El cuerpo de la mujer es el arte de la sensibilidad en una ecuación de pura fuerza.
Todo su entrenamiento no es físico, es decir, no se basa en cuestiones físicas.
Su entrenamiento es la expresión de un estado interior, por tanto, es pura química.
Tiene que ver con el equilibrio de las emociones en la belleza del rostro o en la proporción muscular del alma contenida en cada parte de su cuerpo.
Es un trabajo de Gourmet.
Un luthier que equilibra tus sonidos para alcanzar la armonía cuerpo, mente y alma.
Sólo sé entrenar a la mujer desde la más profunda exquisitez.
Por eso convertí su entrenamiento en una meditación.
Por eso te pido que si vienes a mí, a que te entrene... primero, DÉJAME CUIDARTE.
Cambiar el mundo es cambiar la forma de ver el mundo.
www.miguelmochales.com
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