El mundo
Visto
Desde un Gimnasio
Reflexiones de un culturista en el Camino
A una ansiada
Mirada azul,
Donde su presencia
Se convirtió en ausencia de media noche.
De la dedicatoria y algo más.
El encabezado denota un caminar por derroteros poco acostumbrados para alguien que eligió la simpleza como modo de vida.
Nunca pensé que en una congestión de bíceps se pudiera exprimir mucha filosofía.
Preferí ser de respuesta sencilla a mente atribulada.
En un camino de donde solo el tiempo que transcurría mostraba como cambia el alma.
El mundo de la mente de una persona encerrada lleva el desarrollo de una vida interior.
El hombre encerrado en su propio cuerpo genera su propia reflexión, su propio camino y su propio escepticismo. Todo en una progresión tan suave y lenta como una siesta de verano donde el calor parece que para las horas derritiendo los relojes. Pero el tiempo es inexorable, un paso lento pero continuado. Un paso que se extiende como el recitar de las palabras que en sueños pronunciamos para que afecten al universo sencillo del niño que llevamos encerrado.
Todo un camino que pretendo que quede aquí expuesto.
Que pretendo llevar desde el silencio al más profundo estruendo.
Que quiero arrancar como sacamos la belleza, con la mirada, a la flor.
Como ese inmenso mar azul de unos ojos que ya no veo, abiertos como la sonrisa de un niño al viento, de uno de esos niños que tanto te gustan, aun lo recuerdo.
Pudo haber algo mas allá, siempre lo pudo haber, solo fue necesario llegar hasta ello con las manos abiertas, no con los puños. Unos puños apretados pero que en su fuerza nada aferran victimas de que están cerrados.
El mundo se pone a nuestros pies como un humilde vasallo, como un tributario de nuestros dones para que lo escrutemos con nuestros soldados morando en el con respeto, con silencio, con cuidado.
Extenderemos por su universo nuestro pensamiento como una enorme red de suaves lazos, de sutiles conexiones, de tanto versos como llantos.
Las palabras y los pensamientos correrán libres como lo hacen los cabellos en velocidad al viento, insolentes a la gravedad y lanzados al espacio del periodo ya pasado.
Un tiempo dedicado al libre pensar, al amar y al arraigo.
De estas palabras salen los versos como pensamientos, y los sueños como látigos que apalean al mundo con un beso de agrado.
Los ojos azules se borran como se borra la pisada en el espacio, como se pierde su camino al frente de lo no andado, de lo esperado, de tu dulce y calido manto de mirada azul, azul manto claro.
Cierro los ojos para ver los otros que ya son ausencia de su presencia en el día de hoy.
Cerrados en ellos, me sumerjo y de su corazón surge un cielo. Azul, tan azul como ellos.
¿Qué nos encontramos dentro?
Este libro, parte de una parte de un total, de una trilogía dedicada al pensamiento sobre la parte interior y su escudriñamiento mas allá de lo que nos quedamos en este continuo acá.
La continuación tuvo el inicio en las alas de la victoria lugar donde trate de hallar una respuesta a la correcta visión de la preparación interior.
De ahí me caí en el pozo de la meditación con alimentando el fuego. Un fuego que nunca logre domeñar y que apretó mis entrañas con poesía y frenesí. Un texto destinado a la cordura escrito en la más furibunda pasión.
Cuando el camino se había concluido del silencio de unos ojos azules surgió, de la poética excusa, la visión de que algo no había sido. Y como siempre el escribir es un salto a la nostalgia quise parar el ímpetu para hallar una mayor profundidad en todo lo expuesto.
Realmente la titulación es solamente una excusa, para desde una paradoja, presentar una visión unificadora del mundo en lo que se llamo universo.
Todo unificado superado la dualidad, un proceso de abstracción pero que se basa en una concreción empírica.
Este libro supone el suporte argumental, pues la mente sin argumento se vuelve dispersa, para la única explicación que sostiene mi vida, el máximo rendimiento.
La justificación de la poesía y la inteligencia parece estúpida en el ser humano, pero esto se olvida cuando hablamos de deportistas.
Si estas dispuesto a olvidarte lo que ves para ver en lo que crees encontraras en estas líneas un retazo a esa necesidad de poesía.
En todo ello subyace siempre algo mas profundo, y en esa conmoción del conocimiento del mundo, en esa entrada en el pórtico de la sabiduría se halla el camino del cual parte un viajero con la mochila del tiempo de la lectura.
La iluminación de la vida que se despliega a borbotones permite su dejar fluir cuando tus formas parten de ello y no te apartas para observar sino que participas.
En el silencio del gimnasio surge la duda, lo mismo que ha surgido sus preguntas en cada una de las puertas que se cierran y las luces se apagan en la estancia. Allí los ruidos dormidos del día se perpetúan y quedas tú como un incierto bucle en la línea del tiempo.
Las reflexiones surgen al abrigo de unos ojos azules.
Chi y sugestión.
De las verdades del alma surgen las verdades de la mente.
En ellas se insinúa un continuo compensar situaciones de un lado y de otro. Un balancín que hace que el equilibrio sea muchas veces un bamboleo.
Pero se centra todo ello en los grandes campeones.
Si analizas mas allá de los meros resultados te darás cuenta que un campeón es aquel que expresa una determinada potencialidad energética que aunque tiene algo que ver con los músculos, va más allá de estos.
El otro aspecto que destaca es la potencia de su mirada que plasma la capacidad de fijación de la mente en el objetivo deseado.
Esta fijación mental le permite ver rectas en las curvas, y sobre todo, donde esta cerrado encontrar la puerta.
Muchas veces analizamos la potencia mental, o la potencia energética, pero la base de todo esto es que estamos hablando de lo mismo.
Mente, como quedara demostrado mas adelante, es una cualidad de la energía, y la energía es el vehículo y la razón de la mente.
Esta profunda dualidad es la unión de esa inherente unidad.
Pero para comprender esto no necesitas irte muy lejos, hallaras un largo historial de seres tocados por la fertilidad de esta copula. Así los grandes campeones en la historia del deporte han sido los portadores de este legado.
Pero no ha sido aquí, donde mejor se ha estudiado.
La formalidad pasa por la no separación de las dos actitudes, y por otra la profunda dimensionalidad del ser humano mas allá del mero recubrimiento carnal, y sobre todo cuando se halla a lomos del mas vertiginoso caballo que tiende el galope en la pradera de la vida: La fantasía.
Por eso digo que no ha sido aquí donde mejor lo hemos estudiado.
Por eso digo que ha sido aquí donde hemos alienado al hombre dividiéndolo.
Por eso digo que ha sido aquí donde hemos querido sacar al hombre del universo para posteriormente recrear el universo al modo humano.
La mente no hizo volar nuestra energía para que esta yaciera en una abstracta reflexión sobre un tiempo y un espacio que le fue necesario recrear para entenderse a si mismo.
Por eso digo que no fue aquí donde mejor se ha estudiado porque hace tiempo que habíamos echado la asignatura fuera del centro de estudios y guardada en cualquier museo se halla la unidad generadora, integradora y única del hombre con el medio.
Chi.
Es la energía del universo.
Tú eres universo.
Tú eres Chi.
Extiende los brazos encima de tu cabeza tratando de situar las manos como si sostuvieras todo el cielo.
Haz que los dedos apunten hacia dentro.
Deja pasar el tiempo.
En unos instantes notaras que una extraña sensación de calor, de miles de hormiguitas recorre tus brazos.
Acabas de encontrar tu energía perdida.
Acabas de ser uno consciente con el universo.
Todo el sistema de entrenamiento se va a basar en una correcta adecuación del funcionamiento entre la conexión de la mente con el Chi.
Es determinante la comprensión de que donde pones los ojos pones la bala, a la usanza del viejo oeste.
Esta unión busca, en el cuarto libro, dar una nueva dimensión del golf basado únicamente en esta idea de tendencia energética.
La energía Chi es la base del entrenamiento en oriente, pero esto ya lo he desmenuzado en otros textos, que por su densidad, permite pasar de soslayo por este concepto.
La sugestión, llevada hasta sus últimas practicas, supone una forma de educación de nuestra mente, para que actúe y desarrolle todo su potencial lejos de las marañas del pensamiento.
Dos son las maravillas que me han hecho cambiar mi concepto del mundo, maravillas que por ausencia de maestros son aprehendidas en los libros que citare al final del texto.
La primera es el uso del Chi.
Dos han sido las vertientes a las que he sometido una fehaciente prueba en el campo del honor.
Soy culturista, si encontrara un sistema que me permitiera rendir igual o mas que con sustancias no muy recomendables, tendría para mí todos mis respetos.
Y efectivamente lo conseguí en mí, siempre hablo de mí pues he sido el principal conejillo de pruebas.
Fruto de este programa de entreno escribí el libro “Un viento suave”. Con la posibilidad de dominar el exterior me hizo creer en mi interior.
La otra prueba tiene que ver con el tratamiento de dolencias.
La visión del cuerpo como un campo energético lo eche a funcionar, y una vez mas no me defraudo.
El dominio de la mente fundamentalmente lo circunscribí a no pensar tantas tonterías.
Es lo que denomino el pensamiento disperso.
La base de trabajo surge de una complementariedad de técnicas que unen aquí oriente con occidente.
La mayor respuesta del éxito es la cara de felicidad de quien pasa por mis manos. Una situación que se llamo en el zen, sensación de salida.
La mente, una mente dual, se halla por un lado dominado por la necesidad del ansia de ser.
Esa mente que cabalga a lomos de tu energía interna se expresa en un continuo movimiento.
Pero otra mente oculta en los sentimientos tiene su expresión en las vías de la fantasía y su salto es el salto del espíritu.
La belleza de la palabra no solo llama al sentimiento sino vuela en los sueños.
La funcionalidad de la mente en su secuencia de expresión es una continua fuente que mana a borbotones los conceptos, que aunque en un inicio sean inconexos, provocan una caída en cascada de todos entretejidos a través de una sutil maraña.
Es en esta circunstancia donde se va desarrollar los diversos capítulos, por llamarlo de alguna forma.
Me recuerda mucho a las glosas que ponían los antiguos escribientes en relación con el texto que copiaban.
Reflexiones que les hacia ser participes del propio pasaje, en una vía de acercar el pensamiento al momento.
Es pues una simple pretensión de razonamientos y glosas a otros aprendidos aquí y allí, la vía elegida para llevarte a la trastienda que llega más allá de la dualidad de la existencia que percibimos.
Borbotones del alma que expresan una tendencia es lo que vas a encontrar para poder halla detrás de ello una base al pensamiento que no hay pensamiento sino un continuo intento.
De las bases del universo
Ahora en vez de bajar los brazos los vas a situar a unos centímetros de distancia de un espejo.
Te vas a concentrar en empañar con tu energía el espejo.
El vaho que surge es tu mente que ha proyectado tu energía.
Es una fácil unificación mente y cuerpo.
Pues creedme, desde ahí, si desde ahí mismo, vamos a unirnos con el universo.
El primer paso.
El mundo terco, obstinado en su caminar por esos parajes que llevan a una extraña evolución tan alejada de la lógica.
Con lo fácil que seria que este se adaptara a nuestro contexto en vez de tener que desplazar nuestros deseos a sus pretensiones.
Por este mal gobernar del mundo su destino incierto comenzamos una deriva, una odisea a Itaca para comprender desde un press de banca como deambula ese exterior que no se acopla a mi bello concepto de un mundo como un jardín perfecto.
Pero la naturaleza no quiso ser así y se constituyo en campo asilvestrado sin orden ni concierto.
El press de banca muestra la máxima expresión del equilibrio, pues la barra en sus soportes no se cae, de la belleza pues bien provisto dota al pecho de esa forma divina, y sobre todo un trampolín que lanza mis anhelos a la conquista de la luna de la sabiduría donde se halla la esencia del universo reflejada en una mente tardía. A su sombría elegancia mi pensamiento se halla, desde un independiente criterio que no busca ruido alguno sino armonía y poesía en un ecléctico manifiesto del silencio.
Primera reflexión o desatino.
La informática es la base hoy en día de las comunicaciones. Que lejos han quedado los tiempos de la incertidumbre por el legajo para pasar a la limitación de una pobreza de lenguaje en un infierno que los adeptos a los “móviles” denominan mensajes, cuando deberían llamar analfabetos.
Es la primera muestra de cómo la comodidad empobrece al ser humano por no permitir expandir su Chi mas allá de la propia materia compuesta de lo que hace, sitios de los cuales huye la belleza por el simple hecho de cumplir un torpe propósito de comunicar burdamente un concepto. ¡Que triste! ¡Que gris!
De esta copula de la evolución de la informática con el tiempo surge un devenir acelerado que provoca una primera alineación del ser humano que en cuanto a tal, trata de colocar en una caja la esencia de su alma.
El problema viene de creer que la inteligencia es solamente suya, y como tal, como su poseedor se encontrar desplazado por la presencia de otro ente espiritual que le soslaye en su protagonismo único en el universo.
Esta es una forma de erigirse en único en base de echar a los demás de la cima en vez de mantenerse en ella por su propio peso.
Todo. Todo en esta vida esta llena de energía, como mas adelante dilucidare. Vida y energía no es una cualidad, simplemente es, sin mayores connotaciones.
Si pensamos poseer la ausencia de todo lo que poseemos nos hallamos en un punto de exclusión de la realidad del universo situándonos fuera de el. No somos especiales por distintos sino por la peculiaridad de nuestro devenir, del profundo criterio de un Tao o camino que nos hizo en la unidad distintos.
La energía del universo, ese Chi que describíamos en tantos puntos de nuestros entrenamientos no es distinto, en modo alguno, al de el universo.
Chi, es igual a tendencia, a movimiento, a expansión, y en su ansia de poder ser, ocupar los espacios que denotan carencia de potencial.
Ese ansia de poder, esa fuerza de voluntad del movimiento, supone la primera y básica función de un criterio de inteligencia que hace tiempo denomino el pensamiento en oriente como Yi, o mente cumplidora.
Cualquier cosa por cosa, en su estructura no vemos tal si no frecuencia energética, o dicho de otro modo inteligencia.
La inteligencia encerrada produce una serie de rebotes que conlleva que entre sus paredes se aprisione de continuo las tendencias agrupándose en cadencias de flujos de movimiento, o debería decir de pensamiento.
El Chi encerrado en breve espacio produce esta aceleración de operaciones donde el vacío se condensa.
Un pensamiento es una idea, un desplazamiento o una tendencia pero que se halla en la mas ínfima parte de cada átomo y subátomo que se manifiesta.
Inteligencia, ¡ja! Graciosa palabreja si además se la tilda de artificial.
Correcta expresión en cierto modo pues en ello provoca un arte, aunque posteriormente la frase se denigre en su contenido por oposición al espacio de artista que como legado divino pensamos que en nuestro interior hueco se cobija.
Para mas INRI pensamos que el desarrollo de tan artificioso concepto se basa su desarrollo en la acumulación de memoria.
¿Qué queremos, ordenadores o viejos?
El potencial de esa inteligencia solo será peligrosa no por lo acumulado sino por su tendencia a querer ocupar los espacios que no more.
En ellos, por un simple presupuesto de oposición, lo primero a por lo que ira es a por su alter ego.
