo tienes claro, lo tienes claro, si no lo tienes por mas que pases tiempo mira que te mira no se te va a hacer la luz.
Este sistema de trabajo busca la reacción de tu inconsciente para que se despierte y trabaje.
Muchos profesionales del golf son analistas de primer grado de la sensación.
Están todo el día buscando la sensación del swing, y al fin y al cabo el swing es solo una trayectoria semicircular de un palo que golpea a una bola.
Ellos buscan la sensación.
Esa búsqueda les impide en primer lugar desarrollar un planning de entrenamiento y trabajo.
Esa búsqueda les lleva a encontrar una sensación que es el reflejo de lo que el ha hecho en correlación con lo que el creía que debía de hacer. Luego por medio de toda esa controversia esta aquello que eres capaz de hace en función de tus propias limitaciones físicas.
¡Menudo cóctel!
Uno de mis ejemplos favoritos para explicar esta distorsión consiste en pedir al jugador que muy lentamente, como secuencia a secuencia, realice lo que el crea que es el movimiento ideal del palo en la trayectoria del swing.
Los resultados son tan espectaculares que no se si podré narrarlos con suficiente detalle.
La secuencia fotográfica no guarda en primer lugar correlación alguna.
En una foto estas mas alto, en otra el palo lo corriges y atacas por dentro etc. Etc.
Además existe la unión en un solo movimiento de todo lo que ha leído, visto y en situaciones clandestinas a aprendido.
El potpurrí es tal.
La causa es la continua ausencia de naturalidad en lo que hacemos como consecuencia del mal aprendizaje de las cosas.
A lo que te enseñan lo matizas con lo que aprendes y lo sancionas con aquello que tu criterio piensa que es correcto.
Es este el fruto de las emociones, las sensaciones al servicio de un deporte.
“El que se aferra no progresa”
En una religión oriental, existe un dios que toca mil instrumentos con sus mil brazos. En el momento que su mente se detenga en uno de ellos inmediatamente el resto de instrumentos dejan de sonar.
La mente se aferra siempre con los sentidos.
Las garras de este águila se basan en los seis sentidos.
A las cinco ya conocidos le sumamos el pensamiento.
Tenemos que cerrar la vista.
Tenemos que cerrar los ojo aunque veamos.
Esto quiere decir que mira con los ojos y mide con el cuerpo, no dejes que la mente sea la que vea ni la que mida.
Las orejas es la segunda fuente de disgustos, si las empleas mal.
No hables mucho, la vitalidad se escapa por ahí.
No sigas conceptos en un razonamiento inducido por lo que tre han dicho.
Aunque sea buena persona tu rival, no le rías ni los chistes.
En definitiva, no dejes que ningún sentido se refleje en tu cerebro.
De todos los tenistas observados siempre ha habido uno que me llamo la atención de especial manera, Andre Agassi.
Este jugador es mas bajito, mas débil físicamente y mayor. Triste panorama.
Si, si no fuera por como lleva de fina su mente.
Lo primero que destaca es lo metódico de todo lo que hace.
Bebe siempre igual, da sorbos pequeñitos y frecuentes.
Camina siempre igual, sus desplazamiento son con pasos cortos y rápidos. (esto le permite un menor desgaste muscular con frenadas y acelerones y mantener una posición del tronco siempre erguida, así como una mayor rapidez de reacción).
Como es mas débil en vez de esperar la pelota va siempre a por ella, lo que en estilos chinos de lucha se llaman suaves, por aprovechar la fuerza del rival.
La técnica de golpeo es muy sencilla. Si fuera mas complicada, si tuviera que elegir entre mas golpes tendría menos capacidad de reacción.
Pero lo mas importante, lo que marca la diferencia, es que independientemente halla ganado el punto o perdido, no se detiene en el y sigue sacando como si nada hubiera pasado.
En los puntos definitivos los juega con el mismo ritmo que los del inicio.
La mente tiene ideas.
Las ideas martillean continuamente nuestro cerebro.
Deja que se queden un solo instante y tendrás un habitante para los restos.
Una de las paradojas que mas me llamaron la atención era en torno a un monje zen.
El zen te obliga a una serie de actuaciones a lo largo del día que son un autentico “peñazo”.
Mi sorpresa crecía cuando el monje decía que no entendía como la gente normal podía aguantar la esclavitud de las emociones.
Mi primera reacción fue pensar: -eso me lo dice un esclavo.
Me equivoque, todo el planteamiento es mas profundo.
EL CAMINO DEL GUERRERO, EL DEL SABIO, EL DEL NIÑO.
Un camino nace desde el equilibrio.
Un camino es como el despeñar de un río por la ladera.
Su adaptación, su fuerza inicial, su aquietamiento y su finalizar.
El agua es la misma pero es la vertiente la que le moldea.
Para este libro vamos a coger dos de esos caminos, el del guerrero y el del sabio.
Uno enmascara los aspectos del competidor, por ello le es ineludible agarrarse a las alas de la victoria.
El otro enmascara al preparador, este necesita proveer al primero de las alas necesarias para triunfar.
Los dos están unidos, pero los dos no son el mismo.
De la presencia de uno sin la ausencia del otro sacamos su razón de vida.
Nos queda el “caminito” del niño.
Su tierna edad nos impide divisar una trayectoria.
Su tierna edad va a ser solamente una muestra de una determinada actitud de nuestros sentidos.
Ahora me voy a centrar en los dos primeros caminos.
El gimnasio aun estaba nuevo.
Tenia esa sensación de algo tan bisoño que parecía que aun no estaba destinado a funcionar.
Era un gimnasio que quería dar cobertura a una de las zonas buenas de Madrid.
Mi edad era joven, dentro de ese margen que permite que la sorpresa sea un factor cotidiano en tu vida.
Esa tarde iban a venir un preparador de boxeo y su pupilo.
Para mi, boxeo era bestialidad, me prepare entonces para superar esa bestialidad.
Cuando entraron vi dos caras de buenas personas.
El primero con una cara de mas acusada redondez por la ausencia de pelo.
El segundo, una de esas personas amables de un pueblo que, cuando estas perdido, preguntas como llegar a un sitio.
Enseguida empezaron a entrenar. Enseguida empezó mi relación con quien he considerado tantas veces mi maestro y el nunca lo haya sabido.
Fue mi primer contacto con el guerrero. Un contacto bestial no por su dureza sino por su rostro amable.
Detrás, a modo de escondido, observaba todo su preparador.
Lo observaba con la distancia que solo puede dar la profundidad.
Sin involucrarse.
Diseccionando.
Manteniendo una amable sonrisa.
La tranquilidad de uno se basaba en el conocimiento del otro.
El poder de pegada de los puños de Víctor era demoledor. Fuera de combate tras fuera de combate, era trayectoria.
Entonces, entonces y ahora, el boxeo era marginal.
Estos dos iban de gimnasio en gimnasio buscando un sitio donde entrenar.
Eran grandes campeones de una disciplina maldita, de ahí se destilaba toda esa dosis de tremenda realidad, de cruda y tremenda realidad. Una realidad que muchas veces me asfixiaba. Pero una realidad que dotaba a cada conocimiento el sello de su veracidad.
Todo era tan crudo, era como tener la profundidad de las antiguas películas de blanco y negro, donde a cada personaje se le resaltan los matices.
El tiempo ha pasado.
Siempre pretendiendo ser guerrero pero mi sitio era el de pretender ser ma........
La victoria no es el cumplir un objetivo. La victoria es permanecer en el camino.
El que opta por la competición, el que opta por lo confrontación directa con rivales por la consecución de una determinada supremacía, nunca puede abandonar.
El principal abandono es el lujo.
Lujo es todo aquello que por superfluo te impide afrontar esa cruda realidad del entrenamiento diario.
Dejas de ser guerrero y en tu exterior se modifica tu aspecto.
Cuantos futbolistas acaban sus carreras y se dedican a criar panza.
Cuantos campeones de cualquier especialidad la siguiente vez que compiten tienen mas miedo a perder lo conseguido que ganas de luchar.
El guerrero en cada envite, en cada lid, apuesta todo su equipaje.
El camino del guerrero pretende que esa persona prevalezca cuando se enfrente a su peor enemigo: el triunfo.
Cuando he preparado a grandes campeones de golf me ha sucedido que cuando habían llegado, habían sufrido tanto para ello que su cuerpo entero ya no admitía mas castigo.
En el punto opuesto estaba el sistemático que partía de una posición privilegiada. Su problema fue la sensación de verse absorbido por las circunstancias. Tenia tan claro que ese era su sitio que se auto destruyo. Ese orgullo, esa sensación de que te podía ganar por lo civil o lo penal, esa sensación había desaparecido.
El ultimo día no mejoraba resultados o escalaba puestos.
El ultimo día acababa fallando, temblándole el pulso.
En el argot pugilístico de Rocky Balboa, diríamos que “había perdido la mirada del tigre” a lo que yo añado “por la de un gatito de angora”.
La principal característica de un competidor no es su físico si no su mente.
La principal característica de un campeón es la claridad de sus esquemas mentales en momentos de gran velocidad de acontecimientos.
Su construcciones mentales tienen esa fluidez porque resuelven directamente. No dan vueltas, son directos.
Es muy importante que en la preparación técnica de un individuo con potencial, seamos capaces de enseñarle las cosas mas simples y mas sencillas.
Ello provocara que esa agilidad mental se vea potenciada. Ello provocara que su mente fluya sin detenerse en nada.
La característica de los fuera de serie es su capacidad de hacer fácil lo sencillo.
En momentos de alta competición no te compliques.
En el Bushido japonés no había psicólogos.
La preparación psicológica pues no existía.
La preparación psicológica se veía envuelta de una esfera que cubría en la totalidad al individuo.
La vía del guerrero se veía cumplimentada por una serie de artes que le permitía una formación integra que sostuviera sus reacciones y situaciones extremas.
Siempre necesitas encontrar el porque. Este se hallaba en su modo de obrar el Zen.
Todo aquel que desee desarrollar como competidor le recomendaría de manera encarecida que optara por la vía del guerrero y tuviera una dolida formación en Zen.
El camino del sabio.
Una de sus características es mantenerse siempre un paso atrás.
La segunda es ver. Ver todo, sobre todo las insignificancias.
La tercera es el silencio.
La cuarta en una sonrisa amable. Que permita la confianza, la distensión y relajación del que esta enfrente.
La quinta la soledad.
La sexta el equilibrio interno, la necesidad de la no necesidad. (vamos que es un tío austero).
La séptima es que nunca ha sido un buen competidor, un numero uno. (o pensaba o no ganaba)
La octava, es un buscador de claves.
Todo esta formado por lo mismo.
En una pequeña estructura se hallan las respuestas a estructuras mayores.
En las actividades del hombre todas son las mismas pues tienen como principal actor al hombre.
Conoce todas las dimensiones del hombre y todas su muestras, es decir las actividades que realiza, se hallaran encuadrados dentro de los mismos sistemas.
Asi, por ejemplo, para mejorar el swing de golf, he tomado el ritmo de rodillas del uno dos de boxeo. La forma de golpeo se basa en la forma de manejar la katana. La velocidad de manos es una consecuencia de cómo es el manejo del bastón corto en el kendo japonés o el kali filipino. El orden del movimiento del cuerpo bebe de los conceptos del Tai-Chi......
Ese es el mundo del sabio: unir todo, limpiar todo y esperar.
El sabio, en el momento que elige un discípulo se convierte en maestro.
Queda el niño.
