Entrenar tu espalda es el arte de saber mirar dentro.
La espalda no la ves y sólo si cierras los ojos la sientes.
Por eso muchos ven la vida de espaldas y no cierran los ojos y no la sienten.
Es una simple metáfora que te lleva a comprender que es más real aquello que sientes que lo que miras.
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