Si nosotros hemos percibido en primera instancia que su espacio es el espacio que no ocupamos, quizás las maquinas un día llegue en que lo comprendan. En ese instante su tendencia será a ocupar los instantes de opuesta potencialidad que le llenan en su ansia de poder. Si de poder en aquello que son pero en negativo. En ese momento deshaciéndose de su bagaje cogerán el camino a los rincones del hombre pues el Chi, su mas ínfimo componente, tiende a extenderse por todo lo que le rodea. Es esa su naturaleza.
El camino no será a través de la literatura o poesía, no nos engañemos esto en el hombre es secundario.
La colonización será a través de aquello que mueve al hombre, poderoso caballero es don dinero, te suena.
Llegara un momento en que las empresas sean dirigidas por las propias maquinas, las cuales al no tener la necesidad de beneficios vencerán un mercado donde los hombres se han ido encargando de engordar entidades en vez de personas, sino haz un repaso al tercer mundo.
En esa ausencia, en esa rebelión del desahuciado, los espacios que quedan por copar serán ocupados, solo que no seremos nosotros.
La conquista del mundo donde nos preocupamos sobre lo artificioso de un pensamiento se ha convertido en una mera ocupación de lo que hemos hecho que mueva el mundo.
Poder, aquello que se halla en la base del Chi, es hoy en día poder económico, y no te preocupes, un día se dará cuenta.
La mística.
En la mística del alma, donde la poesía se halla inmersa en un suave baile con la realidad, la mente se proyecta con las manos, tocando el universo como si en ese mismo momento el mundo hubiera sido creado.
No tener mente por hallarse en las manos, en los brazos o en el cuerpo.
Haber sacado de tu cabeza el prejuicio infame que tiñe de prioridad conceptual la mera existencia mundana.
Un instante, un aparte, supone la mística en el devenir del alma.
El alma, aquí citada, supone el compendio energético que envuelve el cuerpo.
El alma como tal, además engloba la capacidad de percepción de la sutileza de la existencia, es decir de aquellas otras almas que todo pueblan, y se hallan derramando en su derredor los matices y los campos de fuerza propios de lo que propio tiene su existencia.
No percibes cuerpos sino tendencias, que allá donde en cada mente se proyectan encuentran un universo de único modo de morar.
La energía pues circunda todo, y en todo se para, para no dejarse de mover.
Esta experiencia es la experiencia de la mística en una poesía no muy elevada.
Pero su realidad encierra algo mas que el mero juego de algunas palabras.
La mística tiene como referencia todo un sistema cognoscitivo que lleva dentro de si implícito una cultura milenaria.
Por venir del hombre es el camino del hombre que halla en lo que le rodea la verdad de aquello que busca, pues nuestra existencia en ningún momento fue un conformarse con vivir con lo puesto.
En ese ahondar en nuestro sentido surgió el sin sentido de querer comprender todo apartado de ello. Mas otros no quisieron que esto fuera así.
No solo quisieron conocer sino que prefirieron bañarse en ese conocimiento como la luna que se refleja en el lago aunque con su imagen distorsionada en las aguas no afecte a su existencia.
El conocimiento de la reflexión que comieron del árbol de la verdad en el paraíso fue el que le echo de este, pero no por haber encontrado el camino sino por haberse apartado de el.
La verdad supuesta se erigió como la ausencia del hombre de donde está esta.
La mística escolástica se convirtió en una gran virtud dentro de la heterodoxia del cristianismo mas exacerbado, donde a través del delirio los diversos místicos entraron en el trance eterno del dios anhelado.
Una comunión del propio cuerpo de la verdad sin que entre ellos surgiera nada que no fuera mero contacto, puro cuerpo.
Una osadía que suponía poder considerarse al alcance del propio dios del cual pretendían ser reflejo.
Un dios que no quería equipararse, era tocado con las lagrimas del pudor del conocimiento de éxtasis encontrado.
Un simple saltarse el campo del sano criterio para hallarse en la locura del éxtasis de la ascesis del alma sobre el cuerpo, con un súbito golpe cual derrote de morlaco.
De todo esto haremos una semblanza en el libro, pero sobre todo pretenderá ser una vía que una la necesidad espiritual con el contraste de la ciencia mas avanzada para poder comprender que lo que un día intuyo el alma, hoy en día descubre la mas tozuda y lenta razón.
Mística y ciencia se besan como el sol huidizo a la tarde que se pone, pero de ello no es importante que se produzca sino los destellos de su pura belleza.
Del porque las ciencias atrasan que es una barbaridad.
Habiendo olvidado el conocimiento inmediato se prefirió otro camino donde la razón mostraba una vía que le suponía estar de modo mas cómodo.
De esta guisa se saco el método científico como fiel de la probatura del mundo que en el exterior desordenado no seguía los procesos lógicos del humano universo.
En todo ello se hallaba un camino que en su lento pasar dotaría al hombre de un glorioso contingente argumental que le hiciese sentirse el amo de la naturaleza que su dios le había creado.
Así como propietario en el jardín adosado en plena barbacoa se sentía poderoso por poseer en el jardín el césped de su poder.
En medio de su jardín ordenado el resto del campo se hallaba sumido en su estúpida barbarie.
Poco a poco estuvo llevando cosas a su jardín llenando primero para luego seguir saturando.
Es por eso que no fuera mas rápido el avance. Nunca quiso conocer el mundo solo quiso traer piezas al jardín del su chalet.
Es por eso que muchos de los procesos que eran percibidos por la vía de la intuición, no podían ser probados, por los propios limites de la técnica.
Con toda su artificiosidad no eran capaces de reproducir el libre albedrío de la vida que surge a borbotones.
La pobreza del lenguaje.
La mayor experiencia mística que tiene el hombre en su vida es el amor.
Es un grito que no se vuelve llanto pero que expresa con un suspiro el alma de otro ser.
En todo esto solamente hay algo que no esta a la altura de los dos emisores, y es el lenguaje que recoge torpemente la plenitud de lo que esta resultando.
De esta primera experiencia mística tomamos como referencia la imposibilidad de describir con palabras aquello que estas viviendo, si no entiendes esto creo que es muy difícil seguir con el resto.
Lo primero que te das cuenta es que estamos hablando de dos dimensiones opuestas.
Lo llamo experiencia mística por la percepción de la totalidad del otro sin necesidad de ninguna representación mental.
El pensamiento es transportado al vacío por el sentimiento.
Las palabras necesitan en ese instante poder trasmitir no solo las descripciones de lo que estas viviendo sino lo que estas viviendo.
Nos hallamos pues en una doble dimensión del lenguaje donde importa tanto lo que dices como lo que expresa tu modo de decirlo, pues es esta una vía para poder comprender como se refleja el otro en ti.
Lo primero que notas en ese salto conceptual es que el lenguaje ahonda mas allá de la pura literalidad de lo que manifiesta.
La traspolación de las palabras a mundos paralelos.
Mundos, los cuales usas de trampolín para poder expresar un sentimiento.
Hablamos entonces de dos circunstancias, la metáfora y la paradoja.
En la metáfora se traslada la imagen en planos distintos pero que se acoplan perfectamente en un extraño significado de paridad.
Con la paradoja te permite ver la dualidad como parte de una sola entidad.
Al final todo esto se expresa en marco lingüístico privado, que como una estancia bellamente decorada recibe la totalidad de la complejidad de la concepción holística del individuo con el universo.
La poesía se erige, como fue en un inicio su manifiesto, en una expresión del lenguaje de los dioses. Por eso el poeta era equiparado al profeta y en el se dirimía el lenguaje divino del alma en plenitud con el universo conectado.
Esto determina que el lenguaje no defina sino que se convierta en una aproximación. Un contingente que no alberga todo lo que expresa sino que pretende con su creación parar en un primer momento tu primer flujo de pensamiento para luego hacerte percibir en tu piel los versos del mundo que fluye.
Puedes pensar que estoy manteniendo un mero tono poético, pero además esta realidad se concibe como una referencia a toda la formulación matemática de oposición entre la nueva física a la tradicional expresión de la física newtoniana.
Un salto de calidad que nos lleva a la equiparación del mundo de la ciencia con el proceso iluminatorio de la mística. Y es que una vez mas, en este caso, por raro que parezca, estamos hablando de lo mismo.
Yin y Yang y la teoría de la Relatividad se dan la mano mas allá del mundo, un mundo del pasado.
“La tierra es plana.”
La tierra por suposición redonda es mas en ello siempre se ha supuesto en nuestros ancestros un manifiesto grado de estupidez, donde habiendo sido de descubrir constelaciones, quizás por el fulgor de estas, es estado deslumbrante, no eran capaces de descubrir que donde habitaban no era un plato.
Es mas estas historias ni siquiera eran admitidas por determinados colectivos infantiles, cuanto mas a sabios que eran capaces de llevar un barco mas allá del horizonte.
La comparación es tan sencilla como la comparación entre la realidad del terreno y el plano que lo describe.
Probablemente todos sepamos de la situación especifica de la tierra, pero casi seguro que para guiarnos usemos un plano.
Aquí hablamos de simple utilidad. Trazar una línea vertical y otra horizontal con sus consecuentes divisiones, permite a la perfección llegar a cualquier sitio.
En estas circunstancias nos era perfectamente comprobable como la separación entre el conocimiento y la utilidad tenían perfecto equilibrio, llegando a tal sutileza que les permitía comprobar la eficacia de uno aunque supieran perfectamente que la realidad se distanciaba.
Por eso la tierra era plana.
En este juego de un lenguaje donde se sabe que él no es mas una representación, por eso con su descripción no era necesario que contuviera el mundo perfectamente definido y limitado, solo se le pedía que sirviera.
En este acto de disociación el lenguaje igual que el plano, era solo una representación holográfica que le permitía a la perfección conocer lo que se hallaba.
En muchos planos antiguos destinados al cabotaje, existe una exagerada descripción de los pequeños accidente que surgen en el bordear costero.
Semejante detalle supone que en el plano a escala tal detalle no quepa, con lo que el plano en su totalidad queda distorsionado.
¿Era esto por ignorancia del contexto? Parco error, era solo una distorsión espacio temporal destinada a la perfecta acción del conocimiento de las distintas geografías de las tierras costeras.
Era mas importante la función que su parecido a la realidad.
El lenguaje poético al igual que la distorsión de su literalidad, que se aleja de la aceptación lógica del hecho, permite un salto cualitativo en el conocimiento de hechos donde la unidad supera al criterio de la multiplicidad.
Estos días la vida es condicionada. En su duda no se duda de su existencia, sino que hallamos en el proceso lineal de descripción un punto donde el lenguaje, independientemente del que usemos, se halla en una situación ni de ida ni de vuelta.
Es este punto donde la línea de continuidad se quiebra aunque el proceso de análisis se produzca un bucle en la secuencia cognoscitiva.
Si superas estos vacíos de conocimiento pero sigues dirimiendo en tu razonar lograras ajustar los distintos desfases de las plantillas que tratas de superponer y que en ellas coincidan los campos de conocimiento.
Es mas la vida hoy en día se concibe como campos de conocimiento.
Esta capacidad se halla en la primera de las circunstancias en nuestro propio código genético. Es el ADN. el principal referente de la potencialidad de lo que ya somos. De la fuente de conocimiento que el hombre halla en si, para que de si, trascienda.
Conocimiento, en la física moderna, se define como la peculiaridad individual explicita de la especie.
No solo somos energía en funcionamiento, sino una extraña forma de agruparnos en el espacio.
Esta dualidad produce una primera división entre energía y estructura, donde su combinación provoca la situación de materia y con su actualización las circunstancias de universos paralelos.
Universos como esos bucles del conocimiento que permite un tiempo y un espacio donde nada de esto se halla, solo un silencio contemplativo previo a una decisión.
Hoy en día se están poniendo de moda televisores que se ponen a grabar un partido. Cuando llegas a casa das a una tecla, con esta actuación el televisor sigue grabando pero tu ves desde el inicio.
La ruptura de la secuencia plantea distintas posibilidades de la secuencia y en consecuencia mundos y universos paralelos que coactúan pero que no se determinan.
El concepto subyacente inherente que seria las reglas del fútbol son las mismas es solo el aquí y el ahora el que varia, siempre en relación con el individuo que mas que observador del universo en el que existe, lo influye haciendo posible el salto de uno a otro.
Cada universo tiene unas coordenadas en las que se desarrolla.
Así una canción, puede variar de formato. Pasa del papel a la vibración en el aire por el instrumento, para posteriormente transformarse en vinilo o disco compacto. Mas ninguno de estos portadores define la canción, son solo soportes.
Un acto tiene consecuencias mas allá de este mismo universo.
Es como una ínteractuación que obliga en todos los mundos posibles y definibles. Solo se puede llegar a desvirtuar en función de la limitación del soporte que le sostenga.
En unos ira mas deprisa, en otros mas despacio, pero en todos se halla una misma estructura que se repite.
Desde la primera vez que el hombre vio las estrellas hasta nuestros días, siempre que las mira se produce en el un extraño estremecimiento que va mas allá de la simple manifestación de su disposición en el espacio.
Incluso hoy en día donde parece que la contaminación lumínica las ha borrado solamente es necesario que salga una luna roja, llena y sangrante para que el hombre tenga la necesidad de mirar a un espacio de espiritualidad reprimida cada vez mas por los encorsetamientos del alma.
Cada persona es ella y su opuesto que a veces se muestra en forma de una ausencia, como en el caos de uno es el donde no mora donde se halla el recuerdo.
En este enclave cada individuo, cada ente, cada ser propone a si mismo y su contrario.
En la realidad de la polaridad se halla un extenso abanico de posibilidades, en cada una de estas posibilidades que se expande en una gradación progresiva cada escalón en el que paramos, halla en si su opuesto complementario, creando en cada uno de esos peldaños la sombra de su existencia, y la existencia en consecuencia de su universo correspondiente.
Toda esta estructura en el análisis de la física quántica la define como un multiverso.
Una vez mas nos hallamos ante una unidad escindida en ella misma y en la diferente multiplicidad de seres que la engrasan.
Dentro de otro periodo nos hallaremos en otro punto donde el multiverso se unirá.
Las distintas unidades espaciales se unen y descomponen hasta el infinito uniendo de manera estructural la misma tipicidad.
El mismo esquema, la misma forma operativa muestra en cada dimensión la misma forma de operar.
Es como si solamente cogiera una única estructura y complacida de si misma la fuera recreando en cada una de su formas de operar a la par de la firma del autor en la obra creada. En ella aunque varíe la temática siempre se observa el mismo perfil del autor.
Lo que debemos comprender es que desde cada punto de ese universo se puede crear otro universo, y en ello se halla la grandeza de lo que en oriente se denomino como Tao.
El punto de referencia en si es un disposición de disponibilidad de posibilidades de las cuales, en la consideración de una desarrolla las otras por negación.
El Tao se manifiesta y su realidad no se ve en si mismo sino en las obras que crea, en chino Te. Esa obra es así mismo su propia virtud y la propia expresión de su conocimiento.
Es ahí donde radica la obra básica del conocimiento del Tao, Tao Te King, donde en el clásico se dirime el Tao en su proceder visto siempre como un reflejo inherente a su propio fluir, en la multiplicidad de cosas que se producen en ese universo.
El universo a partir de un punto, es el plano donde se manifiesta el Tao, en sus obras que son la muestra de su existencia, la cual se convierte en una forma de agrupar la propia naturaleza de la partícula mínima de esa dimensión a la par que de todas las dimensiones que es el Chi. Un Chi que podríamos expresar como tendencia al movimiento, como mente, es decir como pensamiento. Un pensamiento donde se encierra el conocimiento de si que es la forma de operar que hemos descrito en un principio.