Del niño solo nos referimos a su mirada de sorpresa.
Un hombre rico muy rico, descubrió que un día era pobre muy pobre, cuando dijo: “¡Ahí va! Si ese edificio es rojo”
Había visto por primera vez.
LA PLENITUD.
En todo camino de formación, sea entrenamiento, estudio o ambos a la vez. Se caracterizan por que en ellos existen periodos en los cuales parece que sabemos todo, podemos todo.
Estos estados son una mezcla del conocimiento bien sea abstracto o técnico, y determinados momentos de exceso de energía.
Con la suma de estas dos circunstancias se produce la plenitud.
Plenitud en el deporte muchas veces es fruto de la casualidad y una amiga esquiva de cuantos intentos hagamos por controlarla.
La plenitud en el rendimiento se autoabastece de factores tremendamente emocionales.
Es por ello que siempre se relaciona con el “subidón” los procesos de máximo rendimiento.
En relación con esto surgen una multitud de medios que tratan de llegar a esos niveles, que en general se definen con estados eufóricos y de desinhibición.
La primera referencia tiene siempre matices que pisan el lado oscuro de la vida. No voy a nombrar dichas sustancias sino sus efectos.
Uno de los argumentos mas comunes para salir por la noche, al menos, cuando era mas joven, era coger lo que denominábamos el “puntillo”.
¿Qué conseguíamos con ello?
“Pilotar”.
“Pilotar” describe un estado que nos permite un control exhaustivo de aquello que nos rodea.
Es decir, el bloqueo de nuestra mente, permite que el resto de los sentidos tomen presencia.
Estos sentidos adormecidos se despiertan en estados de profunda alteración, donde el control mental desaparece y resurge los sentidos y potencialidades latentes.
La inhibición de unos provoca el estimulo de otros.
En determinadas competiciones donde el pulso es importante cuando llegan los minutos o los instantes de gloria o fracaso, es necesario que el brazo no se encoja.
Cuantas veces en un partido, al fallar el punto determinante, en los tantos posteriores entran todas las bolas.
Esa presión de unos instantes pasados es totalmente ficticia, abstracta, inducida por tu mente.
Acuérdate de aquel dios con mil brazos que cuando tenia conciencia de uno de ellos perdía el control del resto.
Pues tu o cualquiera con solo dos eres capaz de bloquearte.
Si analizas los tantos son los mismos.
Si juegas al tenis, son las mismas reglas, las mismas raquetas y el mismo campo. Pero algo ha cambiado.
El estar preparado para ese momento es lo que marca la diferencia.
Es en esos instantes cuando recuerdas esos momentos donde sin pensar lograbas jugar como los ángeles.
Son esos instantes los que producen la plenitud. Y esa plenitud es la que produce, cuando juegas el punto definitivo, los recuerdos.
Pensar no bloquea.
No pensar no desinhibe.
Detener la mente, generar un pensamiento. Todo lo que habíamos tratado en el capitulo anterior es lo que produce eso, el bloqueo.
En algunas culturas se pretende entrar en contacto con partes oscuras de la realidad.
Es mas, la mayoría de las culturas tanto tribales como étnicas, incluso aquellas que son fruto de una coyuntura social momentánea, sin trascendencia histórica a largo plazo, existe la ingesta de sustancias que permitan dicha comunicación.
Se busca lo conjunción de factores específicos ambientales y cosmológicos, para que en su vértice y en ese momento se produzca una comunicación real, física, interior pero física, con la deidad de turno.
Aquí se nos presenta otro factor: el estado místico.
¿A que responden todas estas actuaciones?
Básicamente porque no nos gusta la realidad que nos rodea. Básicamente porque este mundo se nos queda pequeño y básicamente porque buscamos una respuesta a nuestra propia angustia.
Ahí reside la necesidad de eternidad.
En los momentos de cumplimentar esos estados de excelencia el tiempo se nos detiene.
Pasado y futuro no existen, y los diez segundos de una carrera de cien metros, o las décimas de segundo de cuando damos una bola con un palo de golf, se vuelven e t e r n o s.
Se pueden describir perfectamente, se llega a evocar cada uno de los milímetros, cada una de las milésimas de segundos, como si en ellos fuera posible pasar toda una existencia.
Quien llega ahí no puede olvidarlo.
La antigua U.R.S.S. era especialista en sacar atletas para un solo momento.
Los míticos entrenadores soviéticos creaban personas encaminadas a destacar en una sola contienda.
Una vida, una competición.
A toda una potencialidad genética, se le unía una vida dedicada a ello.
No solo los factores genéticos, sino la especialización en aquello que hacemos marca ese estado de excelencia. Ese estado para conseguir la plenitud.
El problema era que el objetivo no era el individuo, era la nación y el ensalzamiento de determinados símbolos patrios, en ellos el atleta después del evento se quedaba vacío de sentido, quedaba yermo.
La lección positiva es muy directa, ver, oír, respirar, las veinticuatro horas del día aquello que nos vamos a dedicar.
Es la llamada visión de túnel o la frase de “nueve años mirando al muro” del budismo zen.
Solamente te puedes sumergir en una actividad cuando en todo tu cuerpo, en todos tus sentidos y en todos tus pensamientos se halla ella.
Esto demuestra la necesidad de totalidad de dedicación a aquello que hacemos.
El limite de tu propia actividad, bien sea en forma de edad o periodo estacional, limita tu existencia.
Y después ¿Qué?
Soledad.
Yo mi pequeño grado de excelencia la he valorado en encontrar al mejor maestro y en volver a los orígenes. En su búsqueda halle algunos momentos de la plenitud anteriormente descrita, con todos sus matices.
Después de todo lo anterior la plenitud se puede entrenar.
La plenitud se encierra en muchos de los factores anteriores.
Se encierra tanto que en algún momento puede llegar a provocarlo.
Estos instantes son siempre muy fugaces y esporádicos. Por ello existe un sistema mejor.
¿Qué es la plenitud?. Siempre es la consecuencia de un estado previo.
Este estado se halla cimentado en dos factores:
-técnica.
-energía.
El trabajo de la técnica.
Todo gesto técnico tiene que se aprendido de forma no racional.
Aprender de forma lúdica, jugando.
Todo gesto técnico aprendido de esta manera se fija en nuestro instinto.
Esto es así por ser un movimiento que nos resulta natural, innato.
El swing de golf es tan sencillo como resultaba para el troglodita hambriento de turno, situarse en la puerta de una cueva con una estaca para atizar a un mamut. No podría hacer distancias de doscientos metros, pero vaya que si le atizaba.
Aprovechando esa habilidad innata se nos puede pedir tener la capacidad de aprender el swing de manera rápida y pegar a la bolita.
Normalmente el sistema tradicional hace que una persona tarde entorno a seis meses en lograr darla, nosotros lo hemos logrado en cuatro clases.
Pero he de confesar que partía con una ventaja, esta persona odiaba el golf, con lo cual fue fácil enseñarla.
Toda la técnica se basa en aprendizaje en movimiento.
En el mismo ejemplo, siempre vemos como les enseñan explicando en cada momento como ha de ir el palo.
Es mas fácil aprender por imitación.
De la otra manera saben en determinados puntos donde ha de ir el palo, el problema es que no saben como van unidos.
De mi manera aunque no sepan por donde va el palo este siempre se halla en el punto justo, pues si quieres dar a la bola no puede ir por otro.
De aquí observamos como la sencillez de conceptos, por no decir su plena ausencia es necesaria.
Todas nuestras acciones para ser perfectas, es decir, que se puedan aplicar, tienen que ser simple y sencillas.
Para que la técnica sea mas perfecta, su perfección se halla en tener el objetivo claro.
En la lucha, por ejemplo, todos los procesos de defensa personal que se tratan de eficaces se caracterizan por defender que con cinco principio uno se puede defender.
Yo digo a esto ¡Mentira!
Cinco principios solo te bloquean.
El entrenamiento técnico por principios es mas sencillo:
Cuando alguien se te acerca lo primero a golpear es la rodilla pues es la parte que tienes mas cerca.
Luego encadena golpes a la cara.
Pase lo que pase, suceda lo que suceda, atízale de esa manera hasta la desesperación.
Eso si es tener las ideas claras.
Aprender la técnica es siempre consecuencia de un maestro.
Un maestro es siempre consecuencia de mil viajes por los derroteros de la teoría para llegar al camino de la pureza.
Pureza aquí quiere decir libre de ornamentos.
El trabajo de la energía.
La energía funciona en el cuerpo con la misma forma que la pilas en la pequeña radio con la que duermo.
Sintonizar determinadas cadenas de la F.M. resulta a veces complicado.
Si la pongo en el lado derecho me es fácil, si me giro al lado izquierdo, la pierdo.
Según se va gastando la pila resulta mas difícil.
Toda la sintonización se convierte en equilibrios físicos para lograrla.
Cuanto menos potencia menos capacidad de sintonizar.
El cuerpo humano a nivel energético sucede exactamente igual.
Tu nivel energético determina tu capacidad de excelencia en la empresa que acometes.
Para entender esto te recomiendo la lectura del libro “un viento suave” donde se detalla pormenorizadamente todos los procesos para conseguir esa energía.
Muchos entrenáis físicamente para un deporte. No es esto a lo que me refiero
En una comparación es como ir de compras.
No te vas de compra para tener dinero.
Primero tienes dinero y luego te vas de compra.
Según los taxistas en esos momentos donde la energía es máxime, y la técnica es interiorizada, logramos sentir que el cuerpo se vuelve transparente.
TECNICA.
Técnica es técnica.
Esta es la mayor verdad.
Entender la técnica como tal, es necesario para comprender la dinámica absoluta de un trabajo en cualquier especialidad.
El maestro Segovia era famoso por ser un virtuoso de la guitarra.
A él pertenece una frase que describe esto: “si un día no hago dedos lo noto yo. Si dos días no hago dedos lo nota el publico. Si tres días no hago dedos lo nota el bolsillo.”
La técnica, es de vital importancia en el virtuosismo que se expresa en disciplinas varias.
Técnica es un substrato del virtuosismo.
Virtuosismo es un estado de excelencia donde la depurada ejecución de un acto se proyecta en cánones de sensibilidad y eficacia que permite a esa persona lograr una especial armonía con la actividad que interpreta.
Fíjate que uso la palabra interpretar.
Interpretar porque pierde su propia individualidad para entrar en la esencia de la actividad en cuestión.
La técnica para ser correcta, según lo anterior, supone una traspolación del individuo a un estado de supraconsciencia con lo de común que hay en aquello que despliega.
Este ejemplo alcanza unos estados casi poéticos cuando hablamos de cosas que se radican en lo primitivo.
En mi siempre existe el recuerdo del boxeo.
Oyendo a un gran experto, que tiene común pasado conmigo en un viejo maestro argentino de boxeo, recuerdo su disertación donde exponía la intemporalidad del boxeo.
La misma técnica que veríamos en los cincuenta, surge en los ochenta y se repetirá en el dos mil.
La técnica del boxeo es intemporal. La preparación física, la mejora genética es la variable que se modifica.
Los grandes bailarines, después de una actuación vuelven a la clase de principiantes a diario, para trabajar en la barra de equilibrio las posiciones básicas.
En el mundo de los toreros existe el denominado toreo de salón.
En un espacio cerrado, sin condicionantes externos, el torero, consagrado o en ciernes, expresa toda su alma en un arte, en una técnica pura, en unas formas que entretejen su concepción de la tauromaquia.