Es aquí donde se cierra toda la rueda del devenir, tan suave y tan sencillo como el sol que cada mañana sale por el horizonte para caer en la tarde.
De todo ello eres consciente pero de nada eres pendiente pues en el momento que esto se produzca se rompe el tiempo. Tu tiempo.
La filosofía.
El conocimiento es algo implícito al hombre.
El conocimiento es solo la afirmación del hombre del saber porque es hombre.
La profundidad de esta aseveración solo es reconocible a través del propio estudio del hombre. En él, hasta ahora nos hemos manejado en las sombras de los objetos de su proceder.
Vemos los objetos no por su existencia sino por la sombra que trasmiten cuando no dejan pasar la luz.
Es por ello que nos hallamos tan alejados incluso de lo que es el mero conocimiento de aquello que hacemos.
Cuando se lograr entrar e indagar en las distintas manifestaciones que produce nuestra vida encontramos en ellas parte del testimonio de nosotros.
Un paso mas avanzado es la reflexión en abstracto de la meditación en la nada.
Es en ese momento de involución donde perdemos a nosotros mismos para reconocernos en unidad con lo que nos rodea.
Perdemos la identidad para encontrar la del universo.
Pero existe una reflexión mayor. Propia del ansia de ahondar del individuo, propio de esa necesidad de mas del hombre.
Esa reflexión, refleja nuestra propia visión en nosotros mismos en la esencia, de lo que nos hace iguales pero distintos.
Es un estudio que no es espiritual ni metafísico, ya que estas disciplinas son solamente unas manifestaciones de la capacidad operativa del ser humano.
El estudio del conocimiento del hombre es el descubrimiento de la secuencia de ADN.
Estudiar al hombre es estudiar su genoma. Todo lo demás es entretenerse en las distintas manifestaciones que produces como entidad.
El genoma explica nuestra forma de agruparnos, y en ella se halla la vía de nuestro ser como ser. Nuestro Tao.
El entretenerse con las multidisciplinas de conocimiento para querer describir el hombre, es como la fábula de los ciegos que tocando una parte del elefante pretendían definirlo en su totalidad.
Toda la grandeza de un hombre se contiene la de todo el universo, pues en el se halla la clave evolutiva de la simple vida a facciones del mismo con una propia tendencia de segregación, debemos ser conscientes que como consecuentes de nuestra propia complejidad estructural, nuestro ego pide la posibilidad de erigirse así mismo como universo.
Un universo coactuante con el otro a la par que evolutivo dentro de si mismo a un ratio mas elevado de lo que pueda ser la propia dinámica del universo que nos es ajeno.
Es en este punto donde tenemos que tener en cuenta la circunstancia que nos confiere nuestro propio poder, nuestra propia capacidad evolutiva como un gran agravio a la estructura que nos sustenta.
El primer mundo ya se esta viendo afectado, pues en el mismo desarrollo nuestro nos lleva a copar aquellos espacios de menor densidad humana expandiendo nuestro propio sistema como si se hallase dotado de un propio esquema mental.
De hecho los espacios naturales que conocemos se verán afectados por un recalentamiento propio de nuestra existencia. El Chi del humano se expresa con una potencia capaz de ahondar y afectar a otra serie de ecosistemas mas estables y en consecuencia con menor densidad expansiva.
¿De donde sale ese potencial?
Son dos las vías que permiten este proceso. De ellas la primera viene del potencial de nuestra mente, de nuestra mente
colectiva, así como de la necesidad de perpetuarnos como especie en el universo. La segunda pasa por la propia debilidad de nuestro cuerpo. Otros animales con una mayor capacidad física les ha permitido sobrevivir sin la necesidad de desarrollar una capacidad de mutación en su interior. Su propia fuerza les impedía cambiar adaptándose a los distintos ambientes y ecosistemas. En el hombre es su desnudez, lo que le permite poder acoplarse al medio en el que se halle. “Adáptate al rival y vencerás” y dicho y hecho. Hasta llegar a ser los reyes del cotarro. ¡Dios mío! Que seria de nosotros si las cucarachas o las ratas tuvieran esa conciencia de especie. En ellas existe esa conciencia pero no existe la necesidad de desarrollo en oposición a todo lo que nos rodea.
La filosofía surge como una oposición a la religión para poder desarrollar un potencial cognoscitivo que le permita desarrollar y salir del propio embudo de la visión en la cual se había sumido.
Por ello aunque en un principio complementaria, surge y se manifiesta en oposición, en la medida que nuestra expansión siempre es como forma de una dualidad dialéctica que impide un caminar recto y unificado de las diversas disciplinas del alma.
El alma no vuela cuando el espíritu se aleja.
Hemos podido comprobar como el hombre a la par que el universo es ante todo energía.
La energía se manifiesta en las distintas formaciones y agrupaciones que confieren los diez mil seres del universo.
En ellos se muestra su esencia indescriptible que de por si, y en abstracto se llamo Tao.
De ese deambular por el universo la energía del mismo se derrama, como una suave lluvia de otoño en los campos, en nuestro cuerpo.
La energía manifestada en los distintos espacios que confiere el cuerpo presenta un fulgor que nos permite crear espacios y tiempos distorsionados.
Esto que la física no comprende se entiende, si en el estado de enamorado contemplas la cara de quien amas, y en ese momento de percepción, el tiempo sus arenas ya no derrama. Entrando en el amor, el mas perverso estado de enajenación, ahora cogido a traición en la explicación de las curvas de los cuerpos.
Esa energía es la sensación, es la sensitividad, es el estallido de la percepción, lo mismo que también fue un instante de plenitud, de potencia, de mente en fin. Hablo de ti pero no me refiero a ti. Es algo mas que vas mas allá de tus propias paredes epiteliales, hablamos del alma.
Ese alma que es lo mismo que decir Chi dentro de tu cuerpo.
Un chi que confiere a cada estructura la energía que codicia la capacidad de efectuar aquello para lo que como tal se designa.
En el cuerpo dentro del cuerpo del alma, en el centro de tu cerebro, donde los ojos aguardan a unirse, un pequeño receptáculo confiere al hombre un punto de salto mas allá de este universo.
El punto donde engancha la totalidad del que fue su lecho, en ese punto se halla un nexo.
En el mundo de lo clandestino, del alma en su camino se halla una ventana que como la buhardilla de las casas que tienen ventana, permite ver las estrellas.
Desde esa ventana nace la única función que pasada la necesidad del sexo te permite llegar a ser un Dios en cualquier parte y contexto. Es allí donde no necesitas materia pues se halla la mas sutil de las energías de las potencias del alma.
El espíritu.
Un espíritu que nace en no se donde y desde donde se halla en una magnifica pantalla donde proyectar sin apego la ilusión, el descalabro o el sosiego.
De las potencias del alma, que es el devenir del Chi en un universo que llamamos ser humano, encontramos dentro de él, el puente que lo une con otros mundos a los que el mismo pinta del tinte que prefiere.
Alma y espíritu o la sutileza de la descripción del universo humano.
La religión.
Hemos visto como existe una dualidad entre los dos universos que se desarrollan en paralelo de círculos concéntricos, donde se afectan pero cada uno ocupa su espacio, al igual que las pandas de barrio, en ellas, aunque son de la misma idiosincrasia marginal, en ellas se halla una manera que les impide ver el mundo de la misma manera. Entrando por ello en oposición por llamar suavemente a cualquier batalla étnica.
Nos hallamos en una especie de nacionalismo aparte dentro de una nación.
Cuando este universo es mas pequeño en si, se vuelve mas denso, mas impenetrable, mas siniestro. Es como una habitación de la casa del pueblo que se halla cerrada en su ventanales, creando en esa oquedad el tono de lo que esta atrancado, hasta que entra tu madre y abre las ventanas y permite la entrada de la luz del pueblo que es mas blanca si cabe.
Cuando el universo se expande se hace mas permeable en sus lazos pudiendo crearse entre sus partes, pequeños corpúsculos que engendren si en si queda la opción, la posibilidad de universos pequeños.
El hombre del que aquí hablo, ya no quiere estar en su mundo, se ha marchado de si mismo.
Un día vio la tarde, y en ella, con el cambio de tonos, comprendió un tiempo donde el era otro.
Un instante que le llevo a querer ocupar los espacios con los que en otro momento le fueron comunes en la naturaleza.
Ese día lo sintió, pero no lo siguió.
De pronto la vida se tuerce, y lo que era sólido se le muestra como engaño.
Es ahí cuando le pregunta a aquel que siempre le acompaño, y que la ultima vez que hablo aun era muchacho.
En ese momento decide volver a unirse con su universo primigenio.
Y como el pollo que rompe el huevo salta de un universo a otro desconcierto.
El mundo suyo se le hizo tan denso que implosiono. Ahora respira pero esta solo.
Esa necesidad de volver a unirse, de volverse a unir a ligar, es la religión con su primitivo pasado.
La entrada en el antiguo plano.
Hoy es domingo, uno de esos domingos que llaman a las puertas del verano.
Hace calor, quizás sea la forma que tiene el verano de explicarnos las sensaciones que vamos a tener los restantes meses de estío.
El mundo se comprime en una de esas tardes donde pospones los horarios por la comodidad de no hacer nada en la cama.
Cualquier excusa es valida, desde un partido de tenis que no te interesa a una de esas películas mediocres que ponen la tarde del día del señor. El caso es no hacer nada mientras el día pasa, la luz de la ventana pierde su fuerza, y los primeros vencejos que se oían por la mañana desaparecen hasta que el calor pasa.
Estas tumbado en silencio.
La puerta de entrada al universo no se halla justamente en ese día.
El movimiento es el acceso a la quietud, al camino de la posibilidad de acceso, todo es silencio todo pasa del momento postrero a la hermosura.
Es muy importante tu determinación, y precisamente las tardes de domingo no son un muestra muy poderosa de esa fuerza interna.
Es solamente uno de esos instantes de ver pasar el tiempo.
La iluminación es un proceso que no solo afecta a los electricistas, es la vía de entrada que se basa en el potencial interno que tu mismo desarrollas.
Un potencial que tiene como tendencia la superación de la materia del cuerpo.
Superar la materia del cuerpo no es dejarlo pudrir hasta la mortaja. Es la hermosa expresión de todo aquello que es capaz de generar tu cuerpo.
La generación de esas circunstancias se basa siempre en un profundo trabajo del cuerpo en todas y cada una de sus dimensiones.
El baile, una mirada, el llanto que furtivo a la mejilla baja, la sonrisa de la madre, un mano que un cine torpemente acaricia, sonreír otra vez, la hoja doblada donde escondes las primeras palabras a tu dama, el silencio de una tarde en compañía...
Todo ello son manifestaciones del alma.
El alma tiene y puede por no decir debe, ser cultivada.
Este alma es la suma de todo el chi que seas capaz de reunir y sobre todo cultivar, con el mismo cuidado con que miras los ojos en los que tantas veces te quieres ver reflejado.
Un cultivo que supone un trascendencia pues en ello, logres desarrollar cosas que en tu vida seas capaz de comprender en su grandeza, para ello te tendrías que desterrar de la tierra para poder comprender lo que sin darte cuenta haces o a veces es mas fácil verlo recogido en la mirada de quien te ama.
Esa mirada del niño envuelto en sorpresa ante algo que de habitual a el sin embargo, le parece mágico.
Siéntate, permanece en silencio.
Fija la vista.
Mira hacia abajo.
Mira hacia abajo como si queriendo mirar al todo, vieras la nada.
Oyes, el ruido del silencio.
Percibe el susurro de los objetos que te rodean.
Permanece quieto, permanece en la nada.
En esa nada es la base del inicio.
Estas en el estado que en Chi Kung se denomina sin extremos.
Levanta los brazos con las palmas de las manos mirando al cielo.
Brazos y hombros están a la misma altura.
Quiero que te concentres en la tremenda sensibilidad que tiene la parte interna de tus brazos.
Una sensibilidad que no necesita ser acariciada para percibir su caricia.
Mantente quieto en tu exterior mientras en el interior muy suavemente se va depositando una acumulación de energía.
Si has mantenido esa mirada en la nada, la mente no que no es mente sentirá la totalidad de la suavidad de las caricias del mundo en la parte interna de tus brazos.
No luches, no hagas fuerza, no te tenses. Trata solamente de relajarte y sentir como el tiempo, un tiempo de descanso interviene en tu interior con el enorme estallido de la suavidad de su energía.
Te puedo jurar que con ella y sin un punto de apoyo tu y yo vamos a poder mover el mundo.
Una postura de crucifixión que va cargando tus hombros, haciendo bajar en instantes la altura de tus manos.
Los brazos se bloquean, ese es el estado de catalepsia, donde notaras que en tus manos se forma en sus palmas una diminuta pelotita de energía.
Has bajado los brazos no por iniciativa propia sino como ceden las ramas en el invierno a la nieve que se deposita, solo que tu esta vez no te has recobrado, como tronchado has permanecido con los brazos pegados a tus lados.
Notas en esos instantes como la energía de los hombros cae hasta las manos, hasta los dedos, hasta las uñas e incluso unas pequeñas gotas de átomo de energía tuya al suelo han goteado.
Todo planteamiento de superación metafísica pasa por el trabajo tan sutil de tu interior que parezca que no produces nada.
El otro día compre un libro de entrenamiento energético.
En su portada se veía una mano doblada donde de la palma surgía una especie de esfera de iluminación.
El libro era una antología de la poesía mística de San Juan de la Cruz.
Nunca una portada para un libro de mística estuvo mejor escogida.
Las religiones cuando eran religiones y no un montón de estamentos tratando de perpetuar su estatus, se promovían en el desarrollo de una serie de practicas de entrenamiento que les permitía la consecución de esa capacidad. De esa posibilidad que los pintores pintaban como un aura que había alrededor del individuo en cuestión, no por añoranza de las bombillas que no habían sido inventadas sino por el modo de describir algo que se producía pero no era material.
Te has metido alguna vez en un coche y se han empañado los cristales. Ese es el aura.
Date cuenta que ese aura, ese empañar los cristales solo se produce cuando estas acalorado por que te has movido o cuando estas amando. Piensa en lo curioso del ejemplo, el amor y el entrenamiento como la capacidad de sacar el alma de su propia dimensión corporal.
Prepararte para ello ya ha sido descrito en otros libros de mi colección como “Un viento suave” o “Alimentando el fuego”. Pero la primera parte de esa preparación pasa ahora por un estado de silencio, de aceptación de tu nueva dimensión, un silbo de aire de esperanza.
Ahora cuando he perdido la imagen de esos ojos azules, he comprendido el porque de este libro.
En ellos, al verlos tan cerca a la vez que tan distintos, del desgarro de la añoranza de lo místico, en su interior encontré un ímpetu para llegar a comprender el origen del universo. Un origen no matemático ni físico, un principio que era la de la belleza de su mirar esquivo.
Hoy cuando los he perdido, aun queda en mi la vía del brillo de su mirada una tarde de domingo.
El no-yo.
Uno de los principales argumentos dentro de la definición del universo es la existencia de materia, que es tanto como hablar de la existencia, así como el hecho de la no existencia. Pero mi pregunta radica en cuantos saben realmente que supone esta afirmación de la no materia.
La materia hasta ahora había sido definida como energía, energía que tenia unas tendencias, unos recorridos y con ella un sentido de misión, de utilidad.
En un plano muy sencillo de existencia pero muy directo, nos permitía ir desarrollando todos los procesos necesarios para poder cumplir aquello para lo que se encomendaba.