En una sala con olor a sudor, una luz proyecta una figura a una pared. La figura lanza manos, no a un rival ficticio, sino a un espacio donde esa misma sombra refleja el ritmo y la perfección de lo que realiza. Un boxeador esta haciendo sombra.
Un espejo es el reflejo de una figura que mueve un palo, buscando grado a grado del recorrido una perfección.
Este tipo de entrenamiento es fundamental en la mejora del swing, es además la base del trabajo nuestro en relación con el golf y los libros creados a dicho efecto.
Hasta ahora hemos hablado de diversas manifestaciones de la técnica.
Ahora llega el momento de hablar de ella.
La técnica es la sistematización de los diversos gestos técnicos que se produce en una actividad.
El éxito de esta sistemática depende de su sencillez.
Recoger en unos pocos movimientos todo lo que se produce. Y repetirlo, repetirlo, repetirlo, hasta la saciedad.
La mayoría de estos movimientos recogen en su expresión toda la esencia y toda la ciencia que encierra ese deporte o actividad.
La técnica es tan importante que con ella, solo con ella, puedes mantener un nivel competitivo en esa actividad.
Otra de las características es una figura paradójica, donde la sencillez de dicha forma la confiere una mayor profundidad.
El segundo aspecto, después de la sencillez, es la profundidad. En pocos movimientos expresa todo.
El tercer aspecto es que desde ella se puede desentrañar todas las posibles variantes que en la actividad en cuestión existan.
Un cuarto aspecto de la técnica es que es invariable, solo existe una forma de hacerla.
En este semblante hago especial incidencia por mi vinculación con el mundo del golf.
Cuando trabajan técnicamente con el palo, el problema fundamental es que no les han enseñado una técnica única pues cada día atacan la bola desde un punto diferente. Ora ataco por dentro, ora ataco en paralelo, la no existencia de una adaptación individual de dicha técnica al individuo produce este desbarajuste.
El quinto aspecto es la distinción entre entrenamiento y técnica.
La técnica trabaja técnica, y el entrenamiento produce volumen de trabajo especifico de la actividad. Es ahí la primera frase del capitulo, donde trato de separar la técnica del resto. No confundirla conceptualmente supone que no se entremezclen en su entrenamiento.
Van muy unidas pero no son lo mismo.
La relación se establece de la siguiente manera.
Hacer técnica te permite un perfeccionamiento en el arraigo de la actividad en ti.
Nunca trates una vez has aprendido algo de hacerlo inmediatamente, la cagaras.
Es necesario que en tu cuerpo se produzca un transito suave de una cuestión a otra.
Tu puedes haberla entendido, pero tu cuerpo es mas lento.
El resultado es una suave adaptación, sin prisas, reconociéndose.
Deja que la técnica tire de tu entrenamiento, y deja que tu mente lo que ha aprendido sin condicionantes sea capaz de llevarlo a cabo en la realidad.
Estos cinco aspectos son los que encuadran y delimitan la técnica.
El mejor ejemplo de técnica es la secuencia de Tai-Chi.
En ella se encierra todo el concepto de lucha simplificada.
El peor ejemplo de técnica es la secuencia de Tai-Chi
El aumento de formas, la repetición de las misma supone un alejamiento de esa simpleza.
La búsqueda de cuestiones que no son puramente la técnica, la aleja de su principal función que es la adaptación a la realidad marcial.
Técnica es técnica. No lo compliques.
ESTRATEGIA.
La estrategia es la superación de la técnica.
La técnica es la forma de introducirse en el alma de una actividad.
Esa profundización rebota, se manifiesta exteriormente y se convierte en estrategia.
Esta es la expresión del alma del competidor, la forma de su naturaleza. A través de ella expresa su carácter.
En determinados niveles de competición, se produce una equiparidad entre los competidores desde el punto de vista técnico.
En esos momentos el dominio se produce por otros derroteros.
El deporte pasa de ser una expresión física para imbuirse en los derroteros que recorre el general.
En la estrategia se cumplen una serie de normas.
La primera norma es muy clara, nada es lo que aparenta que es.
No te dejes llevar por las apariencias, pues el lobo siempre se envuelve con piel de cordero para poder acercarse al rebaño.
La segunda norma es que el camino mas corto entre dos puntos es el recto, pero no es el mas seguro.
En su trayectoria a campo abierto siempre es muy fácil tender una emboscada.
Deja que el rival se desgaste, que se muestre aferrándote a el.
La tercera norma se basa en adaptarse al rival. Adáptate y vencerás.
La cuarta norma te aconseja que nunca entres en la casa de tu enemigo a no ser que este esté vencido. No puedes darles tantas ventajas.
La quinta norma te sugiere que siempre tengas un plan B.
La forma es la siguiente, haz creer al rival que vas a ejecutar el plan B como plan A, luego ejecuta el A como B.
La sexta norma es déjale entrar.
Siempre que este en tus dominios te será mas fácil reunir fuerzas para vencerle.
Este sistema en Tai-Chi se denomina ceder para posteriormente llevarle al vacío
La séptima norma es sonreír. Dejar que se confié impidiendo que tenga una actitud precavida. La sonrisa suave del Dalai Lama, ha hecho mas por la liberación del Tibet que cualquier sofisticada campaña de marketing.
La octava norma te aconseja unificar la fuerza, la técnica y la conciencia activa de aquello que vas a emprender sin perder la sonrisa.
Gestiona todos los cambios de tu interior sin que se muestre en tu exterior.
La novena norma es muy especial. Puedes vencer a tu rival de una forma física, directa. Esto siempre va a suponer un desgaste físico y emocional por tu parte. Si no puedes hacerlo así busca otro camino. Buscar el desequilibrio físico o mental de tu rival.
La principal habilidad del estratega, dice la décima norma, es la capacidad de vencer sin librar contiendas.
Vencer sin luchar es un estado en el cual toda el respeto se basa en el peso especifico que destila tu presencia.
En el libro Tao-Chi Chuan, existe una frase que viene a decir que el verdadero maestro de artes marciales es aquel que solamente entrena.
En la undécima norma te hace referencia al mayor poder existente.
Para muchos es el dinero, la posición social, el prestigio.
Es una equivocación. El mayor poder es la carne.
Ten alguien a tu favor y serás importante, une a tu gente y serás poderoso. Dirígelos por convicción y serás invencible.
Las mayores cuotas de fortaleza se dan cuando en el otro existe una sensación de hermanamiento.
Las hermandades que han existido a lo largo de la historia, han supuesto una serie de fuerzas que aunque clandestinas siempre se han mantenido con una fuerza que muchas veces no han podido ser calculadas por los supuestamente poderosos.
El principal enemigo de la carne es la decepción.
La duodécima norma es evitar las ansias. Frente a ello deja que la cosas maduren.
Cuando las cosas están maduras caen por su propio peso.
La décimo tercera norma te explica que las peleas las gana y las pierde el rincón.
Muchas veces ves en combate de boxeo como llega el púgil al rincón con una paliza tremenda, las pulsaciones extratosféricas y la cabeza aturdida. En ese instante todos los “segundos” se le echan encima. Le gritan. Le tiran agua. Le cortan el aire.
En el otro rincón ves como sube uno solo, muy despacio se le acerca al lado de la cabeza. Pone la mano para unir su boca con el oído del boxeador, y con palabras breves pero concretas dice que tiene que hacer. En esa esquina hay un campeón.
La décimo cuarta norma es que no hay sentimientos.
Cuando estos aparecen en ti estas perdido, cuando surgen en el rival son las armas tuyas para la victoria.
La decimo quinta norma te hace referencia a tus ayudantes y a su posible charlatanería.
Cuando en una empresa algo no funcione y preguntes la razón y te encuentres con una persona que te suelta una disertación de erudito, no te preocupes lo que hayas perdido ha merecido la pena si sabes despedir de inmediato al inútil que tienes a tu lado.
“El que sabe no habla y el que habla no sabe” dijo Lao-Tse el viejo sabio.
La décimo sexta norma hace un alegato a la desesperación.
Cuenta una vieja fábula como se enfrento un tigre a una madre. ¿Quién venció?.
Obviamente la madre.
El tigre solo luchaba por comida, la madre luchaba por algo mas que su vida, la vida de su hijo.
La estrategia es el arte de lo invisible.
LAS POTENCIALIDADES LATENTES.
El campeón, lo que muestra en su exterior en cuanto a habilidad técnica de la actividad que desarrolla, es solo un reflejo de lo que hay en su interior.
Por tanto, ¿que hay en su interior?
Este capitulo pretende ser una indagación de este y otros aspectos de nuestro interior, del lado mas primitivo de nuestro interior.
En todo atleta que muestra una excelencia en una actividad radica un extraño halo primitivo.
De estos rasgos el primero que destaca es el primitivismo de su factor físico.
Primitivismo físico, bestial, contundente. Un demonio interior que cuesta ser calificado y clasificado con un adjetivo que no sea brutal.
Esa sensación de poder le confiere un aire de remoto peligro.
Ese exceso de testosterona que llega a la piel. Ese potencial energético que se trasmite a todas sus acciones y gestos, nos hace darnos cuenta de que estamos ante alguien diferente, alguien que nos sobrepasa. Tenemos en frente a un mítico campeón.
Esta descripción puede parecer excesivamente poética y por ello alejada de la realidad, pero no es así.
Ese esplendor físico fue el que llevo a los griegos a plasmar a los antiguos campeones de Olimpia.
Cuando has practicado culturismo y ves esos cuerpos te parece que no habían comido muy bien por su escaso desarrollo muscular para los cánones que presenta un culturista.
El escultor no pretendía manifestar eso. Lo que se pretendía guardar en una especie de momificación de piedra del atleta era el esplendor del porte que desprendía.
Enseguida vas a entender a lo que me refiero.
Se celebraba el campeonato del mundo del peso pesado. El mítico titulo que dirime el cetro máximo de todos los pesos.
En una esquina estaba Frank Bruno, ingles, negro, guardia diestra.
Su físico había sido labrado en el gimnasio. Un perfecto equilibrio muscular conseguido con horas de pesas para edificar una maquina de pelear superior a la centena de kilos.
En el se encerraba una paradoja. Por un lado estaba la supremacía del hombre de color y por otro se hallaba una persona capaz de recitar a Shakespeare de memoria.
Una dieta perfecta, un entrenamiento perfecto, gimnasios y sparring, la ropa perfecta para entrenar. Todo ello encaminado para mostrar una plenitud. Todo un planteamiento perfecto para una actuación perfecta. En definitiva no podía haber ningún fallo. O si.
Un negro malhumorado. Un negro enfadado contra el y contra todos.
Este mal chico no luce ropa impoluta.
Antes de subir al ring rasga una toalla y mete por el agujero la cabeza para que caiga por sus hombros. Una toalla que medio tapa su torso sudoroso.
Alguien que llega a una bronca. Alguien que mira de lado a lado.
Los hombros son compactos, es bracicorto, tiene tics nerviosos aprendidos de los mas viejos maestros del gimnasio, tics de aquellos antiguos boxeadores que habían sido noqueados y su mente aun no se había bajado del cuadrilátero. El se iba a vengar de todos ellos. Es la venganza del marginado que es ensalzado por la potencia de sus músculos.
El no es primitivo, el es nuestro propio antepasado. Aquel que inmerso en la naturaleza mas arcana vuelve a nosotros pidiendo a puñetazos abrirse paso.
Su bestialidad esta en cada una de las gargantas que gritan enfervorecidas cuando este golpea denodadamente a su rival.