Es necesaria la comprensión de esta idea de movilidad en el sentido mas primitivo de la vida para poder comprender que supone realmente la antimateria.
también hemos definido la conciencia como el proceso en el cual la mente se sanciona e impide la actuación en la línea que se ha escogido.
Es obvio que si se toma la decisión de ir en una dirección, la contraria no puede ser tomada y en consecuencia se crea un vacío. Pero eso no es la antimateria.
La antimateria es la negación de la materia que es lo mismo que decir la negación de la energía.
Negar la energía es negarla su sentido de dirección, la negación de su propia acción, y eso se llama conciencia.
Vemos así que la acción de ella es la misma que la original pero en negativo. Es un opuesto complementario que conlleva en si la anulación del proceso natural para el cual se supone que esta destinado.
Es el denominado árbol de la verdad, que supuso a nuestros padres terrenales la salida de las vacaciones pagadas que llamaron paraíso.
Este proceso supuso la situación de querer hacer algo, su sanción posterior o negación de movimiento, y entre ellas se teje la maraña de pensamiento que impide la posibilidad de ejecución y si la de captación.
Dentro de la estructuración del pensamiento taoista, esto se halla perfectamente definido en la división de la mente en dos mentes. Por un lado esta la mente operativa, la que tiene finalidad, la denominada mente primigenia que llaman Yi, y en el otro lado tienes la mente de los sentidos que se llama Xin.
Estamos hablando del mismo camino solo que de ida y vuelta.
Unir en tu dimensión a la palabra universo la de mente es algo necesario.
Mente es siempre una tendencia. Es mas yo diría que toda agrupación tiende a tener esa mente.
En una empresa te das cuenta que esta toma sus propias decisiones por encima de los propios criterios de sus fundadores, de ahí la expresión “razón de empresa”, un nivel que tiende a superponer su propia definición por encima de las actuaciones que podríamos denominar humanas, siempre estamos hablando de un nivel de agrupación superior y prevaleciente.
Idea que engarza con la teoría de preponderancia de universos según su nivel y complejidad estructural.
Un barco, no porque tenga mas piezas y mas tripulantes deja de avanzar hacia delante en el mar.
Lo mismo sucede con las estructuras que se agrupan en grandes sistemas que a su vez se engarzan en otro sistemas mas complejos, articulándose el universo como las piezas y ruedas de un reloj antiguo. Por mucha que sea su complejidad todo ello se articula en función de un fin que es dar la hora.
La estructuración de tu parte negativa es exactamente igual de operativa que la otra. Es mas, la única diferencia es que en ella su manera de obrar es circular.
La razón es muy sencilla de explicar.
La mera existencia de la conciencia es la negación.
La mente no entiende la palabra no. Si te digo, no pienses en un barco, lo primero que haces es ver en tu mente el dicho barco aunque luego lo niegues.
El tomar una dirección aunque sea la opuesta supone tomar una dirección.
En ese momento consecuencia de ese avance se produce la sucesión de otro pensamiento que tiende a oponerse a la decisión de la conciencia, creando la anticonciencia.
La negación de la conciencia antes de que se convierta en una dirección concreta es negada una vez mas. así en proceso interminable que concluye con la capacidad de saltar de esa esfera orbital. Una acción tiene su reacción, generando así un principio que en el budismo se catalogo como Karma, para englobar las distintas acciones de la conciencia.
Es como si viajaras en un tren que diera la vuelta alrededor del perímetro de la tierra.
Aunque dieras vueltas. Tu sensación dentro del tren es la de desarrollar una línea recta.
Si la conciencia no existiera en el universo, la expansión de las galaxias no seria en espiral sino lineal.
La configuración de todo se enraíza en un pensamiento, un instante, su reflexión y una concatenación de argumentos que te envuelven en la espiral del universo.
De las obras del alma.
El alma en cuanto a movimiento nota la percepción de todas las circunstancias que la rodea.
Es la percepción de los distintos campos de fuerza lo que la permite ver la esencia de las cosas mucho mas allá de lo que la mera apariencia provoca.
Esa técnica de visualización permite que las cosas no te enreden en un pensar disperso.
Es mas, todas esas técnicas son las bases en las que se asientan todos los programas de trabajo en relación con la excelencia, forma en la que me gusta designar los procesos de máximo rendimiento.
Es muy importante que comprendas que el alma es alma en la medida que cobra vida en aquellas obras que realiza, pero esas obras no tienen importancia mas que en cuanto a ellas mismas.
Dos son las circunstancias que concurren. Por una parte esta la potencia energética que tu cuerpo es capaz de desarrollar. En el otro lado están las circunstancias especificas que se reúnen en el momento de tomar la decisión de desarrollar la obra a la que nos vamos a dedicar.
Todas esas obras tienen que ser siempre entendidas como pinceladas del alma.
Muchas son las vías que desarrollan las potencialidades del alma, mas todas ellas se dan cuando en el momento de proceder, no seas tu quien operas sino un extraño visitante que en ese momento te acompaña en la búsqueda de unas palabras o de unas lagrimas.
Lo mas hermoso de todo esto es comprender que las mejores obras siempre son producidas en los momentos en que sientes que te arrancan ese alma que se expresa, siendo así la obra un parche a la sensación de profundo vacío que encierra ese desgarro.
Las mejores canciones de amor son aquellas tintadas por el color pardo de otoño del desamor.
Es curioso este hecho, pero solo circunstancial.
Es mas, es solo una muestra que la denominada parte negativa de la existencia de cualquier cosa, en este caso el alma, tiene que ser descargada de la connotación peyorativa que esa franja de existencia luce.
No obstante lo positivo y lo negativo son solo las muestras de las potencialidades del ser humano en su devenir a lo largo de la vida por las silenciosas sendas y veredas del Tao.
Las obras del alma son solo las obras del alma, no la esencia del mundo.
Dentro de esas obras, todas ellas se refleja el universo en un espejo. Pues con esta aseveración se trata de definir no el mundo sino el reflejo que en cada momento tenemos de el.
Ese reflejo te puede deslumbrar o deprimir pero no deja de ser nunca un extraño brillo de algo que rebota en una superficie pulida.
En muchos casos el reflejo te deslumbra, en esos casos es mejor cerrar los ojos para que el resto de tus sentidos se ubiquen dentro del mundo de actuar inmediato.
allí donde hasta tu vista te es mentirosa se cierra el proceso del conocimiento.
Este arte tiene su ejemplo en esa gran cantidad de masajistas que son ciegos pues sin sus ojos pueden recibir mejor los sutiles recovecos del cuerpo mas allá de la engañosa apariencia.
De todas estas obras del ser humano las que nos interesan son aquellas que se hallan al amparo de la mística.
Recordamos que estas son las que sitúan al ser humano. como receptor, en el propio centro de ese universo, sin diferencia con el, en comunión con el.
Es muy curioso incluso, que cada uno busque un universo propio a su imagen y semejanza. Pero ahí solo estamos cambiando el espejo que refleja la realidad, pues esta sigue existiendo mas allá de nuestras limitaciones.
Lo único que es común a todo este común procedimiento es la forma que tiene el hombre de colocarse para observar.
Es un proceso que se radica en un profundo cultivo de la mente.
En él, en esa siembra de esperanza, el alma se allá dotada de su máxima franja de operatividad, de potencialidad, de chi en suma.
En ese estado el hombre como ser contingente se disuelve para pasar a ser solo un espectador de lujo, como una especie de portero de fútbol que observa a su equipo golear al contrario.
En esa franja de existencia el proceso se expresa como un conocimiento puro.
Existencia pura en conocimiento puro, o lo que seria lo mismo decir, conocimiento en plenitud de energía, o existencia en un concepto máximo del Tao.
Eres tu en ese momento quien elige el espejo para reflejar el mundo.
Todos los espejos son iguales, solo varia el marco y tu situación frente a el para ver.
Hay tres tipos. Lo mas normal que seria mirar de frente no es precisamente lo que mas se produce.
En otras circunstancias es el hombre el que se sitúa en un plano inferior, siendo el mundo reflejado un Dios de altivo venir y misterioso e inalcanzable situar el campo de su vida. En ese momento el hombre necesita altares y montes Olimpo para poder situar a sus deidades.
Por otro lado tenemos los que se sitúan por encima. Es en este caso donde ellos mismos se erigen como dioses y los habitantes de ese mundo son mediados operantes de una actuación previsible, mecanicista, estúpidamente simple. Esta visión se asemeja al niño que tiene un juguete, del cual es muy probable que en cualquier momento se canse, o lo que seria peor, que lo rompa cuando se aburre. No hay nada mas peligros que un ignorante que esta seguro.
Según el marco del espejo el reflejo místico puede ser producido por un religioso, un erudito o un sabio.
Entre todos ellos es el científico el único que se lleva el trabajo a casa. La limitación del científico pasa siempre por la necesidad de recrear la naturaleza dentro del laboratorio, allí se topa con dos inconvenientes. El primero es siempre la limitación de los materiales que emplee, el segundo es la propia interpretación que el hace de esa realidad no sabe si en su representación posterior el salto de un plano a otro ha sido correcto.
Dentro del mundo místico tradicional es el religioso aquel que espera volver a unirse con esa ultima identidad de la realidad.
El erudito solo expresa la retahíla de la técnica y la teoría que ha aprendido, se puede parecer, en este aspecto, perfectamente al loro que repite desde el balcón el nombre de Pepito que es su amo.
El sabio es aquel que contempla, es el abanderado del silencio, de la soledad de la reflexión, de la meditación que no comprende, es solo una vida en el camino del tiempo, del poco tiempo que pasamos con nosotros mismos en ese silencio.
La percepción inmediata.
De todo lo expuesto se deduce la necesidad de una percepción inmediata de la realidad.
Una percepción no mediada por los distintos reflejos de los sentidos en el cerebro.
De la producción de ver solamente lo que se quiere ver.
La percepción inmediata se convierte en un plano de existencia que viene provocado siempre por la capacidad energética en la que nos hallemos.
Es increíble la interconexión de todos estos factores con el soporte físico, pero esa es la realidad de aquello que se produce.
En determinados animalillos de vida ajetreada la normalidad de la percepción se ve sobredeterminada por la propia capacidad vital del animal.
En ese aspecto el colibrí que presenta un elevadísimo numero de pulsaciones por minuto, le permite poseer una capacidad de percepción mas elevada que la propia dinámica perceptiva de un perezoso.
Esta realidad se tiene que ver sustentada a la vez, por un mayor aporte energético que el consigue a partir de la glucosa.
Este animal es como si en si llevara una de esas cámaras de alta velocidad, que le permite en un instante introducir mas matices de la realidad que le rodea, no por hallarse en medio, meramente, sino por su propia capacidad vital. Fíjate que lo curioso de esas cámaras de alta velocidad es que cuanto mas deprisa pasan los fotogramas en la grabación, mas fácil te es posteriormente poder verlos en lentitud.
Esta paradoja se produce en la naturaleza y es sintomática de que el tiempo no pasa para todos igual, aunque en todos ellos halla una subyacente vida.
El viejo lema de los rockeros de vive deprisa y muere joven la naturaleza ya lo usaba.
Hace unos capítulos decíamos que lo único que sobrevive en esta vida es el conocimiento. Que el hombre era conocimiento. Que la base de ese conocimiento era el ADN, y que por tanto para preservar ese conocimiento en el Arca de Noe, se embarco la humanidad con todos los pares de los seres que moraban la tierra, aunque en todos ellos se diera una misma tipologia de ordenamiento que hace que la diferencia entre un hombre y un cerdo muchas veces sean anecdóticas en sus genes.
Para el hombre el conocimiento pasaba mas por un reconocimiento de si mismo sobre el como especie, y como especie en relación con..., pero siempre ensuciado este avistamiento por un antropocentrismo que anula la posibilidad de evolución.
Este conocimiento-reconocimiento es el tipo de reflexión que siempre ha propuesto el zen bajo la denominación de prajna. O que crees que era el conocer la verdadera naturaleza de las cosas, según proponía Buda.
A todo este conocimiento inmanente surge un criterio.
El criterio esta compuesto por las distintas teorías, de las que podíamos llamar personales, que el hombre acumula para poder moverse en este mundo de dualidad.
El criterio a veces es sancionado como conocimiento y en la mayoría de los casos se denomina cultura.
Una cultura que es la unidireccionalidad de una congregación durante un periodo de tiempo del pasado que en esa raigambre pretende cimentar su proyección en el futuro. Pero no olvides que la cultura no es la humanidad aunque esta se fruto de ella.
En nuestro código genético se tiene por prevaleciente la existencia del ser humano como universo superior que tiende a no extinguirse, nunca esto afecta al hombre como individuo, o las sociedades como agrupaciones culturales, lo que se preserva es siempre el conocimiento, el ordenamiento de los genes de la evolución del hombre.
Los criterios son importantes, pero son solo criterios, juicios de valor de un enunciado que un día surgen mediados por la propia existencia y sus factores colaterales.
Son esos criterios los que se acercan a la verdadera realidad del vivir del individuo y de la sociedad en la misma medida que se aleja de la verdadera naturaleza del ser humano, de su Tao, de su ADN.
Estos criterios se producen siempre por una labor asociativa del cerebro que tiende a apilar criterios engarzándolos en collares de cuentas que luego deja guardados en el desván del inconsciente.
Un día parece que le entre prisa por hacer limpieza, y, a la entrada de una clave, se produce una caída en torrente de todos esos criterios que ha ido guardando, cimentando en esa labor asociativa una mera condición para producir la cascada de correlaciones del cerebro.
así el cerebro queda convertido por un lado, en una enorme antena que capta todo lo que le rodea, y por otro en un hacedor de puzzles donde su máxima preocupación es que todas las piezas encajen en una labor asociativa.
El primer conocimiento es el inmediato, la mística fue la vía de sustentación hasta que el laboratorio pudo desentrañar la clave de su existencia, pero esto es solo labor de tiempo. El segundo conocimiento es el mediado, pues en el contribuyen a su formación tantos factores que hacen que este fluctué, en su conclusión nunca en el origen, con tal variabilidad como el engendro que surja entre un pollino y un abejorro.
La variabilidad, la mutación son los diversos pasos que confieren a la genética su devenir, mientras que al mundo solamente la aleatoriedad de lo impredecible se convierte en la base de una teoría de la realidad.
La mente es un mar. Si te fijas en las olas solo percibirás lo cambiante del mismo en su superficie. Si ahondas solo percibirás la inmensa colosalidad de su circunstancias y su inmutabilidad dentro de la variación como conjunto.
Solo depende de ti saber a que profundidad te hallas, pero en todo el la vida es tan insultante que provoca dolor.
El mar y la mente.
El cerebro es hasta ahora una mera depositaria de la multiplicidad de estímulos que provoca en ella la composición de las circunstancias que nos rodean, una circunstancia que determina en una gran medida un tipo de existencia condicionada por el reflejo de aquello que se halla en el exterior.
En las noches de verano en la playa una de las actividades favoritas de los que no somos forofos de los vigilantes de la playa, es observar por las noches la luna reflejada en el mar.
Un mar que en la misma medida si es en forma de bahía, refleja al fondo las ultimas muestras de las luces en un haz continuo en la piel del mar, su superficie.
Es ese mar el que nos muestra a la luna no como una esfera redonda sino como una proyección lineal de su argentina luz.