Cuando los dos estuvieron en el ring frente a frente. Cuando el bueno del señor Bruno tuvo en frente a Tyson sencillamente se cago, su descomposición llego hasta su cara pero ya no pudo hacer nada por dar marcha atrás. La suerte ya estaba echada.
Esta narración destaca la continua oposición entre la cultura y la fuerza de la naturaleza. Cuando eso suceda solo puedes apartarte.
Las potencialidades latentes, cuando aparecen son tan contundentes que solamente son.
Son una apelación a todo es mundo instintivo que debió ser el centro de nuestra supervivencia hasta que supimos organizarnos y plantear estrategias.
Por eso su existencia esta condicionada a la aparición de nuestra capacidad de abstracción.
Nuestra mente racional desbanca al instinto.
Una muestra de su existencia la tenemos en todas las supersticiones y necesidades esotéricas de nuestro organismo.
Mas allá de toda consideración a videntes y semejante legión, esa necesidad esotérica se basa en tímido despertar de nuestros instintos. Esos que perciben cosas que son rastros de lo que nos rodea y no puede ser analizado en nuestro cerebro.
Cuando empleamos los sentidos en nuestro cuerpo, cuando no dejamos que el estimulo llegue al cerebro y actuamos de inmediato es cuando mas estimulamos nuestras potencialidades latentes.
Algunos nos quedan.
El instinto de conservación. El que nos permite mantenernos a flote independientemente de aquello que nos rodea.
El instinto materno quizás sea uno de los mas imperantes. Incluso hoy en día donde la mujer se ha incorporado a la “modernidad” este instinto permanece impoluto.
La premonición con nuestros seres queridos. Dentro del espíritu gregario se produce esa unión con los que están a tu lado y que muchas veces te lleva a vaticinar desde un simple cambio de humor hasta la llegada de la muerte.
El pánico es el instinto que te permite reaccionar a un ataque mas allá de la simple reacción razonada.
Una actuación que confiere al cuerpo de una poderosa energía que le permite rechazar cualquier ataque.
La violencia la he usado un montón de veces para el golf.
La violencia nos permite desarrollar una velocidad y una fuerza explosiva de reacción que permite al drive alcanzar distancias sorprendentes.
El instinto gregario. La necesidad de unirnos a algo, de pertenecer a algo que nos acoja y nos integre. La sensación de pertenencia.
La trascendencia. Desde la primera vez que enterramos a un muerto, desde ese momento en nuestra mente se dieron paso otras dimensiones que estaban en esta. Otras dimensiones que hemos percibido pero no hemos sabido entender, porque no hay nada que entender y todo por sentir. Con la pintura en la piedra del primer animal en una escena de caza para apresar una fuerza que nos permitiera poseer su naturaleza.
El instinto del juego como modo de aprendizaje. La potenciación del aspecto lúdico para el desarrollo de la instrucción.
La sexualidad que nos permite desde una ordenación jerárquica de la tribu hasta el desarrollo de actividades mas sofisticadas pero que siguen teniendo como referencia el otro sexo.
Pero aun existe mas.
Desde el punto de vista competitivo, una actuación de este tipo es aquella que no reflexiona sobre lo que esta haciendo.
Era el ejemplo que ponía de actuación del tenista.
La aparición de estos sentidos es siempre por un contacto con la naturaleza de las cosas que luego necesita ser sublimada para que no nos abrase.
En todos los deporte y actividades de pelea se sublima esta, por ejemplo, dentro de la bestialidad de las peleas clandestinas de perros a estas se les llama “echar a jugar”.
Para que se produzcan estos niveles de actuación se necesita una potencialidad física que se basa en el trabajo de la energía interna expuesta, por ejemplo, en “Un viento suave”.
La dispersión de la mente fruto de un aprendizaje lúdico de la técnica nos permitirá siempre reaccionar en milésimas de segundo.
Nuestra capacidad para cerrar los ojos nos permitirá muchas veces poder ver.
Además todas estas sensaciones que recorren tu cuerpo con súbitas descargas de adrenalina entran dentro de ese grupo de actuaciones que nos encamina a los estados de plenitud.
Las potencialidades latentes, si, pero no muertas.
PARAR EL TIEMPO, UN INSTANTE DE ETERNIDAD.
Dedicado a Elena, para parar el tiempo se necesita ver, y tus ojos son de los que miran, siempre abiertos, tu espiritu se filtra por ellos.
Hoy he empezado a escribir por las mañanas.
He abandonado el celo oculto de la noche, abriendo a una claridad que insulta.
Cuantos ruidos hay por la mañana.
Solo cuando pretendes estar a solas te das cuenta lo escandaloso que es el mundo.
La gran carrera de superponer sonidos, luz, ajetreo. Miles de trayectos que se entrecruzan en una vorágine, en una retina de alguien que los mira al margen.
Busco un espacio, un hueco. Hoy por la mañana necesito poder parar el tiempo.
Mi primer libro lo conseguí a través de Pilar.
En una época donde el amor era místico, su belleza era el punto mas cercano a ese estado.
Curiosamente no la recuerdo por esto sino por su regalo.
Que grueso era el libro, y que ingenuo mi parecer ante ella.
Nunca pensé que lo leería.
Nunca pensé que hoy escribiría sobre el.
Nunca pensé que en un programa de televisión, “Negro sobre blanco” un personaje de mi barrio, su presentador Sánchez Dragó, estuviera hablando de el.
“Viaje a Ixtlan” de Carlos Castaneda, supuso la primera vez que leí sobre parar el tiempo.
En el no solo se analiza la secuencia o camino del guerrero, sino que aporta una nueva visión sobre los sistema de cognición.
Cuando mas integrado me siento, por sumario de contenido, unido a culturas orientales, desde el otro extremo, mas se muestra como pleno de espacio y dimensión, las viejas enseñanzas de don Juan, el maestro iniciático del autor.
De esa primera aproximación, surge la idea de para el tiempo, como un instante de eternidad.
De todos los jugadores de baloncesto hay uno que se ha caracterizado por superar el único limite del hombre en su planeta.
La superación, momentánea, inexistente, indefinida, pero notoria de dicha fuerza le permitió como a Juan Salvador Gaviota, volar mas allá.
La gravedad y Michael “Air” Jordan.
Parar el tiempo, eso suponía el instante en que el se mantenía en el aire y los demás ya empezaban a bajar.
Describir desde el punto de vista cronométrico en cifras ese gesto me supera, pero poder hacer eso, le ha permitido pensar.
Si analizas en cualquier grabación su salto, veras, una vez mas como estamos hablando de momento mínimos en la secuencia de sucesión temporal. De esa misma manera te permite concebir como era capaz de desarrollar una serie de pensamientos en esa breve franja.
Lo primero era no tener una idea clara de cómo iba a hacer. Lo que iba a hacer era claro, meter canasta, pero lo que nunca sabia era por donde iba a salir.
Tenia claro el objetivo pero no tenia una estrategia predeterminada.
Los ojos siempre estaban clavados en el cesto, pero a pesar de eso veía.
Es decir, era capaz de hacer una lectura panorámica de todo lo que rodeaba a la cancha, aunque solo mirara a un punto.
Después de haber hecho esa pasada con su radar, pues estamos hablando de potencialidades latentes, por todo el escenario, venia la toma de decisiones.
Su técnica era exquisita, eso es obvio, pero su supremacía siempre la basaba en mantener la posición un instante mas.
Es como cuando coges una ola. Esta puede estar en su inicio, en su apogeo o rompiendo. Bueno el se permitía el lujo de iniciar la acción, cuando los demás estaban rompiendo.
Con los años se pierde la potencia de salto pero no se pierde la “visión de juego”.
Una de las premisas para poder parar el tiempo es ver, aunque existe para mi otra palabra que la describe mejor.
En un castellano de uso diario, ver es la capacidad de usar los ojos. Mirar es el acto de ver en profundidad las cosas con un alto contenido de proceso racional en el empeño.
La palabra aquí buscada es percepción.
Percepción es la capacidad de hacer un barrido de información a nuestro alrededor con factores que incluyen la visión pero que van mas acá. Pues sus reacciones se basa en respuestas instintivas, reflejas, es decir, con la ausencia de un proceso racional que ralentizaría y condicionaría todo su proceder.
Percepción, incluye esas palabras como sentir, como escuchar, como visión.
Fíjate que estamos hablando de respuestas panorámicas. Su actuación visual se parece mas a un radar que te informa de lo que hay por todas partes, que una acción de nuestro campo visual que se vería limitada por lo frontal de su radio de acción.
Un viejo maestro de Win Tsu coge una hoja, le pide a su alumno que separe los dedos, en este caso el índice y el pulgar. Suelta la hoja y esta pasa entre ellos sin poder ser cogida.
En la ultima fase del entrenamiento es capaz de golpear con un palo largo en una técnica que se denomina de estoque, con la punta, a una bola metálica que se balancea de una cuerda a gran velocidad.
La misma situación se plantea cuando le pido a mis alumnos que golpeen la bola de golf con los ojos cerrados o cuando el viejo maestro Jedi le decía a su alumno que confiara en la fuerza para poder sesgar con su espada de luz una bola que se suspendía aleatoriamente a su alrededor.
En todos los casos estamos hablando de estados de control basados en la autodisciplina y la autoconfianza en nuestras posibilidades que se han desarrollado en el entrenamiento a raíz de una facultad innata que ya poseíamos.
Mi habitación tiene una puerta doble.
Esta puerta doble posee un cristal de los que están hechos de miles de cachitos que distorsionan todo lo que miras tanto que solamente sospechas que hay un bulto por su sombra.
El otro día mi madre al encender el radiador ilumino una lucecita que confirmaba que la operación se había producido. El milagro se produjo. La inutilidad de un cristal fragmentado me permitía ver como una simple luz se mostraba en infinitamente potente a través de su distorsión. Ese tipo de actuación muestra la potencialidad de la visión de determinados insectos que responden ante los objetos que brillan.
Esa misma reacción en conjunto nos la produce todos nuestro órganos sensitivos cuando actúan a gran velocidad. La respuesta se llama extraordinaria precisión.
Esta extraordinaria precisión se muestra, por ejemplo cuando golpeamos una bola de golf.
Esta extraordinaria imprecisión se muestra cuando intentamos golpear una bola de golf pensando lo que hacemos.
El que explica ese salto, tarda una serie de segundos o minutos o párrafos en explicar algo que sucede en un instante, me estoy refiriendo al vuelo del jugador de baloncesto.
Para nosotros procesar todos esos datos necesitamos un tiempo pues tenemos que pasarlo a un lenguaje lógico para que el estado de abstracción cobre forma y presencia.
En ese instante se ha parado el tiempo, pues lo que sucede en un instante para ser explicado necesita de un tramo mas largo de nuestra vida.
Para que nuestro organismo perciba eso, ejecute eso, necesita funcionar a una mayor velocidad.
Las cosas se desarrollan en dos dimensiones a modo sencillo, una es en la que ocurre y otra es en la que percibimos.
Cuando Félix Rodríguez de la Fuente grababa las escenas de una azor cazando, usaba cámaras de alta velocidad.
Nosotros para tener esa cámara de alta velocidad necesitamos que nuestro organismo genere una energía que no siempre es poseemos.
Los colibríes poseen una capacidad de operatividad tremenda por el gran numero de latidos que genera por minuto.
De este modo distinguimos dos sistemas sensitivos. Los que nos permiten ver, oír, oler..., y aquellos que nos permiten desarrollar nuestro campo de percepción.
Estos últimos son los que desarrolla el atleta de elite.
Estos últimos son los que podemos desarrollar a través de todas las técnicas de potenciación energética descritas en el libro “un viento suave” quedando este como el manual de empleo de nuestro nuevo coche potente.
Al ver las cosas mas deprisa ya no observamos objetos sólidos sino líneas de actuación, líneas de energía.
Piensa en un tebeo del oeste.
Piensa como se pinta una bala que se mete en el colt.
Piensa ahora como se pinta el disparo... ¡ya!, a eso me refiero, como una línea.
La línea representa movimiento, representa energía. Esta idea subyace en el libro cuando el indio don Juan le explica que existe un sistema cognitivo al margen que se basa en ver al hombre y lo que le rodea como hebras de energía.
Este tipo de visión permite no hacer distinción entre la sustancia de los objetos sino entre las líneas de energía.
Este tipo de visión se basa en conseguir un alto rendimiento en todas las actividades que desempeñas.
A bote pronto, se me ocurre su aplicación, en la lucha, cuando intuyes un ataque de tu rival o en acupuntura cuando percibes las líneas de energía, los llamados meridianos.
Dos son los factores necesarios para poder llegar a este estado
- su uso es en un tiempo limitado.
- el cuerpo necesita recuperarse de ese esfuerzo.
- se puede acceder a través de sustancias iniciáticas o con un sistema de entrenamiento interior que hemos desarrollado en el libro “un viento suave”.
Parar el tiempo es la capacidad de tener mas información sobre las tendencias de actuación de las cosas que te rodean
Parar el tiempo implica un desarrollo previo de tu cuerpo para poder obrar con unos márgenes de entrenamiento.
Parar el tiempo es la capacidad de actuación de los grandes campeones en múltiples disciplinas.
Parar el tiempo es una de las bases previas de muchas religiones o grupos gnósticos.
Parar el tiempo se encierra dentro de ese nexo común que tenemos los seres humanos por encontrar vías para llegar a ser mas y mejor, y, para inmediatamente ocultar nuestro hallazgo y poseer así una ventaja sobre los demás.
Parar el tiempo es la posibilidad de hacer sencillo lo difícil.
Cuanto mas pares el tiempo mas rápido podrás actuar.
Para el tiempo y entra en ese estado donde no hay ni futuro ni pasado, solo un continuo presente, solo un atisbo de eternidad.
EL MAESTRO.
Últimamente llevo el pelo corto.
Es una moda ahora llevar el pelo rapado, pero creo que este no es el caso.
Hace tiempo hoy una historia que hacia referencia a este hecho.
Una historia donde llevar el pelo corto, muy corto suponía una forma de expresar que esa persona se hallaba alejada del mundo.
A los humildes caballeros del Temple, los templarios, les obligaban a llevar el pelo rapado para alejarlos de aquellos otros caballeros mas bullangueros que preferían alardear con sus melenas al viento.
En oriente el cabello lo consideran como una expresión externa de su propia energía.
Cortarse el pelo tan corto hoy en día supone alejarte de la vida donde la imagen del cabello se ha endiosado tanto, pues supone la muestra de esa eterna juventud tan ansiada.
Quizás me halla cortado el pelo para alejarme del mundo, o quizás porque odio verme cada día mas calvo.
Todos necesitamos un guía.
Iniciar un viaje y seguir los pasos de alguien que ya conoce el terreno supone un gran avance en nuestras expectativas de recorrer un trayecto.
Cuando se acaba el viaje el guía sigue en su sitio y tu partes en pos de otros caminos.
El guía es tan importante que cualquier inversión en su contratación lo puedes considerar una buena inversión.
Los guías suelen ser autóctonos del sitio en el cual estamos, su conocimiento se basa en un vivir en esos parajes, en un recorrido de las muchas correrías infantiles por los sitios que te rodean. Por tanto su conocimiento no es solo por su situación en un plano sino a través de la intrahistoria de cada esquina y de cada rincón.
Pero como todo el viaje termina, todo sigue pero el camino ha marcado su fin y de el solo queda lo vivido.
El guía siempre espera otro viajero, la razón del guía es el viajero.
La razón del maestro es su alumno.
La maestría en una actividad era un rango de especialización dentro de una profesión.
Sin embargo aquí el maestro cobra vigencia por su legado en sus pupilos.
El maestro, también, puede retomarse a partir de la figura del viejo maestro de escuela, de la escuela de nuestros padres. En el conocimiento a cambio de gallinas, el famoso pago en especias.
Son muchas pues las acepciones de maestro que vienen a mi cabeza.
Pero aquel que aquí buscamos viene por otro sitio, aunque lo curioso es que una parte de la esencia de cada uno de ellos se manifiesta en el.
Perdona este circunloquio, considera que ahora comienza el capitulo.
El maestro se muestra por sus silencios.
El maestro se muestra por la necesidad de dejar a su alumno que vuele cuando pasa el momento.
El maestro se muestra por su desapego, a lo que enseña, a su alumno, al mundo. Un profundo desapego.
En esos silencios, en esos desapegos se muestra la profundidad de su maestría.
Estos datos te pueden ser muy importantes a la hora de la búsqueda de su guía.
El maestro, a la par del guía, no es una persona que sepa sobre algo, sino que es una persona que vive en ese algo.
Esto confiere una densidad a su conocimiento que supone un peso especifico a cada una de sus parcas sentencias.
Por su mano lograras dotar a la actividad en la que te hallas inmerso esos toques de calidad.
Al maestro, al igual que aquel viejo maestro de escuela, le pagas en especies.
Aquí no se cobra en gallinas o conejos, sino que la entrega veraz a aquello que emprendes supone la cuota de amortización de conocimientos.
Un viejo experto en boxeo, medio loco.
En su mirada, furtiva a ambos lados. Siempre se produce por una persecución fundada o infundada.
Su cuerpo, de un gordinflón amable, no presupone su procedencia.
Todos mis respetos a Cus Damato, maestro de boxeo.
Su sello en el pupilo siempre quedaba impreso. En un viejo orfanato de las afueras de una ciudad un montón de jóvenes comienzan a salir de su marginalidad por el duro camino de las doce cuerdas.
Tanto dolor era expresado, ahormado dentro de la línea de trabajo de este gran preparador.
El siempre decía, que a su edad, solo estaba vivo en la medida que vivía en ellos.
Su enseñanza no era un cursillo de doce días para un titulo que cuelgas en la vida.
Su enseñanza se te pegaba a la piel como un tatuaje. Solo que grabado a fuego siempre dejaba secuelas en sitios mas profundos que la propia piel.
La trasmisión de sus neurosis, la incapacidad de vida fuera del ring supuso un pago que muchos no pudieron superar.
Derrotar a los grandes pesos pesados se convertía una tarea menos peligrosa que la lid con aquellos lobos que se acercan a una vaca tan gorda como un campeón del mundo del peso pesado.
En Tyson, su pupilo, la fuerza de sus puños se reflejaba en la debilidad de la mirada de sus ojos.
Esa fragilidad un día, otro viejo boxeador, el protagonista real de la película “toro salvaje”, le dijo que tenia una voz muy femenina. Que manera tan sutil como ruda de destapar la debilidad interna de todo un campeón.
Se equivoco, el miedo del viejo maestro a que le quitaran el boxeador le supuso no enseñarle a partir, como tantas veces se dice le dejo cojo para volar.
Curiosamente a Tyson el animal que mas le gustaba era la paloma. Una paloma que vuela libre pero que siempre se halla cautiva después del vuelo en su palomar.
El maestro sigue la vía del sabio.
Su principal deber es siempre en relación con su conocimiento.
Solo tiene que conocer.
Por eso practica la vía del retiro.
Salir de este mundo se convierte en una de las razones que le mueven.
Apartarse, ¿Para que?
Para desarrollar el arte puro.
El arte donde no existe mas manipulación que la propia belleza de aquello a lo que se consagra.
La vía del maestro es la misma que la del sabio pero con un toque de locura.
Decía Arnold que después de todo el entrenamiento se necesita tener ese punto de locura para triunfar.
El conocimiento acumulado se depura de toda influencia externa. Es en ese punto cuando surge el conocimiento por profundización, nunca por comparación.
En la habitación de los fantasmas se recrean miles de sueños envueltos de un toque de creadora soledad
El éxito pasa siempre por arrancarse el corazón.
El corazón es siempre el componente emocional de nuestra vida.
Esas emociones que están regidas por nuestros sentidos y por los pensamientos.
Una vez realizado esto solamente te queda bañarte en el conocimiento.
Esta fase se describe como “nueve años mirando al mundo”.
En esta fase solo existe mirar al campo de trigo, en el conoces el color del trigo cuando se dora. En el conoces como huele el campo en otoño, y en el, conoces como se marchan los pajaros con la llegada del invierno.
De todos esos tonos se vuelve el conocimiento, y de todos esos matices se nos torna nuestra mirada al tener en frente la disciplina que nos envuelve.
En el conocimiento la única realidad a la que nos medimos, nuestro único fiel es la muerte.
Superado todo y medido todo a través de esta realidad todo se trivializa. Todo alcanza su verdadera dimensión y la actividad es solo la actividad, el arte es solo el arte, la técnica es solo la técnica y es ahí donde reside su belleza.
El ultimo puerto donde arriba el barco del maestro consiste en la unión de una dualidad.
El alumno deja de serlo para convertirse en maestro.
Entonces el maestro se retira siguiendo la norma sagrada de la no permanencia.
El retirarse permite no trasmitir al alumno convertido en maestro las frustraciones y los miedos del primero.
Simplemente no permanece.
El maestro necesita el arte.
El arte expresa su doctrina.
Su virtuosismo se expresa en su enseñanza.
En su enseñanza se guardan sus silencios.
El que no sigue esta vía le toca rellenar miles de paginas donde se expresan sus abstracciones.
Las líneas son los bloqueos que impiden su expresión, una única expresión que se rellena mas que nada en la imagen de un maestro adoctrinando a su pupilo.
Puedes tener muchos libros o puedes tener tu arte.
La concreción frente a la abstracción.
Lo directo frente a lo complicado.
EL PENSAMIENTO DEL NO-PENSAMIENTO.
Es muy importante comprender la realidad de la técnica, la realidad del arte, la realidad del deporte que practicas.
Ese conocimiento existe en términos absolutos.
Para desarrollar una actividad dentro de su máximo rendimiento es necesario cerrar el pensamiento.
El flujo de pensamientos que pasan debes ser inmediatamente cortada.
Los pensamientos pesimistas son los mas fáciles, pero los positivos son los que encierran la peor trampa.
Si golpeas la bola de golf, ¡No la mires! En el momento que tu vista siga su trayectoria estas perdido.
Golpea la bola no mires la situación de tu rival, en el momento que te compares estas perdido.
La relación pura y absoluta con tu realidad inmutable te coloca en el punto exacto de excelencia que has logrado desarrollar durante tu entrenamiento.
Por ello se dice que el entrenamiento es en realidad un acto de preparación de estados de animo.
¿Cómo lograr ese estado de no pensamiento?
Entrenando.
¿Cómo se entrena el no pensar?
No pensando.
¿Y cuando por equivocación se piensa?
Sonríe, ya lo lograras.
Tan de Perogrullo pero tan real. No des explicaciones, no le busques justificación y te extiendas en mil razonamientos. Te estas metiendo en jardines de los cuales son muy difíciles de salir. Pues a una explicación le sucede otra y otra y otra.