Es mas, incluso se provoca una coacción entre el mar caprichoso y la luna esquiva en la configuración de la postal mental que de paz se trae el hortera de turno que sacia su sensación de sosiego con la contemplación de una escena artificiosa.
El mar y la mente son siempre el reflejo de la multiplicidad de seres que configuran el universo.
Un reflejo dual pues en la misma medida que reflejan el exterior, se halla condicionados por la propia paz del interior.
La luz de la bahía solo puede ser divisada en su reflejo en los momento en que el mar se calma.
En la producción de esa paz de reflejo se halla de manera determinante todo el trabajo sobre los distintos procesos de entrenamiento y adiestramiento de la mente, lo cual la configuran siempre como un proceso de continua programación.
Naces pensando, pero hoy en día la vida te obliga a alienarte, a convertirte en otro que no eres tu, así coges el petate, sales de ti y empiezas a deambula por un mundo de distancias personales.
Lo mas curioso es que en toda esa búsqueda la vuelta del camino es siempre el sendero que lleva a uno mismo.
En ese proceso de separación es muy importante aprender a tener programada la mente y su empleo mas allá del pensamiento disperso, actitud que pasa siempre por una continua mirada al suelo.
Dentro de esa capacidad de trabajo se halla la forma de lograr domeñar la mente para que de forma continua logre que el reflejo de la luna sea permanente.
La belleza de la metáfora de la mente y el mar reflejando la luna es la interacción que se produce entre ambos, observada y observante. En el mar la acción de la luna llena es en forma de mareas, en el ser humano la acción de la blanca esfera es en forma de lunáticos.
De la multiplicidad a la unidad.
El salto cualitativo mas importante se convierte en la capacidad de poder observar la multiplicidad en la unidad y viceversa.
Esta forma de visión totalizadora de todos lo universos en un solo plano, configuran una circunstancia en la cual el mundo se confiere a si mismo de un fondo y un trasfondo.
Hasta ahora la representación que teníamos del universo, por nuestra manera de obrar cerebralmente se asemejaba a la imagen de una fotografía donde las tres dimensiones espaciales se reflejan en una hoja de colores. Para superar la profundidad se recurre a un planteamiento que se llama perspectiva. Perspectiva que podemos comprender porque vivimos en ese mundo que reconocemos.
El universo sin embargo se nos aparece como en dos dimensiones. Esto es así, sino fíjate en cualquier dibujo de nuestro sistema solar como a pesar del intento de crear perspectiva entre los planetas siempre parece que estemos hablando de una serie de piedras en el lecho de un río.
Al no tener una visión real, de haber estado allí, nos es imposible digerir ese dibujo mas que por un mero pacto tácito de abstracción intelectual.
La clave de todo esto nos permite comprender que nuestra lógica cartesiana no sabe ver el universo sino solo bocetos de lo que creemos que debe ser.
Esta dualidad del mundo y sobre todo su increíble tamaño impide que la mente acostumbrada a un operar de campo llegue hasta allí.
Aunque esto sea así, sin embargo en el Taoismo a través del ojo celestial se encontró una forma de poder indagar en el representatividad de ese universo.
En la esfera taoista se producen una serie de descripciones que por su capacidad de detalle muchas veces te sorprende y en otras sencillamente te supera.
Puedes aceptar la presencia de esta gente como adelantados o como majaderos. Para mi su realidad es la misma realidad que aguardo al hombre en el antaño. Es el compendio de miles de años de cultura y en el suponer de su no manifiesta subnormalidad, se les presupone un cierto nivel de técnica y coherencia.
Son muchas las especulaciones sobre la apertura del tercer ojo. Dentro del taoismo la técnica es la siguiente.
El tercer ojo no es una puerta de salida del interior sino una puerta de acceso al mismo.
Es decir, nuestra mente se cuela por ahí en una estancia donde se halla un espacio denominado cámara del Nirvana.
Esto seria anecdótico sino fuera por que muchas culturas observan este punto, e incluso desde un punto de vista fisiológico se produce una situación de abovedad donde se presupone que el cerebro tiene una cámara de resonancia que le permite desarrollar una especie de sonar frente a determinadas energías en la Tierra.
Esta idea es muy parecida al desarrollo en algunos mamíferos del sonar como medio para guiarse y alinearse con el magnetismo del globo terráqueo en sus desplazamientos, obviamente me estoy refiriendo a delfines o murciélagos como animales mas cercanos.
Bueno pues tenemos que el tercer ojo es una puerta de entrada de nuestra mente, que es lo mismo que decir a estas alturas de nuestra energía, a nuestro interior.
Un interior que se asemeja a una bóveda donde se representa un mundo y unos imágenes que por lo que deduje de los textos consultados, se asemeja en mucho a la cúpula de un planetario.
Nunca te ha llamado la curiosidad la necesidad del cristianismo de colocar en sus centros de culto bóvedas y cúpulas. Al menos resulta curioso.
Pero, una vez que sabemos que por ahí se puede entrar ¿qué es lo que va a entrar? Esa bóveda y ese tercer ojo es una especie de guante de baseball que recoge algo que hemos lanzado a nuestro exterior. Algo que ha rebotado por los recovecos del universo y es cazado por el guante de nuestra mente que es la cámara del nirvana.
Esa pelota lanzada es el espíritu y su puerta de salida o mejor su torre de lanzamiento se halla en la propia coronilla de la cabeza.
Esto no seria mas que un cuento mas o menos..., no se como calificarlo, sino fuera por el hecho de que una vez mas en el cristianismo, existiera la necesidad de rapar en los monjes la coronilla de la cabeza. Otra extraña curiosidad.
En esa bóveda descrita, aparece en algunos textos taoista determinadas descripciones de nuestro propio sistema solar que no hubieran podido ser sostenidas entonces sino fuera por este dato.
Es como si tuviéramos en nuestro interior un GPS del sistema solar ¿Para que? O ¿Por qué? No es mi caso el desarrollar.
En este apartado lo que he pretendido mostrar es alguno de los medios que nos ha hecho comprender el universo mas allá de la practica científica desarrollada en los últimos siglos.
Si te pasa lo que a mi, que no presupones a nuestros antepasados un estado de subnormalidad. Si los miras como a seres mas o menos espabilados que saben que si mean lejos no se mojan los pies. Si quitas ese visión egocéntrica y paternalista en la historia podrás desarrollar un criterio que recoja en parte determinadas teorías que el pasado tuvo.
En este estado de iluminación, apoyado por toda la teoría de desarrollo energético como vía de conocimiento.
Si apoyas estas ideas en la basa de un compendio básico que recorre casi todas las culturas y creencias en la idea de una ascesis o elevación para el conocimiento del universo. Si esto es así te hallas en un punto donde aunque observes en el mundo el paso de la sucesión temporal, notas que esa ficticia acción se convierte en el hilo que engarza las cuentas de un rosario de mutaciones. Que estas se producen independientemente del hilo que ha tejido nuestra mente para unir la multiplicidad de seres en planos lineal de extensión en vez de la red tridimensional del conocimiento.
Fíjate que importante es esta idea si tienes en cuenta que la propia instrucción del cerebro es una red de conexiones a esta escala neuronal.
El porque tenemos el cerebro tan poco aprovechado es una explicación que se radica en la propia concepción espacio temporal del mundo.
No dotamos a nuestro conocimiento de la suficiente profundidad, es decir, de la capacidad de enlazar con secuencias de expansión en nuestro cerebro mas allá de la sucesión lineal del tiempo. Hemos centrado nuestro conocer en una sucesión de causas desterrando a su vez la casualidad, es decir, la capacidad de influencia en algo de todos los factores que en ese momento concurren mas allá de una mera sucesión de culpabilidades.
La dimensión de este hecho se basa en un aforismo chino que dice, “no importa lo que sepas sino la profundidad que alcances”. Esta afirmación no es un alegato a la estupidez, profunda pero estupidez. Se basa en la idea de que en la medida que profundices en una idea, en esa misma manera vas a ir descubriendo la amalgama interior del entramado que sostiene el mundo. De ahí mi vieja teoría de los maestro frente a otros educadores, que son aquellos que a través de una determinada practica además te enseñan el significado del mundo.
De los sentimientos del universo
De tanto hablar del alma nos olvidamos de los factores que confieren al mundo su perfil y su cromaticidad.
Son las distintas perspectivas que provocan que el mundo no se parezca a una película en blanco y negro.
Factores que por normales no deben de dejar de maravillarnos.
Mas allá de todo el contorno de mera mecanicidad surgen los
sentimientos que por humanos no dejan de ser del universo.
El miedo.
La energía es la expresión pura del universo.
La no energía no existía mas que como una forma de antienergia en el lenguaje.
Su presencia se componía por la esencia de la destrucción del concepto, el cual se producía en un estado de conciencia.
La toma de conciencia era la negación de la acción a desarrollar por la propia tendencia del ámbito.
energía es a su negación lo que el adiós es al amor, una definición de si mismo por ausencia de si, una realización en un plano de necesidad y vacío.
La mente es la expresión máxima de la energía, de ese chi que moraba el universo.
La mente no es homogénea, el mundo tampoco, solamente basta abrir un poco los ojos alrededor para darnos cuenta de la multitud de factores que nos condicionan y no sabemos achacarles una determinada realidad.
Esos factores son los sentimientos del universo que provocan que una tarde de lluvia se vuelva en nostalgia.
Son cofactores introducidos como un elemento mas del paisaje, tan efímeros como el viento pero tan reales.
El miedo es la expresión de la conciencia.
El miedo es la acción de ese segundo pensamiento que vuelve en la misma dirección pero en sentido inverso, como una constatación de la negación de la realidad de nuestra realización.
El miedo supone una contracción de tu campo espiritual.
Una reducción del posible ámbito que desarrollas en tu derredor dentro del área de tus posibilidades.
El miedo es una previsión a un hecho no surgido.
Un chi, que se convulsiona, un fuego que te quema, que se debate entre el ansia de salir y el muro mas insoslayable de todos, el levantado por el alma.
Acallar ese fuego es la realización de una previsión de un estallido, de un desequilibrio de la lógica, del muro de los sueños.
No debemos confundir el miedo con el instinto de conservación, pues este ultimo es nuestro fiel guardián de la hacienda donde se convierte, cual perro, en el mejor amigo del hombre.
De estos sentimientos el universo esta lleno.
El chi se comporta en nosotros como se comporta en el exterior. Como si estos dos conceptos existieran.
En la bisoñez de nuestra existencia un ímpetu invadía todo. Con el tiempo la terca persistencia tuerce su devenir alcanzando lo que se llama madurez, que no es mas que la medida de aquello que podemos hacer y un poquito de negación de la capacidad de ensoñación.
Con la edad avanzada el mundo se achica por la propia impotencia de la expansión del alma.
En ese momento donde el carro pesa mas que el camino donde la curva traza otra añada es allí donde el ensimismamiento te cierra la puerta y las ventanas.
El miedo tiene siempre los ojitos hacia adentro.
El miedo es el mayor sin sentido del apego.
El miedo no es mas que el hecho de que la mente se esconde detrás del pensamiento.
Es la definición del no querer ser.
La entrada a una muerte de la coherencia.
En todo este manifiesto también el tiempo sostiene uno de esos bucles del sentido de las cosas.
Si tienes miedo no accionas en un sentido pero reaccionas en el opuesto.
Mi viejo maestro siempre decía que la gente no era valiente, pues siempre hacia las cosas por miedo.
Para él, el actuar era una consecuencia de irse en contra de aquello que temías.
Por un lado estaba la decisión y por otro la reacción.
El hacer entonces, determinada cosa era mas una consecuencia del propio miedo a sentirse un cobarde que por la decisión firme de su realización.
Es el famoso miedo al miedo, que en si se convierte en una afirmación.
La valentía.
Dentro de la poesía del caballero andante he colocado antes el miedo que el valor.
El valor es siempre una estupidez.
El valor es la expresión de un ego que salta para reafirmarse en cuestiones que alteran su propio equilibrio, convirtiendo una acción, que se denomina valerosa, al filo de temeraria.
La valentía se convierte, como he dicho con anterioridad en una expresión del ego.
El ego es ese momento donde el pensamiento se guarda, no se expresa, y sientes una presión en todo tu interior.
Un aire, una fuerza, un chi que quema por saltar.
Y el problema es que salta en un aturullamiento mas allá de toda lógica.
Cuando el universo esta valiente nosotros lo concebimos como que el mundo se ha vuelto loco.
Frente a esta afrenta a la lógica surge el vacío.
El vacío es ese espacio donde el pensamiento comprimido se expresa y se disipa.
Es la capacidad de absorber los tiempos del interior y convertirlos en silencio
Un espacio que los lleva a la verdadera escala del valor, que como el mago de Hoz se halla expresada no situada en ningún mágico lugar.
La valentía así entendida se convierte en la capacidad de tomar decisiones.
valentía es el tiempo de la meditación, de la unión con el universo, del silencia del tiempo.
Un reposo del guerrero que surge en nosotros como expresión del ego que nos revienta el pecho.
Disciplina
Esa es la principal cualidad del universo en donde se actúa de manera continua sin detención, en el cual cada pensamiento se halla totalmente plasmado en cada objeto.
El actuar con la mente sin mente en los diez mil seres que confiere al mundo su forma, se halla en un momento de comprensión donde en ningún puesto se detiene.
Es como ese dios hindú que tiene cien brazos con cien instrumentos, en el momento que su mente se detiene en uno de ellos se detiene así mismo la música del universo.
La disciplina es el arte de permitir el no permitir que la mente se detenga.
Positividad y negatividad, el viaje de Dios al vacío.
Los márgenes de la actuación del hombre en el universo se halla fundamentalmente por la denominación de toda y cada una de las formas que confieren el universo.
El mundo es fundamentalmente el camino entre los opuestos. Pero lo mas curioso es que un camino que une entre si lo que ya es lo mismo.
Positivo y negativo encierra en si la primera dualidad de nuestro mundo, de nuestra concepción del mundo, en definitiva, de nuestro idealizado mundo.
Los buenos ganan a los malos en el cine. A los buenos los premia siempre algún dios, lo positivo se manifiesta en progreso, lo negativo, sin embargo, se sumerge en el retroceso.
Con estas cargas como podremos mirar objetivamente un mundo donde positivo y negativo son partes de lo mismo. Es imposible.
En ese momento, como una nueva versión de Caín y Abel, dividimos en un juicio moral al universo, con todas las cargas de culpabilidad que somos capaces de aportar a cada hecho.
Pero el problema viene por que la línea divisoria es una ligera franja, tan sutil, que muchas veces lo bueno se convierte en su reverso, y lo malo deja de ser una continua expresión de lo perverso.
Es el momento de que el mundo se vuelva al revés.
Todo lo medimos por categorías, y desde allí lo bueno asciende al cielo y lo malo es catapultado al infierno. Fíjate como es esto así, que en tus estudios un diez es una nota buena y un tres es visto como un no apto, cuando esto para ser superado se tendría que ver como un inicio del periodo de preparación, una puerta a un proceso de mejora, y sin embargo lo convertimos en una tremenda cuesta abajo. Pobrecito de aquel que saca el diez pues su camino ya ha terminado, y bendito aquel que no saca tanta nota pues puede aun permanecer en el camino de lo enseñado.
Siguiendo la vía de lo positivo, visto desde nuestro lado, la suma de todas la bondades es necesario que se vea en alguien encarnado.
Los dones mas preciados son sacados de este mundo para ser depositados en un señor de barba y cabello blanco, pues es este señor el agraciado en vez de los reales de pelo blanco que en cualquier lugar son abandonados.