Hasta ahora se te han ido dando claves para que eduques tu cerebro. Síguelas, léelas millones de veces y olvídalas. Deja que echen raíz en ti.
¿En que se basa el estado de no pensamiento?
Toda su sustentación es filosófica, pero su única vía de comprensión es practica.
Resumiendo de manera muy pueril, la idea de no-pensamiento en el deporte trasciende de la idea de vacío.
¿Qué es esto?
Con un ejemplo:
Si triunfas estas contento.
Si fracasas estas triste.
Pero al día siguiente todo sigue sucediendo.
Si te crees mejor al día siguiente te relajas, compites peor y la bofetada es tremenda.
En esos momentos entras en un estado de vacío interior.
Mi consejo, mi referencia es que no salgas de ese vacío.
No te dejes influenciar ni positiva ni negativamente. Mantente en ese estado de indiferencia y actúa.
Si actúas y no piensas, solo haces aquello para lo que te estas preparando notaras que no eres tu quien juega sino “ello”. Como si dijéramos el muñeco de la playstation.
Si consigues eso vas por el camino.
El estado de no-pensamiento se basa en una actuación automática que no deja secuelas.
Quitar las cargas de emocionalidad. El darse cuenta que cuando fallas un ejercicio no fallas tu personalmente. El no poner en tus actos, en tus trabajos tanta carne que sea tu propia persona la que se cuestione en cada avatar.
El no-pensamiento se entrena en la soledad.
La soledad fragua un estado de meditación.
Una meditación que arraiga en sus entrañas toda la praxis necesaria.
Este estado de meditación se plantea en múltiples ocasiones y en diversas formas.
Es el estado del torero postrado delante de las estampas de sus santos en la capilla que monta antes de la corrida.
Es el estado del boxeador que se arrodilla en su vestuario cuando le dicen que se vaya preparando.
Es la vigilia del caballero antes de la entrada en el campo de batalla la noche anterior.
En todas estas actuaciones se trasciende lo humano para entrar en el ámbito de lo divino. En un obrar donde esa persona se consagra místicamente en actividades que superan la actuación habitual de cualquier trabajador que va a la oficina.
Todo esto exige una liturgia para poder obrar desde los derroteros de la mística.
Cuando se aúna la liturgia. Cuando se aúna la tradición. Cuando se aúna la excelencia en el obrar. Toda la faena, toda la pelea, toda la contienda, se muestra en el ámbito de lo mágico trascendiendo lo mortal.
Esta sensación es la misma que se produce cuando en estados meditativos se manda el consciente al limbo para entrar en contacto directo con la esencia de aquello que vas a realizar.
Este abandono de tu pensamiento lógico, tiene como paradójico que se muestra en aquellas actividades mas ordinarias como el caminar, el comer y un largo etcétera de lo cotidiano.
Llega el día siguiente, es de mañana, en ese momento donde aun no has despertado. Tu mente se parece a una de esas fuentes donde cae el agua iluminada por las primeras luces de la primavera.
Tranquilamente, como no queriendo despertar el día, te sientas con las piernas cruzadas.
Pretendes estar tan cómodo que con tu presencia no interrumpas el pasar de las horas.
Tu comodidad nace por dentro pero se vuelca por fuera en quietud.
Tu mente en un punto como el que se agarra a una barandilla en un autobús para evitar que los envites del trayecto lo derribe.
Te agarras a ese punto con tu imaginería y te dejas llevar en el viaje.
Con el tiempo necesitas aferrarte cada vez menos hasta que el punto se convierte solamente en una referencia.
La respiración sigue siendo sosegada, la respiración es como los granitos de un reloj de arena que caen formando el montoncito del tiempo.
El tiempo pasa y con su progresión se aquieta tu pensamiento, se aquieta, se aquieta, hasta la nada. Hasta ese vacío latente.
Te mantienes ahí, porque en cada día retornas a el, hasta que estas en un punto donde todo se queda cuestionado por efímero, por fugaz, por humano.
Cuando lo tomas en su justa medida y con sus justas referencias todo se relativiza para que tu esencia se muestre en comunión con la esencia del mundo, de la nada, del silencio, de la vida.
“Un día soñé que era una mariposa que revoloteaba aquí y allá, disfrutando de lo lindo. No tenia duda alguna de que era una mariposa, no me daba cuenta que en realidad era Chiang Chou. Luego desperté de mi sueño, y no tenia duda alguna de que era Chiang Chou. Ahora no estoy seguro de si era un hombre soñando que era una mariposa o si soy una mariposa soñando que soy un hombre.”
Historia de un maestro zen.
En la meditación alcanzamos el estado de no-pensamiento. Hasta aquí puedes tener las ideas claras o no al respecto.
Tu claridad conceptual se halla en función del tiempo que se halla pasado meditando.
Suponiendo este punto como referencia entramos en un punto de no pensamiento, de vacío, de aburrimiento dentro de nuestra cabeza que nos ha bombardeado con mil historias y a ninguna hemos seguido.
Este no es un estado de vacío, es solo la antesala.
Hemos cogido un ascensor, y hemos salido al vestíbulo de una planta, la del ultimo piso. Ahora tenemos que decidir a donde nos dirigimos.
Estamos en el espacio del no-espíritu.
Una vez vaciados nos podemos dirigir al espacio que se corresponde con la practica a la que vamos a consagrar nuestros esfuerzos.
El estado del no-espíritu, pues tenemos que llamarlo de alguna forma es una habitación que se parece mucho al “hall of fame” de algunos deportes. Es un espacio muy parecido a lo que es el museo del Prado dentro de la pintura.
En este espacio se recoge la esencia de nuestra actividad.
Nosotros como un recipiente vacío en manos del mas codicioso ladrón en la cámara del tesoro vamos a bañar nuestros sentidos en las esencias de todos los conceptos, ideas o pensamientos de aquellos que han supuesto algo en nuestro evento.
Si toco una música paso a ser el instrumento de la misma.
Si juego al golf represento la suavidad y la armonía que se halla en cada swing, en cada golpe, en cada gesto.
Si boxeo en mis puños están los puños de Jack Dampsey, la cintura de Casius o la pegada de Chávez.
No soy yo quien me expreso si no la unión en la cual yo soy solamente el avío de algo eterno.
En este estado mi mente es lucida, las respuestas son claras, directas. Mi técnica es fluida, sin pretextos.
No actúo yo actúa la esencia de aquello en lo que me concentro.
Soy como Robert de Niro en “Toro salvaje”. Soy un actor que dona mi cuerpo a algo superior. A algo donde si aparto la vulgaridad me conecto.
Estas ideas plantean una secuencia operativa que te permite obrar en esos estadios de excelencia que tan necesarios son hoy en día en casi todos los deportes o actividades que te reportan cuantiosas cantidades de dinero.
En estas circunstancias el actuante es solo un actuante. El maestro es solo el maestro y el éxito un pretexto.
Lo que nunca debes olvidar es que tu eres un instrumento. Cuando aparezca tu orgullo te impedirá tu principal virtud, tu trabajo y dedicación a lo que te encomiendas.
El éxito, el dinero, la prepotencia te sustituye en la lucha por alguien que esta mas hambriento. Por alguien que como le dijeron al señor Balboa, “posea la mirada del tigre”.
Solo te pido entonces que como paso en otro tiempo nosotros también fuimos reyes.
CREER EN ALGO SUPERIOR, PERTENECER A ALGO SUPERIOR, TU PROPIA SUPERIORIDAD.
El hombre en su mente, que gobierna todos sus actos, tiene una visión finalista de su existencia.
Cuando este punto se supera aparece dentro de el su propia autodestrucción.
Lo mas importante es no colocar este fin fuera de nosotros, para procurar evitar esta perdida de horizontes en nuestra vida.
Estos dias son numerosos los deportistas que han sido de elite y han fallecido por propio suicidio a edades prematuras.
El “Chaba”, Marco Pantani, engrosan esa larga lista de apartidas de su propia concepto finalista de la vida.
Son los modernos “ronin” , samuráis sin señor, que se encaminan por los derroteros del olvido. La búsqueda es la misma, morir, pero la diferencia es básica, sin honor.
Pertenecer a algo superior.
Todos guardamos dentro de nosotros mismos la convicción de que por muchas cosas que nos pasen, nosotros no somos como los demás.
Ese estar hecho de otra madera, la alcurnia, la profesión, los estudios, dentro de los estudios hasta diferenciamos la dureza de nuestra promoción frente a otras. Lo que sea con tal de sentirnos diferentes.
Todo eso supone colocar nuestros orígenes en otra dimensión tan diferente a la del resto que por eso destacamos, aunque viajemos en autobús y esa tarde llueva.
Nuestro ego se infla con la misma facilidad que yo me inflaba cuando tenia veinte años y veía una chica o un espejo.
La causa inicial de que nos creamos de otra escala es nuestro propio concepto de nosotros mismos.
Es muy importante destacar esta distorsión conceptual en relación con aquello que somos.
Cuando alguien esta tan arriba que si se cae de su ego se suicida, lo mas probable que pase es que se pegue el consiguiente “castañazo”.
Si nuestro plano de superioridad lo colocamos tan desequilibrado los bandazos que iremos dando a lo largo de nuestra vida nos llevaran de la petulancia a la depresión, del endiosamiento a los avernos de la vida.
Mala apuesta parece jugarse los cuartos a semejante jugada.
Los ejércitos de hoy en día se abastecen de soldados, de sofisticados materiales y de importantísimas dotaciones económicas.
Siempre recordare la imagen de un niño palestino tirando con una honda una piedra a un tanque que se le acercaba.
Para esos ejércitos occidentales crear un súper soldado es cuestión de horas de entrenamiento, de adiestramiento en las diversas tácticas de combate, de preparación en la lucha cuerpo a cuerpo, y por supuesto una buena paga.
En oriente medio, a un palestino solo necesitas nombrar a Alah para que vuele todo un destacamento de esos soldaditos y a el con ellos.
Unos pertenecen al ejercito mas poderoso del mundo el otro pertenece a dios. El que se coloca en un plano de superioridad es el que parte con una ventaja.
¿Dónde vas con tu fe?
Allá donde la deposites, allá, estará tu destino.
En tiempos remotos se iba en pos de grandes ideales.
El sostener en esa dimensión todos los aspectos volitivos, le permitía tener una vía de elevación frente al rival.
El tener ese nivel de referencia no tiene que interferir en la estrategia de la lucha.
Si le miras la cara veras que se le han borrado las facciones. Su rostro es anónimo, se le ha parado el tiempo.
Se halla en ese espacio donde se mueve el no-espíritu.
Sin vida, sin pensamiento, sin espíritu. Un estado donde solo puede existir una sutil muestra de sabiduría o locura.
¿Qué se busca ahí?
Vencer y con la victoria haber terminado, no.
Demostrar una fuerza que pueda ser superada por otra, no.
Luchar y que la lucha acabe consumida por si misma, no.
La búsqueda del destino es el equilibrio.
Hacer que todo opere sin necesidad de que nada se acontezca.
Obrar con tal diligencia que una vez producido el gesto sea su suscitación suficiente.
Obrar en el plano físico pero no permitir que el alma, nuestro plano energético se inmute.
Vacía de deseos tu alma y llena de intenciones tu físico.
El limite se halla donde no hay limites y el camino se extiende mas allá del horizonte.
Hemos apartado nuestro yo.
Hemos perdido importancia.
Siendo actores del mismo desarrollamos un conocimiento empírico de aquello que profesamos.
La practica se nos convierte en dedicación.
El conocimiento se basa ahora en permanecer dentro de la propia actividad.
Este momento es en el que nos convertimos en...
Esta muy bien todo este trasfondo filosófico, pero no debemos olvidar que es solo filosofía.
La filosofía surge siempre como una suerte de recreación de aquello que hemos hecho.
Seguir los puntos abstractos como “no-pensamiento” o “no-espíritu”, solo nos llevaría a pedernos.
El modo de obrar es mas sencillo. Simplemente párate un día un instante a meditar.
Los acontecimientos, según sea mayor tu forma de profundizar, se irán sucediendo.
Es como el plano de carretera que te anticipa los pueblos que siguen después de la ultima parada. Puedes conocer sus nombres, pero para llegar a algún sitio tienes que seguir la carretera.
Es importante, crucial, que seas profundo en aquello que estudias, pero es mas importante saber colocar cada plano en su sitio, no te conviertas en esos escritores del diecinueve que escribían los mas hermosos sonetos de amor pero las chicas se iban con otros.
Pertenecer a algo superior. Ser un Quijote anclado el alma a su amada.
Desfacer entuertos en pos de un ideal.
No actuar ni por dinero ni por fama. Solo por belleza.
Ideales perdidos pero que son la esencia de una época que no debió pasar.
Hoy donde ya no se admira al becerro de oro sino que directamente se adora al oro sin importar en mas el pobre bóvido.
En estas fechas de perdidas es necesario para sobrevivir pertenecer a algo superior.
Esa sociedad, ese estamento, ese estado mental, provoca una ventaja de partida.
La razón de ello es en parte la necesidad del hombre como animal gregario de no sentir que es él, el que se enfrenta a un destino.
Supera así el mítico concepto del héroe helénico en la tragedia.
La pertenencia a ese algo superior constata su propia liberación.
Esta liberación se produce de dos formas.
Al ataque, por el propio poder intrínseco del grupo. A la defensa, por producir refugio en la desolación de la vida.
El escudo que antepone evita que se dañe el individuo.
Pensar así, el la superioridad individual perenne, se convierte en una de las principales decepciones de los campeones, sobre todo en aquellos que parece que están pegados con el mundo.
Por otra parte el mas sabio, es aquel que se sabe rodear de los medios necesarios para su preparación.
Muchas veces es mas fácil en determinadas actividades que tenían que ser lúdicas, juegos, competiciones. Colocamos toda nuestra carga emocional en ella.
Somos nosotros los que fracasamos, somos nosotros los que triunfamos.
Este tipo de política nos lleva a enterrar en vida a un montón de campeones por una simple cuestión de prepotencia, de falta de humildad. Menos tiempo dedicado a inflar el ego y mas tiempo de deleite en la mística de la técnica.
Cuando pierdes solo has perdido un titulo, unos honores huecos por los fulanos que te rodean en el éxito.
El único fiel, el único referente es la propia muerte.
En ese tipo de situaciones es donde se mide con un peso correcto el precio del triunfo o la derrota.
Las técnicas que salen de ello son simples, austera. La actitud es ascética, irrelevante ante el momento. La conciencia alcanza el grado de total. El pensamiento se pierde en el punto donde descansan los sueños.
Esa muerte era una simple línea que no se debía traspasar, pero nunca perder su referencia.
Pertenecer a algo superior. ¿y a que?. Primero nos debemos a la escuela y al maestro.
Es muy importante volver a dotar al verdadero maestro de su importancia.
En segundo lugar a la técnica. Todo maestro se caracteriza por la aportación de un matiz, de un enfoque en la técnica de la actividad que a ambos os centra.
En tercer lugar el propio respeto por aquello que simbolizas.
En este ultimo aspecto destaca el estadio de responsabilidad que confiere la tradición.
Un torero, Julián López “El Juli”, en uno de esos debates denominados duros, al niño convertido en maestro del arte de la tauromaquia, le toco vestirse de traje y corbata.
En esos momentos no hablaba el en su pubertad sino toda la tradición que se encierra en las calidas tardes de estio en España.
No hablaba el niño, era el torero.
Ese respeto por aquello que a buen seguro nos va a trascender se convierte en una de las fuentes de pertenencia.
En los tres niveles anteriores observamos la importancia de la tradición, el peso del pasado.
Si somos capaces de entrar en ese estado de no-pensamiento, de no-espíritu y llegamos al nivel del convertirse en, el camino de nuestra técnica, el camino de nuestra vida se dotara de un sentido mayor y mas profundo que cualquier simple practicante.
Pertenece a algo superior, algo que va mas alla de ti mismo.
LLEVANDO A UN CAMPEON.
¿Qué es un campeón?
Un ganador.
Un ganador nato.
Alguien en cuya cabeza solo existe la idea de ganar en algo aun a costa de su propio sacrificio.
Su trayectoria tiene poca importancia y se puede eliminar con tal que se consiga el resultado.
Un ganador, desde este razonamiento, no es un superviviente, un ganador solo vale para una cosa, ganar. Vivir ya se vera.
Son múltiples lo deportes y actividades de la vida cotidiana donde se precisan campeones.
Es mas, yo diría que incluso vivimos en la insana cultura del campeón. Loado en sus éxitos, denostado en sus fracasos y acechado durante su trayectoria de estrellato.
Un campeón es siempre alguien a quien se le espera ver caer.
Lo mas importante es comprobar lo efímero del triunfo.
Esta situación que voltea con tan suma facilidad necesita ser contemplada de esa forma.
Siendo así el campeón, deja siempre huella no solo en si mismo, sino en el creador, en el maestro, especializado en acuñar en los seres humanos dicha impronta.
El triunfo efímero, fugaz casi inexistente, hace que el titulo de la máxima categoría permanezca mientras las caras van cambiando.
Cada uno que llega representa su personaje con los matices de su propia existencia.
El mundo del campeón es un mundo de cenicientas. De fuerzas de la naturaleza que en un momento dado logran ese reconocimiento social, que incluso en algunos casos son mirados con admiración, pero su camino esta plagado por un reguero de cadáveres de aquellos que no lo consiguieron.
El mundo del campeón es un mundo de castas, de dinastías. Determinadas líneas sucesorias en las cuales de padre a hijos se les trasmite el gen de la victoria. El gen tocado por la mano de dios.
El campeón cabalga siempre a lomos de las alas de la victoria.
Este ave que emprende un raudo vuelo hacia el cielo posee una característica, y es, que en alguna parte del trayecto voltea su cuerpo y en ese instante descabalga al que lo monta.
Puede voltear antes o después, pero siempre, de manera sistemática se produce.
Los grandes campeones son aquellos que resisten dichos envites.
Los fuera de serie son aquellos que cuando han caído, en su siguiente paso, son capaces de subirse otra vez.
La primera lección para un campeón no es llegar sino lo aleatorio que es estar arriba.
Llevar a un campeón.
El referente en todo esto es el mundo del boxeo. Me explico.
Un día entra en el gimnasio un chavalito joven. Su mirada se entrecruza con uno de esos viejos preparadores.
Huele a sudor encerrado en el cuero viejo de los guantes, ese especial olor de lo viejos gimnasios. Ese olor a donde lleva a los chavalitos el hambre.
La mirada del boxeador de esos gimnasios se parece a la mirada de un perro abandonado, sin animo, sin dueño, sin tiempo.
Una vez que ha entrado, una vez que las miradas se han entrecruzado, el viejo sabe lo que ha encontrado, aun así, no quiere hacerse ilusiones para no perderlo.
Le enseña los primeros golpes. Izquierda, esquiva y derecha. Al instante lo hace. Solo que además hace un gesto, un tic, de los denominados de boxeador. Entonces ya no tiene dudas ¡tiene un campeón!.
Durante un periodo se le entrena tanto como se le cortan los ánimos de subirse a un ring en una velada. Es demasiado precioso el tesoro como para exponerlo con precipitación.
Un poco mas tarde de lo que seria normal debuta.
Una, dos, tres peleas para que vaya cogiendo confianza.
Los “paquetes” le permiten ir viendo de que madera esta hecho al viejo.
Cuando ya lleva seis o siete peleas se le pone lo que en argot se denomina: una piedra de toque.
Se suele coger un viejo campeón que ya viene de vuelta para que pruebe, “tiente”, que diría un taurino, al chico.
En esta piedra de toque se resume toda su existencia. Si la pasa con nota estupendo. Si la pasa con aprobado ya se sabe hasta donde llega su “sangre”. Si el fulano se le escapa vivo, para que vas hacer perder el tiempo a un chico.
Se le dice –Lo siento chaval, pero esto no es lo tuyo.
Un campeón se tiene que partir la cara en la noche de su gran pelea.
Se le van ranqueando, para que se sitúe al acecho del titulo. No se le puede ir llevándolo por ahí, de pueblo en pueblo a partirse la cara.
Es en este momento cuando los agentes tienen una vital importancia para saber lanzar su carrera.
Es una inversión de dinero que necesita de personas especializadas en esas lides para ir abriéndose hueco.
Pegarse por un titulo cuesta dinero y es el momento de invertir, de apostar para luego ganar.
Mientras el campeón a lo suyo. El trabajo de gimnasio y las largas horas de convivencia con el maestro han de ser toda su referencia.
A este respecto me recuerda mucho la historia del Jesucristo cristiano.
Un hijo que es condenado por el padre en la cruz, en un caso, frente a un hijo que es cuidado para ser echado a pelear. ¡Curioso rito de sacrificio!.
Llega el momento de la gran noche. Todo en ese momento se ha concatenado desde su nacimiento para ese instante.
El resultado de esa noche depende en parte de su casta, depende en parte de la trayectoria.
La línea de progresión ha sido ya marcada y el conseguir un titulo o no, es solo un progresión de su curva de ascenso.
Hemos visto como se lleva a un campeón en una disciplina muy especifica.
Por la crudeza de la actividad nos es fácil comprender que aquel que pierde por un fuera de combate le es muy difícil recuperarse tanto física como anímicamente.
Eso mismo sucede en todos los deportes.
Un campeón tiene que ser cuidado con el mismo celo.
No se le puede enfrentar a campeonato a tras campeonato sin que se produzca un triunfo.
Eso me recuerda como se prepara en golf. Se juega todo, con lo que acostumbramos a nuestro pupilo a ser el numero cuarenta o a conformarse con pasar el corte.
Este tipo de actitud es lo que se llama la “mentalidad del invicto”.
Alguien que no ha doblado la rodilla le cuesta mas perder.
Los otros competidores están “filtrados”
Un campeón es fruto de una planificación a largo plazo. Un plazo que es tan largo que corresponde con su propia vida. Eso le permite estar en el momento justo y en la situación adecuada.
Un campeón se tiene que partir la cara la noche de su gran pelea. Tiene que ser como los viejos toros de lidia que meten riñones en el caballo en vez de salir espantados.
Si ese momento de lucha lo anticipas no va a llegar con fuerzas al momento de la verdad.
Toda planificación es fruto de dar pasos muy pequeños pero muy seguros.
Muchas veces es mas difícil decir que no que aceptar un compromiso que si no estamos preparados perderemos. Sesgando así una trayectoria.
Por ultimo recuerda que llegar es fácil, lo difícil es mantenerse. Y todo aquello que sufras en el gimnasio entrenando te ahorraras de sufrirlo en la lona.
Todo se paga, en un sitio o en otro, pero se paga.
EL CABALLO Y EL MONO.
De una lectura muy somera de lo que hemos expuesto, sacamos la principal idea en relación con la técnica y nuestra mente.