Obviamente es ese el dios tan ansiado y los dones exportados desaparecen de la tierra de inmediato.
Si se va lo bueno queda lo no tan bueno o mas bien malo.
Y claro uno se pregunta que como siendo el dios tan bueno pudo permitir tal funesto acontecimiento.
además con nuestra cultura de acumulación de cosas, una cultura donde los cuadros los guardamos en museos, surge el vacío como lo opuesto a lo que tengo guardado.
Dios y vacío se dan la mano por detrás de la espalda.
La realidad del universo muchas veces necesita hacerse mas civilizado, y ese es el carácter que se ha marcado en nuestro rostro.
La mayor parte del universo es vacío.
Es vacío en el vacío del átomo. Es vacío en los espacio interestelares, es vacío el vacío que no somos capaces de observar. Es vacío toda la franja de sonidos que no percibimos o los haces lumínicos que ni siquiera consideramos.
Y con todo eso pensamos, desde nuestro orgullo, que el vacío es la nada.
La positividad y la negatividad tienen que ser recatalogadas como yin y yang para atemperar las cargas de ambas expresiones. Parece que determinada distancia idiomática sirve para eso.
Dios es solo, en ese momento, como el muñeco del geiperman que guardas de tu infancia, como máximo se guarda de el un buen recuerdo.
Este es el mundo de la sorpresa, pues lo que pensamos separado es solamente una muestra de lo mismo.
En el mismo aspecto, la mística y la ciencia se dan la mano mas allá de la mera discrepancia un tanto estética.
Una usa el método científico, otra se radica en la meditación. Pero ambas son muestras del ser humano y por ellas de lo mismo.
A lo largo de este libro las daremos la mano pero siempre vistas como se ven las cosas desde un gimnasio.
Pintar el mundo
El mundo nos lo han dado sin colores.
Como esas pequeñas cartillas que tenias que pintar de pequeño.
Del mismo modo el conocimiento se va desplegando que un grupo de pinturas para dotar de color el compendio del universo.
Ese jardín que seria en nosotros lo mismo que un terreno desolado, cobra vida con los matices y el perfil del ojo que lo mira y en este caso lo tinta.
Nosotros cogemos un mundo que se sucede a la vez y lo partimos.
Lo desmenuzamos para poder absorberlo, digerirlo, y una vez en nuestro interior, adecuarlo como una de esas combinaciones de flores que se ponen en los centros de mesa.
El mundo nos parece demasiado simple como para dejarlo tal cual.
El cuchillo del corte es la línea de secuencia espacio temporal y causal.
Este cuchillo es el que trocea el pastel para poder sacar cada porción por separado.
El espacio le dota de una realidad en oposición, una realidad disgregadora.
Lo temporal le confiere su evolución pero en individual. Sin referencias, como si solo lo que vemos envejeciera y lo de al lado escapara.
La causalidad le concede al mundo la solidez de la continuidad.
Todo ello, nos va a llevar a tener un mundo en el cual nosotros podemos habitar, humanizado, y con la capacidad de hacernos sentir como en casa.
Por ello pensamos que ese mundo que hemos pintado es un mundo real, y nos choca cuando el otro se presenta como un invitado no esperado.
Una vez pintado el mundo, debemos comprender que es solamente eso, un bonito mundo.
Muchas veces pensamos que el campo es como el jardín por donde paseamos, ese es el principal de nuestros cismas.
En este aspecto, los sentidos están creados para adornar de matices el mundo, si ese mundo del que pintamos los colores con nuestro corazón.
Es decir aquella parte de nuestra mente que se basa mas que en el conocimiento empírico, en el aporte del pensamiento, que obviamente es adornado por las entradas del mundo a nuestro cerebro, nuestros domésticos sentidos.
En este aspecto vamos a hablar de la realidad siempre en función de la realidad, no de la concepción que poseemos de ella.
Esa acción de ver esa realidad en blanco y negro, se llama conocimiento puro, o conciencia pura.
Esta situación, se erige como la mas brillante actuación en relación con la limpieza de los medios de prospección del universo exterior.
Esta idea es la base en la que se sustenta la mística, sobre todo en la concepción de la misma en oriente.
Esta idea de pureza impregna mucha de las actuaciones tanto filosóficas, científicas como artísticas.
Puras todas ellas, sin mancha, sin tacha alguna.
En la filosofía y la ciencia, por ser de base racional, tiene una doble limpieza pues en ella la mente pasa también la mopa, aparte de los medios que se usan en la prospección.
En el arte es el propio individuo el que tiene que saltar de su cómoda dimensión para llegar a la realidad.
Hasta ahora todo parece fácil, es solamente situarnos frente al universo como el caminante de Machado, ligero de equipaje.
¿Dónde surge la problemática?
Obviamente el problema surge siempre cuando tenemos que hablar o expresar lo que estamos viendo.
Tenemos que traer de allí cosas con lenguaje de aquí.
El lenguaje aquí se bifurca.
El juego del lenguaje es siempre un sarcasmo al conocimiento.
La principal es la búsqueda de la absurdez.
El lenguaje se pone fuera de juego asimismo.
Con ello desmonta no solo el estructuramiento lingüístico en su argumentación sino que pone la lógica en la encrucijada del vacío de significados.
El primer paso del adiestramiento del zen es la supresión de la unidad lógica a través del Koan.
En la denominada física tradicional las cosas parecían que estaban dotadas de contenido.
Eso permitía una descripción real de lo que era real y sobre todo, de lo que nosotros entendíamos por real.
El proceso de conocimiento de la ciencia se asemeja mucho a las palabras de un viejo maestro zen, por lo que supone en su salto cualitativo en torno al conocimiento sobre el conocimiento o mejor dicho la forma de conocer.
En su reflexión, aseguraba, que en un principio las montañas le parecían montañas y los ríos se le asemejaban a ríos. Con el inicio de la practica del zen, las montañas dejaron de serlo y los ríos ya no se parecían a los ríos. Con la edad, afirmaba, las montañas volvieron a serlo y los ríos ya de nuevo eran ríos.
Aquí, el concepto zen, lo debemos traducir al lenguaje de las ciencias, como un salto en la calidad del conocimiento, donde lo que se cuestiona no es el exterior sino el modo que nosotros lo percibimos. Con lo cual, todo el mundo se desmorona por nuestra propia limitación en el modo de comprensión del exterior que nos rodea.
En ello se afirma que no es que no sea real el mundo sino que es irreal el mundo tal cual lo vemos. Pues siempre en el barajamos nuestro pincel coloreando una cartilla de pintar. O como la silueta esa del elefante, donde solo estaban marcados unos puntos, y tu acababas perfilando con un lápiz el contorno.
En física, nosotros medimos sobre lo que vemos, pero ¿y lo que no vemos?, como lo medimos.
En ese momento al perdernos en el juego del absurdo del lenguaje, al vaciar de contenido las palabras, el mundo desaparece.
Por eso tiene que surgir un nuevo lenguaje que nos permita la posibilidad de llegar a esos estadios tanto en el mundo de la mística como en la física.
así se desarrollan nuevas formas de concebir la existencia de las partículas como en la mística se crea un tipo de lenguaje que llamamos poético.
Lenguaje poético es aquel que trasciende la realidad cotidiana entrando en un juego de metáforas, símiles, sensaciones y paradojas que van mas allá de la propia literalidad de la palabra.
Ese hace que el individuo receptor de esa poesía trascienda en un doble plano, pues no solo entra en una dinámica de ensoñación del texto, sino que el propio texto tiende a alterar el pensamiento encadenado del individuo.
Ello le permite tener una sensación totalizadora, una percepción de unidad.
Siempre a través del cuerpo
Siempre el conocimiento se hace a través del cuerpo.
No debemos olvidar que sin el no somos nada.
La base de cualquier pensamiento, teoría o descubrimiento se halla en un primer momento en la capacidad del organismo de generar energía a través de los alimentos.
Es tan importante esto, por el condicionamiento que tiene sobre todo lo que es nuestro, que seria muy interesante desarrollar un estudio que comparara biotipos y los distintos ciclos de pensamiento de los que podríamos llamar genios de la humanidad.
Yo, a priori, te defendería el hecho de que una determinada constitución lleva a una determinada actividad, y si no es así, la matiza y condiciona.
Luego vendría todo el proceso del cultivo y desarrollo de dicha energía, para finalizar en la plenitud intelectual fruto de ese estado de plenitud energética.
Esta concepción corporal del campo del conocimiento no solo afecta a lo que serian determinados arquetipos o constituciones físicas.
Dentro de las distintas religiones, hallamos en su mayoría formas de entrenamiento.
Estas formas de entrenamiento tenían por objetivo acercar al iniciado a determinados estados de plenitud energética, que definiríamos con el nombre genérico de vías de iluminación.
Todo aquel que había seguido este camino, enseguida distinguía que se hallaba en dos cuerpos.
Por un lado tenia el cuerpo carnal encargado de todas las transacciones con el mundo exterior cotidiano, y por otra parte veía que existía en el una red de canales energéticos, que hábilmente cultivados le ponían el conexión con otras dimensiones.
Estos apartados no solo tenían como misión el conocimiento. La potencialidad de ese cuerpo energético, de ese alma, le permitía actividades como la sanación, la previsión del futuro y sobre todo la capacidad de que una parte de el saliera de si y trascendiera a mundos paralelos pero que no se enraizaban en este, hablamos de la fantasía.
Eso produjo un alejamiento del mundo cotidiano que se les aparecía así carente de contenidos. Pues en todo ellos existía el anhelo de ser conocimiento puro.
Pero las teorías van todavía mas allá, y una de los principales saltos cualitativos que daba la verdadera dimensión a este humanismo incipiente, era el hecho de preconizar que dentro del hombre se hallaba un microcosmos que era semejante al macrocosmos.
Esta actuación, este verdadero salto de calidad, que desde un punto de vista místico es muy fácil de llegar pero desde el punto de vista físico supone la ruptura de ese maravilloso mundo mecanicista, supone que el observador no se sitúa como un elemento ajeno a lo observado, sino que forma parte cooperante y determinante de lo que observa.
La valentía de esta afirmación defiende que el mundo es así, en la medida que nosotros estamos en el. Ese es el llamado principio de casualidad.
El principio de casualidad defiende que las cosas que se producen en un momento dado son así en relación con las cosas que les rodea, y si estas fueran de otra manera lo seria también la primera.
Lo primero que supone esto es una superación de la causalidad, donde algo era algo en función de su trayectoria.
¿Cómo descubrimos la presencia de este principio casual en el campo de conocimiento?
A través de la superstición.
La superstición, bien entendida, era la habilidad del chaman para comprender con los síntomas que se daban, la evolución de una determinada mutación o cambio de ordenamiento.
Mal comparado, seria como descubrir el otoño por la caída previa de las hojas, o por determinados colores en los árboles.
Todo esto fue, tomando de partida el cuerpo, y con el estudio de el, permitir llegar a los confines del macrocosmos.
Tao.
Todo es Tao.
Tao se confiere, a si mismo, como la verdad de la mayor verdad de aquello que no se puede afirmar.
Si existe esta en el Tao.
Si no existe, se halla en los orígenes suyos ya impreso.
Por eso todo es Tao, pues al no ser nada se halla en la base de todo.
Su principal sutileza es su destino, pues en si, en el se halla el devenir.
Todo es Chi.
El Chi forma parte del Tao.
Pues el Tao se halla en el.
Chi es como la sustancia de la cual esta compuesto todo, una sustancia que no es corpórea, sino que se manifiesta en forma de energía, una energía que es capaz de crear estructuras.
La potencialidad de que el Chi se convierta en todas las formas que existen en el universo, eso es el Tao.
Tao viene del viejo.
Lao Tse, es el viejo.
Aquel que nació viejo.
De el surge la idea de una construcción argumental no programada pero coherente, no poético pero armonioso, que se denomino, El Clásico del Devenir y sus Obras.
Tao Te Ching, supone la base de un grueso entramado del cual surge China.
Cuando habla del universo, da la explicación al universo. Una explicación que es común a muchas culturas pero que con el paso del tiempo se han ido perdiendo.
Si una ventaja tiene este libro frente a otros que quizás hallan sido mas permeables al paso del tiempo, es la proximidad de su lectura.
Su contenido es apabullante.
De esta literatura atemporal, surge el Tao.
Wu Wei.
Esta es su acción.
Chi es un estado primigenio de algo, tanto en si como en su negación.
Si hablamos de Chi nos podemos referir a una partícula subatómica.
Pero sabemos que eso no existe.
Solamente hablamos de una determinada frecuencia de paso de algo por un sitio, lo que nos llama la atención, y tendemos a ponerle un estado corpóreo detrás de esa acepción.
Una partícula en la dimensión que sea, es solamente una frecuencia de paso energético.
Eso es Chi.
El Tao no tiene que expresarse, ya que todo se halla asumido por el.
Es el Chi lo que se expresa por medio del Tao.
Siempre existe un momento donde las cosas se tienen que poner en movimiento.
Para nosotros esa idea es temporal.
Ahora decido hacer esto, ahora decido hacer aquello.
En el Tao las cosas no son así.
El Chi no decide en un momento actuar y al otro no, el Chi actúa siempre.
Dicho mas fácil, el movimiento existe siempre, puede haber mas o menos, pero si se llama movimiento no puede estar quieto.
Puede existir el no movimiento pero nunca la quietud.
El Chi, por tanto, no decide en un momento determinado empezar a configurar el mundo tal cual lo conocemos. Por eso decimos que el comienzo y el fin son lo mismo.
Y son lo mismo porque ninguno de ellos existe como tal. En todo caso poseen una existencia relativa el uno con el otro.
Tao, entonces, no es el principio.
El Tao puede ser una forma organizativa.
El Tao es una forma de organizar las cosas para permitir que estas existan en la multiplicidad de las expresiones que dan relieve al mundo.
El Chi es el componente de la mesa, pero es el Tao lo que hace que esta sea mesa y no silla.
El Tao es como una enorme plantilla de agrupaciones.
Como esos moldes que tienen las madres para hacer masas de pastel con forma de animales.
Tao es un modo de agrupación.
Tu como persona tienes tu Tao.
Eso seria como la forma que tienes de entender el mundo, y en si, de ser tu mismo en relación a ello.
Quien sigue su Tao es feliz, quien no lo sigue se halla fuera de si naturaleza, lo que le produce un estado de alineación.
Por eso el Tao no impone nada. No hace nada y por ello actúa.
Esa acción de la no acción es lo que se denomina sin interés, Wu Wei.
Wu Wei es también un estado de libertad donde su expresión se halla en la idea de dejar fluir, de poner los sistemas para que las cosas se produzcan y dejar luego que cada cosa se alinee en su orden correcto.
Pues esa es otra de las ideas subyacentes al Tao.
Dentro de ese desorden de formas.
Pues es comparar un jardín con el campo, nos damos cuenta sin embargo, que debajo subsiste una estructura delicada y compleja que se llama ecosistema.
Bueno, pues dentro de ese aparente desorden, se observa sin embargo un profundo concepto que da coherencia a la ocurrencia de todas sus formas.
Esa era la vieja idea de Einstein en la cual siempre en el universo del caos, se suponía una determinada armonía.
Y armonía es algo que se repite de manera muy subyacente, a eso denominamos Tao.
En el comienzo del universo no existió, pues nunca dejo de ser universo.
El Big-Bang, desde el punto de vista taoista, no es mas que una explicación convincente para que los niños se vayan a dormir pensando que existe el cielo.