Si bien es la técnica lo que nos va a permitir entrar dentro del virtuosismo dentro de la actividad que desarrollemos, es siempre la mente la que marca las diferencias entre el que es un campeón y el que no.
Nuestra mente tiene que ser entrenada para que no nos traicione.
Sin necesidad de entrar en profundidades excesivas, parece que en nuestro cerebro tuviéramos escrita una especie de contraseña para que todo nuestro cerebro buscara su autodestrucción.
Es mas, muchas veces parece que con nosotros va un niño caprichoso que no le importa lo mas mínimo que va a hacer con tal de ser él, el que imponga su presencia.
No obstante en nosotros existe algo que se llama fuerza de voluntad que nos permite siempre estar en lucha con ese niño chico.
Estas teorías ya fueron argumentadas en el pasado con la historia del caballo y del mono.
Nuestra mente no existe.
No podemos decir esta es mi mente, o es esta mi zona de la mente.
La mente lo es todo y es nada.
El cerebro, esto es muy importante es solo un habitáculo de nuestra mente, con un nombre físico que se llama cerebro y con unas funciones que le permite a la mente operar con un mayor o menor brillo.
La mente en definitiva no se halla en mi ni en ti, aunque nosotros somos parte de esa mente universal.
El cerebro, puede tener una serie de trastornos a nivel de su funcionamiento. Bien sean estructurales o del programa informático, nuestro cerebro es una plasmación de esa mente universal y multidimensional que se expresa pro doquier.
El cerebro a través de nuestro organismo desarrolla una segunda función que es la de tener conciencia de si mismo.
Esta toma de posición hace que muchas veces nos comportemos como un adolescente de los de antaño, que se empezaba a descubrir su cuerpo y sus sensaciones y no sabia muy bien lo que quería, engrosando esa larga lista de la “edad del pavo”. Hoy en día los ordenadores y la videoconsola nos permite que eso no se produzca. Nadie tiene que descubrir nada que no este en el juego de moda.
La mente no es nada de esto.
No debemos confundir lo que son los instrumentos con lo que es el concepto.
Es muy importante entender que todo de manera no voluntaria, solamente por existir, se encamina a...
El universo, las galaxias, aunque parece que no las ha parido madre, todas ellas llevan una serie de reglas marcadas por su devenir. Es por ello que siempre hablamos de un proceso argumental de lo que nos rodea no estático.
Un determinado parámetro de atracción gravitacional por la misma expansión del cosmos se ve trastocado.
Pero lo que no se trastoca es que todo evoluciona y que todo se muta.
¿A que es debido este proceso?
Para mi es muy claro, es la mente.
La mente es un concepto de finalidad.
¿Cómo se explica esto?. Voy a ponerte un ejemplo muy sencillo.
Si tu quieres levantarte temprano tienes que tener una razon muy importante.
Si por la mañana tu colocas el despertador al lado de la cama y suena, lo mas probable es que estires el brazo, lo apagues y descanses un poquito mas.
Sin embargo si tu sitúas el despertador lejos de ti, y además buscas uno de los que tienen un zumbido asqueroso seguramente, te levantes de manera inmediata y lo apagues.
La diferencia entre uno y otro es donde se ha depositado tu mente.
Si tu mente se queda en tu ámbito tu energía llega hasta ahí.
Si tu mente la sacas de tu propio espacio, todo tu cuerpo, toda tu energía progresa hasta ese punto.
La energía siempre sigue a nuestra mente.
La mente es finalista por definición. Solo tenemos que colocar el punto de mira y el resto se produce.
La mente es la vida.
Es aquí donde surge esa famosa frase de tus padres de “tener un fin en esta vida”.
En el momento en el que estamos.
En el momento actual si pudiera ser acotado en micras de segundo nos daríamos cuenta que el tiempo existe en función de nuestra finalidades.
Aquí la palabra finalidad esta recogida en lo mas amplio de su acepción.
Finalidad en cuanto a nuestra descendencia; finalidad en cuanto a nuestra progresión del trabajo; finalidad en cuanto a la chica que se sienta en el autobús al lado... rumbo a estas finalidades encaminamos todo nuestro sistema vital y emocional.
En ese instante que hemos cortado nos damos cuenta que de nosotros surgen dos o tres caminos a seguir.
En unos instantes posteriores, si fuéramos capaces de haber parado otra vez el flujo de las mutaciones que nos rodean, veríamos como los caminos han cambiado.
La chica del autobús fuma o el puesto que esperábamos ha sido concedido a otro, por supuesto, mas inútil que yo.
Por eso nos encaminamos a lanzar otra vez toda esa maraña de caminos para tener una serie de fines en esta vida.
La mente nuestra se compone de una serie de elementos para funcionar.
Yo ahora, en este momento, estoy escribiendo un libro.
Uso un ordenador para ello.
Es curioso como cambia el desarrollo de un libro según la tecnología que uses. El anterior lo escribí con pluma. Las sensaciones de intimidad, de sensibilidad se distorsionan cuando traspasas el manuscrito a la pantalla.
El libro es mas corto. Te has cansado mas y te has involucrado mas en cada párrafo porque el mismo cansancio físico de escribir hace que el parto sea mas duro.
El libro lo podríamos considerar como una expansión de nosotros mismos, pero esta se ve siempre influenciada por los medios que poseamos.
Sé perfectamente que el libro anterior, “Un viento suave”, de haberlo escrito en el portátil, hubiera sido totalmente distinto.
Por ello, los medios con los que nos halla dotado la naturaleza y nuestra progenie son determinantes en aquello que somos y como somos.
La inteligencia, la lectura, el sosiego del hogar, el dolor que hayas visto condicionan bien por acomodación o por negación tu devenir.
Todo eso lo arrastras y lo pagas.
Saberte salir de ello a tiempo es una de las actividades mas importantes en tu vida.
Teníamos pues una mente universal que se podría describir como finalista.
Por otro lado teníamos a un niño chico, caprichoso, que se encargaba de jorobar aquello que emprendíamos, tratando de hacerse notorio, distrayéndonos en una palabra.
Como termino de definición una seria la mente final, y la otra seria la mente emocional.
En la antigüedad ya observaron esta dualidad de comportamiento.
La mente emocional fue comparada con un mono que saltaba de rama en rama.
La mente final se le comparo con un caballo de los de tiro. Si se le sabia enganchar era poderoso, lento pero poderoso.
Al mono siempre había que tenerle atado a un poste.
Una vez que estaba tranquilo, además había que convencerle para que permaneciese allí.
El resultado final, te preguntaras, el mono, siempre se imponía.
El mono viene siempre alimentado por los visitantes externos y por eso hace sus monerías.
Muchas veces la única forma de solucionarlo e impedir que esos visitantes accedan al recinto del primate para que pueda ser sosegado.
Cuando hay mucha afluencia de publico, incluso corremos el riesgo de que se nos escape.
La mente concebida en su globalidad es como un general que dirige a las tropas.
Cuanto mas aséptico sea en sus decisiones y menos se deje influenciar por los aspectos secundarios mas fácil será nuestra victoria.
La mente es un general que se compone en su toma de decisiones de la compañía de un mono y un caballo. (y en ellos delegamos nuestro destino, ¡estamos apañados!.
EPILOGO.
Todo llega a su fin.
Es curioso como ha surgido este libro, pues, cuanto mas ahondaba en un sistema para lograr que la mente funcione como dios manda, mas me crecía el dolor interno y la angustia.
Los momentos personales no han sido fáciles, y este ha sido, la primera muestra del dolor de dichas circunstancias.
Espero que no haya trasmitido mi pesar en un texto que busca otro fin, pero cuando con el tiempo, me lleve a donde me lleve, lo analice, espero albergar en mi rostro una mueca de sonrisa.
Todo es producto de un sexto sentido que tiende a indicarme como han de ser las cosas.
Todo es producto de una forma especial de querer mear fuera del tiesto.
Todo es producto, como titule el segundo libro de golf, de hacer las cosas a mi forma y manera.
Es probable que el libro en determinados aspectos peque de denso.
Es probable que el libro en determinados momentos peque de contar historias.
Y es mas probable que peque yo mismo de haber dado una patada a determinados conceptos de otras disciplinas ya establecidos.
¡Me alegro!
La preparación interna es tan importante como la externa.
Estoy harto de la zanganería y la búsqueda de mediocridad en aquellos deportistas que son considerados en el umbral de la elite.
Estamos pasando un periodo donde se ahonda muchísimo en todo el conocimiento biomecánico de los diversos deportes.
Cada día es mas normal, por ejemplo en golf, observar un mismo sistema homogéneo de swing. Todos hacen lo mismo.
Eso conlleva un doble fallo.
Por un lado el swing no es una expresión de ellos mismos. Se asemeja a cuando ves bailar sevillanas en Boston a un holandés.
Por otro lado la mayoría de los jugadores están huecos, no trasmiten, parecen solamente muñequitas de porcelana.
Cuenta una vieja historia de boxeo, que dos rivales después de haber celebrado un campeonato de los de antaño a quince asaltos, habían quedado en la calle, después del combate, para arreglar luego las diferencias como lo hacen los hombres.
Falta coraje.
Si tu observas una revista de culturismo, cosa que no deseo a nadie, te das cuenta que hoy en día están mas grandes que nunca.
Los fármacos han buscado su hueco.
A cualquiera de esos acromegálicos duran en una revista dos portadas, después se extinguen. Eso es porque detrás no hay nada.
Las épocas míticas de Arnold han pasado por la búsqueda de personajes de dos dimensiones, sin profundidad.
¿A dónde vamos?
Esta pregunta me hace recordar un viejo póster de boxeo donde Larry Holmes metía un directo a un robot. El póster se titulaba el hombre contra la maquina.
De todas manera ¿como se equilibra el mundo?, que curioso. Cuando no teníamos avances tecnológicos en el deporte destacaban aquellos que tenían esa fuerza interna.
Hoy en día cuando los sistemas de análisis son procesados por ordenador, el deportista carece de ese viejo espíritu de antaño.
La evolución y la comodidad te hace perder la mirada del tigre de Balboa.
Quizás los deportistas también, se tengan que desterrar a Siberia para encontrar ese arranque místico del deportista que se parece mas al héroe clásico.
Añoro los viejos tiempos.
Unos tiempos que no he vivido, pero unos tiempos donde se profundizaba en el pasado.
La mayoría de mis sistemas estrambóticas son consecuencia de aquello que yo pienso. Lo mas parecido se ha refugiado en viejas historias orientales.
Es como si hubiéramos perdido la noción del tiempo. Es como si hubiéramos perdido los textos y tradiciones de antaño, solo porque ahora se denomina deporte lo que antes era una excelencia.
Hemos perdido todo el ritual que nos hacia enlazar con otra dimensión. Un estadio donde nos trascendíamos para enlazar nuestro camino con el de la historia.
Hay algo mas triste que un torero vestido de luces en una plaza de toros cubierta, en enero y con un albero que al día siguiente se convierte en una cancha de baloncesto. ¡Hasta donde queremos llegar!
El deportista camina hoy en día por la senda del dinero, y este no conoce ni de rostros ni de personas.
El billete se ha introducido en todo, borrando el romanticismo de antaño.
Pero nunca debemos olvidar que siempre el publico busca detrás del deportista al personaje. Un personaje que admirar, un personaje donde se prima su intrahistoria.
No adoremos lo hueco y nuestro deporte alcanzara esa dimensión que tiene en otras partes y en otras épocas.
Las alas de la victoria te encumbren en un vuelo sin descenso.
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