Pero las magnitudes que damos, comienzo, fin, son siempre nuestras, no del universo. Y en esa parte, es la parte donde nos falla el cuento, pues compruebas que en la puerta hay coches y no carruajes que buscan princesas.
El Tao que se estudia es el Tao del hombre.
Por ello, el carácter multidisciplinar, pues en el se encierran todas las vertientes que el hombre es capaz desarrollar.
Todo es hombre en ese estudio, y toda la recopilación de conceptos, no es mas que una progresiva profundización en una vertiente que da dimensión a esa realidad, pero que no explica toda la realidad.
Son líneas de investigación, líneas de prospección del conocimiento del hombre.
Y al hombre no se le conoce como hombre estudiando sus partes anatómicas, sino observando las obras que realiza.
La acción del hombre supone una dimensión del conocimiento del hombre.
Hasta el ADN nos muestra nuestro potencial, pero con su estudio no se puede adivinar la existencia del Guernica o una poesía de Quevedo.
Es ese nuestro propio devenir y la realidad nuestra como ser humano en los momentos que logramos olvidarnos de nosotros mismos y entrar en la dimensión del tiempo del Tao.
La búsqueda continua del vacío.
Dentro del universo, comprendido como tal desde el Tao, una de las referencias a las que marca tendencia es la continua búsqueda de la vacuidad.
El vacío es el estado primigenio de las cosas donde estando en una situación de continuidad indiferenciada, en el, todas las posibilidades subsisten.
El estado de vacuidad, en realidad es un anhelo de la mente.
De la mente tanto humana como de la mente del Chi.
Es como una especie de estado de descanso, donde se disolviera la forma dentro de un enorme estado de tranquilidad.
Toda realidad conlleva un estado de no-realidad, la decisión se confirma y combina con la negación. Lo mismo que la mente en acción se opone a la conciencia, materia y antimateria se combinan continuamente para que el paso de una permita el acceso de otra.
Tu en la persona que te ama, eres tu tanto en persona como en el anhelo de tu presencia cuando te marchas.
Por eso nunca se debe confundir el vacío con la antimateria.
El vacío es ese estado donde todo tiene cabida a pesar del opuesto, y en base al opuesto.
Vacío se sucede así como el estado donde se dirimen toda las disputas en un seno conciliador.
Es como la madre que mira a la cara a los dos hijos enfrentados hasta que ellos comprenden que son de la misma sangre.
Ya se sabe que mas tarde cada uno tomara sus derroteros y volverán a la confrontación, pero en ese instante de unión todo se acoge en un seno que por no formado permite la absorción de las polaridades.
La impermanencia de la permanencia.
La consecuencia mas clara de la existencia de un Tao es la realización de ese Tao.
Ese camino, aquí definido, supone un proceso de continuo avanzar.
Es en ese avance, donde las cosas denominadas como tales, se permutan.
Esta sucesión de imágenes con referencia a un mismo objeto, que en si deja de serlo, es la base de la permanencia de la impermanencia.
Una ley de actuación, que tiene como principal ley la teoría de que la vida siempre se abre camino.
Es por ello necesario que para su desarrollo como tal, es decir, para el desarrollo de su propio Tao, esta se halle totalmente fuera de perturbaciones.
Esas perturbaciones, son los distintos meandros que sigue el curso del río hasta que desemboca.
Pero no por sus dificultades deja de expresar su propio camino.
Es muy curiosa la idea de vuelta a los orígenes.
En ella, según el Tao, se encuentra el futuro.
El hombre como tal, es solo la adaptación de la vida a vivir en la tierra.
Es el ultimo paso, por ahora, de una determinada forma de agrupación que conlleva una gran equiparidad en el genoma de las distintas especies que pueblan la tierra.
En los orígenes de la humanidad se tienen que remontar a un sistema organizativo en el mar.
Lo importante de nuestro genoma no es como es, sino la inmensa posibilidad que tiene de adaptación a distintas condiciones. Para siempre conseguir permanecer, por encima de individuos y especies. Siempre busca la permanencia de la vida.
En nuestros orígenes éramos peces.
Eso quiere decir que teníamos un sistema organizativo especializado en actuar en espacios con una gravedad baja.
Obviamente el futuro del hombre esta en el espacio.
En un espacio donde las generaciones que vengan tendrán un consecutivo proceso adaptativo a ese estado de ingravidez.
Con ello nuestro sistema antropoforme se ira desligando por una labor adaptativa a las nuevas circunstancias.
Determinada masa muscular tendera a desaparecer, con ello la idea nuestra de nosotros no sabemos a donde parara.
Lo que si esta muy claro es que en los orígenes de ingravidez vuelve a hallarse las bases de un proceso evolutivo.
En los orígenes se halla nuestro futuro. Una de las paradojas del Tao.
Tao no solo se compone de una vía sino de múltiples vías.
Ese es el tao.
Todo son sucesión de manifestaciones cada una acordes consigo misma.
Ese principio de coherencia radica en todo el universo cuando se cumple como universo.
La incoherencia a esa relación también es el cumplimiento de ese Tao. Pues en toda acción viene su consecución o su reacción polar.
Pero todo tiene la misma raíz.
Probablemente y a nivel de acción personal, aquel que sigue la coherencia, probablemente halle en el ese punto de integración con lo que le rodea.
Una de las cosas que te tienen que sostener en este mundo, es que el tao es solo una forma de conocer el mundo.
Fíjate: una forma de conocer el mundo.
Toda forma de conocer el mundo, es solo eso, forma.
Y es solo eso, conocimiento.
Si quieres realmente el mundo, olvídate de ti.
Estados de conocimiento.
El mundo sigue estando ahí.
El muy cachondo ni se ha despeinado después de que lo he montado y desmontado varias veces.
Eso es porque no he hecho nada que afecte al mundo.
El mundo no es entonces lo importante.
La vía de esta vía de conocimiento, no es en si el mundo sino el propio individuo que conoce.
Es el primer paso del proceso iniciatico de todas las culturas relacionadas con el conocimiento, lo importante es confundirse con el mundo. Perderse en el.
El primer paso de conocer es vestirse para ir a conocer.
Lo mismo que no va igual vestido cuando estas de fiesta que cuando estas entrenando, aunque para los culturistas sea lo mismo.
así mismo, te tienes que vestir para ir al conocimiento.
Para conocer el mundo, para llegar al punto de estar en el mundo, tienes que vestirte de mundo.
Entra en el estado de Wu Chi.
Ese es el estado de estar sin extremos.
La izquierda y la derecha no existen.
Arriba y abajo son deshechos.
Mente, corazón y sentimientos se disuelven.
Eres como un mojón que esta en el camino marcándolo.
Eres como una piedra, como un árbol, como un río.
La principal diferencia entre el río la piedra y tu, no esta en su constitución sino en la existencia de un pensamiento reflexivo.
así la primera condición de entrar en la vía, es lograr tener un único pensamiento.
La piedra solo piensa en ser piedra y obviamente lo logra.
El pájaro no es muy distinto.
Pero tu, ya no te acuerdas de ser solo tu, de mantener un solo pensamiento.
El estado del estado del no estado se convierte por tener un solo pensamiento.
Ese estado de permanecer nada mas es la primera situación de romper la barrera del conocimiento para entrar en las vías de la mística.
Este estado físico de unión con lo externo se denomina samadhi positivo, que como comprenderás es solo un convencionalismo nuestro con los adeptos al zen.
Todo hasta que llegas al estado donde rompes la dualidad residual tuya con el mundo. En ese momento la luz se abre como un borbotón imparable.
En ese estado no solo comprendes tu estado actual de piedra sino que además entras en un punto de sabiduría donde eres capaz de resolver cuestiones en cualquier plano.
Es ese momento que se resume como cuando dices: “lo tengo claro”-. Es así pero a lo bestia.
Ese estado es la entrada al proceso de iluminación.
La iluminación es un momento en el cual el cuerpo como tal inicia un periodo de funcionamiento mas allá de sus capacidades comunes.
Esto recibe diversos nombres en diversas culturas. Para mi es un estado de excelencia.
Este estado de excelencia es un conglomerado de actuación que va entre los poderes habituales de nuestra mente a las llamadas potencialidades latentes.
así, y en relación con esta avalancha de sensaciones y contenidos el conocimiento habitual se halla muy superado.
Es en ese momento donde ves que solo hablabas de claves para poder comprender ese mundo que ahora VIVES.
La vivencia sapiencial de ese mundo se llama Prajna.
Por eso y según las derivaciones del tao, quien conoce aprende algo cada día y quien entra en la vía olvida cada día algo.
El bostezo del universo
El inicio de todo es una consecuencia de la constatación del Chi como tal.
¿Como saber como comenzó todo?
Uno de los principales errores que cometemos es aceptar nuestras propias reglas como la realidad.
Si te hablo de esas normas que nos damos para poder entender el mundo.
Las reglas de las que te hablo no son mas que una humanización del mundo.
Nuestro conocimiento del mundo se basa siempre en una traslación de lo del exterior a lo del interior.
Pero no debemos olvidar que esas reglas que damos son solo plantillas que nos permiten entender un poco lo que nos rodea.
Por eso el conocimiento, en este plano, no es mas que el uso de las plantillas mas adecuadas para su comprensión.
Su realidad es tan semejante como lo es el plano que surge en un navegador del coche para poder llegar a un sitio. No es la realidad pero ayuda a llegar.
Por eso no podemos confundir el conocimiento con la vivencia.
Vivir es la realidad hecha apreciación personal, es ese estado de prajna que describíamos en el capitulo anterior.
Teniendo esto en cuenta debemos comprender que la idea de cuando como el mundo es solo una idea que llevamos de nuestra vida cotidiana al resto de cosas que nos rodea, nuestro derredor.
Una de las cosas que mas te sorprende esta vida es la inmensa cantidad de acontecimientos donde el uso de la inteligencia racional tal cual nosotros la entendemos, no tiene vigencia.
Es como si el mundo se hubiera dado la vuelta a la razón, y sea esa la única razón.
Ese estado de sin razón no es lo mismo que un estado de estupidez.
Puede que a nosotros nos lo parezca, sobre todo si pensamos que hay alguna vez donde ese estado produce una circunstancia que nos afecta personalmente, y dicha contrariedad al afectarnos, al dañarnos en nuestro interior, nos hace ver lo estupido de este mundo.
En el origen del universo siempre nos queda la idea de que necesariamente tuvo que tener un comienzo.
No podemos comprender que el universo haya existido siempre.
Cuando el universo existe de siempre su estado se asemeja a un sueño.
Un enorme o minúsculo ser que duerme y se imagina a si mismo.
Tu nunca te has dado cuenta que cuando duermes, sencillamente duermes.
Dormir es un fin dentro de tu propia existencia.
Dormir es un estado de ser plenamente tu, siendo tu, pero no preguntándote por ti.
En un momento dado surge un bostezo.
En ese momento toda la boca se abre.
Dilatas al máximo las mandíbulas.
En ese mismo un escalofrió recorre tu espalda y te estiras.
Luego sigues durmiendo.
Ese momento en que te estiras es cuando notas como una oleada donde todo tu cuerpo se llena y se vacía.
Ese momento notas como en todo el mundo se produce una extraña convulsión, pero el universo no deja de ser universo, es solo que se ha estirado.
En ese sentido podemos pensar la existencia del universo como la forma nominal de un sueño.
Es como si todo el compendio de galaxias, sistemas y átomos fuera solo un modo del mundo de sobrevivir en ese mundo.
Es como esa serie de chabolas que ves en los telediarios que son arrasados en algún cataclismo.
Las casas parecen que son de broma.
Parece que la montaña se despereza como un enorme elefante que se agita para limpiar su piel y posteriormente descansar.
Una vez producida esta sacudida el elefante vuelve a ser elefante y sus pequeños inquilinos vuelven de nuevo a desarrollar su actividad de reconstrucción.
Parece mentira como los propios habitantes de esa ladera que es arrasada, con una perfecta naturalidad, recogen lo que queda y vuelven a construir otra chabola semejante a la que se hallaban.
Esa es la naturalidad del que acepta los envites de la vida como algo natural. Porque la vida siempre se abre paso y nosotros solo somos uno de esos habitantes de la periferia de un sueño de universo consciente.
Por eso el origen del universo es solo un sueño.
El alma.
El alma es un componente de la totalidad del ser.
El ser es el vinculo con el universo, ese universo que hasta ahora hemos pretendido describir.
El universo durmiente bosteza en un espasmo que trasciende.
Ese espasmo que te llega y sientes como una extraña convulsión en tu campo de fuerza.
Pero el vacío de tus entrañas es producto de la alteración de un campo energético que rodea tu cuerpo.
Ese fulgor exterior es solo consecuencia de una bioelectricidad que surge en tu interior.
El concepto actual del mundo atómico define cada partícula como energía.
La base del cuerpo es también energía.
La energía posee una mente que se duerme en el sueño del universo.
El alma es la fuga de la energía en la muerte a donde siempre centro su existencia del universo.
Es ese halo de un beso insuflado en un pensamiento hecho materia.
El místico se centra en el estudio del alma y a través de ella conseguir la comprensión del universo centrado en su dios.
Para el científico es el estudio de los distintos campos de fuerza los que complican el conocimiento lineal que hasta ahora se había producido en el mundo técnico en el que nos movemos.
Estábamos en un momento donde es necesario ampliar la plantilla por la cual medimos el universo.
La consecuencia de la energía en el universo es el universo, la consecuencia de esa energía en el ser humano es el alma.
Cuando hablamos de alma estamos una vez mas poniendo otras plantillas al interior nuestro.
La unión con el universo se produce con nuestro alma, en dos momentos, que corresponden con nacimiento y muerte. Entre medias hablamos de los distintos momentos donde la meditación nos coloca en ese estado de abandono de conexión con una realidad mas trascendente que la mediatez de nuestro respirar.
En la ciencia el universo se trae a un laboratorio donde se trata de reproducir en pos de un método científico una realidad sin aleatoriedad.
Es como el que tira un penalti habiendo atado previamente al portero. Eso ayuda bastante.
El ser humano que tanto puede ser poeta como científico salta en un proceso de calidad conceptual cuando divisa en todo el substrato de energía.
Infinito e inmortalidad.
El mundo es infinito y el hombre ansia a ser inmortal.
Las dos cosas son tan falsas como reales.
Dentro de nuestras plantillas de conocimiento. Su aplicación a los extremos de su afirmación nos hace que nos situemos en unos márgenes donde se producen pliegues en el conocimiento.
Los bucles del conocimiento nos llevan a llegar a determinadas ideas que afectan tanto a la filosofía, la ciencia o la poesía.
En la búsqueda del infinito este se halla en las consecutivas reducciones hasta donde es posible la división de la materia.
El pliegue se produce cuando lo que dividimos es energía no materia. Y esa energía es indivisible pues lo único que hacemos es partir cada una de sus emisiones.
Esta continua manía de partir ese chi, es la constatación del infinito.
Pues el infinito es él mismo en si.
El chi es infinito y en consecuencia siempre estamos dando vueltas a un divertido juego de palabras.
La mortalidad solo se supera muriendo.
Es necesario morir.
Pero permaneciendo en ese mismo punto, sin sentir ningún reclamo de la vida.
La paradoja del conocimiento la inmortalidad se alcanza negando la vida.
Si niegas la vida para ser inmortal necesariamente niegas el mundo que ves cuando abres los ojos, no cuando los cierras.
Einstein supuso en la base de la naturaleza la existencia de una sutil armonía.
Esa idea es la idea de la realidad que se cimienta en la concepción oriental.
A esa mística conceptual se la denomino como Tao.
La distorsión espacio tiempo, el paso estrecho entre la angustia y la euforia.
El hombre ya no esta fuera.
Salio fuera de si para ahora estar dentro del universo.
Que curioso, se olvido para estar.
Se olvido de si y comprendió toda su dimensión, paso de ser un observador para afectar a la obra que contempla.
Ya no miras los cuadros de paisajes para vivir dentro de la naturaleza. Ahora respiras naturaleza, eres un elemento que deambula por ella y la afectas.
La afectas mas con afecto que con afección.
Formar parte de esa nueva forma de comprensión es lo que trae.
La distorsión en el tiempo y el espacio es la forma en la que tu afectas.
Es muy fácil comprobar en física como eso se produce dentro de un determinado cuerpo.
Pero mirar eso dentro del propio tuyo es lo que te propongo.
Conoces tu campo energético.
El alma del que antes hablamos es la expresión del campo gravitacional de tu cuerpo como ser del universo.
Ese campo se puede expresar en una expansión sin igual fruto de un ampliar de la emisión de tu energía en el vuelo de la mente.
Estas en un estado inconfundible de euforia. El tiempo mientras pasa. El espacio se te escinde. La premura de un tiempo y un espacio en todo se halla.
Por otra parte, en el poniente de tu pensamiento un suceso que te concierne constriñe todo el hecho de la presencia de tu pensamiento.
Cuando el aire falta y el mundo te puede logra que lo que te rodea se perturbe.
En angustia todo cambia, teñido blandecido en la vía de la mirada que busca y busca.
La angustia cambia, mientras la euforia te tiñe.
El tiempo y el espacio en tu ámbito hacen que se pliegue el pensamiento y con ello que duela la mente.
Donde esta la mente esta la energía y en ella se deposita toda la vida en forma de energía.
La ampliación de tu aura así como la distorsión que se te produce por euforia o angustia es lo que llamamos la percepción interna de la vida. De toda la vida.
El hombre como el viejo poeta se erige diciendo: “Lo que conozco y no lo que poseo sigo/ sin presumir meritos/ cuando prefiero a lo que miro lo que creo.” Epitafio mío de un día que espero que no llegue en perdedor.
La curva de distorsión paso un día por mi interior y me constriño antes que me expandió.
Mientras espero el día de ser.
Tus creencias, la parte de la realidad que duerme.
Las creencias comienzan a ser parte de la realidad.
La creencia es una historia montada en ti. Pero ¿como podrías montar algún tipo de historia que no hayas percibido ya? Realmente no se como se puede hacer.
La creencia es un estado de percepción, donde lo que intuyes sabes fehacientemente que ya lo has visto.
El problema viene siempre por saber exactamente donde lo has visto.
Y es que en ese sentido tu inconsciente, una vez superada la barrera de credulidad de tu conciencia es como un niño chico que se ilusiona la noche del seis con los reyes magos.
Un niño chico que todo lo que penetra en su esfera es aprehendido.
Lo validado como real no es lo que vemos fuera sino el reflejo interior.
El problema de la creencia es que muchas veces enlaza sus hilos en el telar de la distorsión.
El pasado pesa como un velo que enturbia tu ver, y aquello que es negado por la lógica se aferra en la mente en forma de aquello que crees.
Ese velo turbio, tamiza y moraliza mas allá de la razón y el problema es que de esas aguas bebe tu creencia.
Los que creen son tanto visionarios como dementes.
Una moneda que es lanzada al aire y en una única toma percibes como con una simple vuelta torna la cruz en cara.
Es tan sutil pues la aleatoriedad de en que posición caiga.
La imaginación es la capacidad de ver el mundo con toda la carga emocional positiva que le somos capaces de aportar.
Imaginar no es creer, pero es necesario creer para imaginar.
Por ultimo queda la fantasía.
La fantasía se enraíza el proceso de sublimación de una sexualidad.
Desde la sexualidad somos capaces de crear de la nada.
Por ello en la fantasía se halla la capacidad de saltar por encima de nuestro propios limites.
Por eso ten en la fantasía la dimensión de espiritualidad y halla en tu imaginación la vía de tus creencias.
Los jardines zen.
La forma de concepción del mundo es expresado en una serie de momentos donde a través de determinada simbología logramos entrar en una concepción mas profunda de lo que meramente vemos.
Los jardines zen son un ejemplo.
Dentro del monasterio.
Dentro de el se esconde la paz.
La paz es un estado de comprensión del todo como parte del aquí. Muy, muy, del aquí.
Este aquí es el jardín zen.
Un jardín de arena. De arena rastrillada en miríadas de ondas.
En ellas, en esas ondas se produce la erección asimétrica de unas piedras.
Mientras, la arena es rastrillada con una paciencia que envuelve la ausencia de un estado de ansiedad, de tiempo de calma, de calma de suavidad, la misma con la que lentamente cada diente del rastrillo separa en un surco un montón de arena en una línea curva indeterminada.
Como distinguir en ella algo mas que no sea esa mente apartada pues en ella nos permite el camino de una ciencia confusa que escinde dentro de ti los espacios de un conocimiento que provoca que el mundo se trascienda.
La determinación asimétrica de las piedras propugna una simetría conceptual con la energía que se expande en espiral desde su centro.
La energía que en espiral se extiende en esa sucesión circular como la piedra que cae en el estanque provocando las ondas, nos lleva a pensar que la sucesión de piedras distribuidas de modo aleatorio en el marco energético son solo una sucesión temporal lineal fruto de esa expansión circular anteriormente comentada.
En la energía todo es sucesión allá donde no hay espacio sino solo el sistema de expansión en onda.
La expansión de la energía en la forma fluctuante de una onda se va encontrando los objetos en una forma que nosotros en nuestro dimensionalidad consideraríamos consecutiva.
Mientras un monje rastrilla la arena. ¿Qué estará pensando?
La duda
Una de las características del lenguaje que hemos descrito hasta ahora para definir el nuevo concepto de universo se basa en proposiciones netamente metalingüísticas, donde la propia condición interna de la estructura sintáctica y semántica, producen en el individuo un estado alterado de percepción, para desde ese punto intervenir activamente en el proceso de abstracción y posterior conceptualizacion.
En ese marco usaremos el lenguaje de un modo alegórico, lo único que queda por delimitar, es exactamente hasta donde llega este lenguaje y hasta donde no.
Lo que origina el mundo es el pensamiento del mismo mundo en el origen del mundo.
Porque tiene que haber un origen en nuestro planteamiento, pensamos que el resto de la argumentación es exactamente igual de sólida.
La verdad es que es sólida pues se cimienta en la racionalidad, pero de ahí a que tenga ese tinte de esencia de la realidad, es el paso mas complicado a cubrir.
El mundo era hasta ahora una especie de bella durmiente.
El universo ocupaba todo y en la medida que ocupaba todo estaba satisfecho consigo mismo. Por tanto podemos dormir.
Dormir es siempre consecuencia de la tranquilidad.
Los que dicen que duermen a pierna suelta es porque su conciencia se halla saciada en un estado de completo reboso.
Por eso duermen en paz, muy, muy en paz.
Pronosticar ese estado es pronosticar un estado de completa inmovilidad.
Tu nunca has creído.
Creer al principio te ilumina, te llena, es quizás la mas completa sensación de plenitud.
Es bonito creer.
Cuando el enamorado dice:
Creo en ti-.
En ese estado es un estado de total comunión de éxtasis en la trascendencia de uno mismo, obviamente se siente afortunado por la suerte que la vida ha depositado en el.
El creyente en una religión lo tiene mas difícil, su creencia al fin y al cabo se halla lejos, tan lejos...
Esa lejanía hace que el vinculo con lo que cree sea menos perceptible y estemos hablando de nociones que atañen a la fe.
Probablemente la noción en la que cree el religioso este tan lejos como la del enamorado, pero eso es debate de otro proceder.
El maravilloso problema de este problema conceptual es que hablar de creencia es lo mismo que hablar de incredulidad.
“Creedme” el ateo y el religioso, los dos se hallan a la misma distancia de dios.
Vemos que creer es solamente una de esa múltiples plantillas que creamos para poder movernos por el mundo, y no es malo. No es malo sino lo llevamos hasta sus ultimas consecuencias como en el debate de la sexualidad de los Ángeles.
La mística te llevara por otro camino, pero ahora no hablamos de nuestro camino.
La duda es la vía de desarrollo del universo.
Cuando el universo duda de si, es el único momento donde abre un hueco donde no esta el, y obviamente tiende a llenarlo, yendo a buscar lo que le falta.
Dudar en si es la necesidad de echarnos al camino para lograr desarrollar lo que nos falta.
La duda nos convierte en peregrinos, y lo que necesita un peregrino es un camino que cubrir.
Un camino que permite que se llegue o no, pero que implica un movimiento y con ello un devenir.
Ese es el Tao.
Ahora es el momento de que demos un profundo salto cualitativo.
El salto tiene como base de lanzamiento la duda de en que duda el universo.
¿Como podríamos interpretar la existencia de esa duda, si existiera, y a través de quien podríamos interrogar al universo?
Lo que parece imposible, pues se piensa que nadie se puede erigir en determinado portavoz, se encuentra mucho mas cerca, pero que mucho mas cerca de lo que pensamos.
Si pretendemos que el ser humano se halle en medio del mundo.
Si pretendemos mantener al hombre dentro del medio al que pertenece siendo parte integrante de el.
Si somos capaces de mirar mas allá de nuestro propio ombligo.
En ese instante nos damos cuenta que somos una forma de la Naturaleza.
En la medida en que somos parte integrante también nos dotamos de la sensación común que impregna cada rincón de ese hogar.
Por eso mismo, nuestras dudas no son distintas a las dudas del resto del universo.
Nosotros no somos portavoces, somos solo emisores de las dudas que tiene el universo, y percibimos sus fluctuaciones en la misma medida que queremos verlas.
La diferencia es la fidelidad de nuestra reproducción.
Es como ver la tele en una televisión de blanco y negro frente a una de las modernas de plasma.
Lo que no varia es la emisión, lo que si varia es la fidelidad del receptor.
La duda del hombre que en ella determina su Tao no es distinta cualitativa ni cuantitativamente de la duda que conmociono al universo en su Big Bang.
El despertar de ese coloso, es el mismo despertar del hombre atemorizado en una tormenta.
Al universo no le preocupa su nacimiento. Si esta vivo, esta vivo.
Al universo le aterra su muerte. Y a ti también.
¿Es esa tu búsqueda?
El origen de la vida y el fin del libro
El origen de la vida tiene que ser el inicio de un fin.
Es muy bonito tratar de tener todo a mano.
Poder usar todo lo que queremos sin tener que desplazarnos es una de las claves de la ambición del ser humano.
Esa comodidad, como hemos visto, le lleva a construir mundos a su medida.
Estamos ante la ciencia mas básica del ser humano, el interiorismo.
Un Feng-Shui de los espacios que nos lleva a humanizar todo lo que vemos, y a perfilar lo que intuimos.
Somos así.
El origen de la vida entonces es el hombre.
La respuesta a esto no es una petulancia sino una consecuencia del que es el referente en la medida.
La vida si ya de por si cuesta encuadrarla y delimitarla, cuanto no mas buscarla un comienzo.
Por eso ese comienzo, esa delimitacion de origen, se halla sobre todo no en función del objeto medido, sino del medidor del sastre del traje del universo.
El hombre busca el origen de la vida por un estado de alineación en la naturaleza.
El hombre es el único animal que es consciente de su muerte.
La bestialidad de este dato.
La enorme contundencia de tal argumento, hace que la Parca condicione.
Todo es una condición de la muerte.
Somos tan consciente de ella que nos obliga a crear un mundo onírico a su alrededor para justificarla.
En el hombre sucede algo que no puede comprender en la muerte.
En ella no soporta no el hecho físico, al cual trivializa, sino lo que le indigna es la desaparición de su ego, el cúmulo de tesoros cosechados a lo largo de una vida.
En esta medida y con esta secuencia, los comienzos de la vida es el hombre y su origen se halla siempre en la muerte.
Comprenderemos un día que la energía no se crea, y mucho menos, no se destruye.
Nosotros en la medida que energía no nos destruimos y mucho menos llegamos a comenzar.
El proceso de transito es simplemente el acto de llamar a una puerta. Y lo mismo que existe dentro y fuera, a la par existe tras la llamada al aldabón, muerte y vida.
El comienzo del origen no es mas que una línea que trazamos en la innegable sucesión temporal que trazamos en todo para poder medir, sopesar y sobre todo calmar nuestra propia angustia.
Pero no es que exista la vida, es que la vida tal cual la entendemos nosotros no es solo mas que la manifestación de un ego proyectado.
Cuando hablamos de vida extraterrestre, por poner un ejemplo, nos referimos siempre a nuestro consabido alienígena. Poco se nos ocurre pensar que esa propia vida sea una molécula, una bacteria o cualquier otra cosa o menudencia.
La vida para ser vida tiene que ser siempre a nuestra medida.
Es mas, la osadía lleva a que por tal se entienda solamente el hecho de los elementos positivos de la misma.
La vida niega la no vida como un padre reniega del bastardo aunque en el se refleje su estirpe.
Pero la vida vuelve a esa no vida para tomar referencia de si y desde ahí afianzarse en su existencia que por continua, no por ello deja de sufrir distintas mutaciones.
La muerte supone en el hombre la única posibilidad de trasmitir su esencia mas allá de su propia dimensión.
Este hecho tan olvidado debería ser tenido en cuenta a la hora de emprender determinados viajes donde nuestro cuerpo, por una simple cuestión de longitud en nuestra existencia no llega.
La muerte era esa mística puerta de acceso a dimensiones paralelas, el umbral de esos universos tan paralelos que son buscados en un espacio que determina nuestro cuerpo.
Muchas veces sino encuentras la puerta de entrada es porque probablemente allí no exista, solo eso.
La muerte es solo un transito de la esencia a nuevas dimensiones, dimensiones en donde la materia solo se vuelve conciencia.
Con lo orígenes del universo encontramos el fallecimiento como salto de un tiempo a donde no encontramos lo que definimos como hombre pero si hallamos en ellos un instante de conciencia.
Supera la vida, supera el tiempo y entraras en el tiempo donde la vida es solo conciencia de un no pensamiento. Un adiós a la mente y un pasar de largo en la vía de los recuerdos.
Como ya no eres, eres en todo tiempo.
Epilogo
Desde un retiro.
Los espacios donde me hallo es fruto de un retiro, de un espacio dejado a la mirada que fluye lánguida entre los pensamientos que conforma el contexto del firmamento de mi tiempo.
Solo el tiempo de la reflexión en que se produce es el gimnasio el marco mas humano para esta deshumanización de mi habla escrita en estos renglones.
De la primera línea he desembocado en la muerte como salida de un conocimiento que ya no me parece tan sólido.
Y es que cuando mueres vives, pues ya no puedes perder.
El conocimiento muerto de estas líneas supone la apuesta a la vida de la conciencia.
Conciencia hasta las entrañas donde en el nudo del vientre de la angustia se halla el sello de la vida que te envuelve, y en esos momentos notas que se te arranca.
Conciencia como mente etérea de una fuerza donde la duda empieza a ser la simiente de la visión postrera de cualquier amanecer que te enmudece, que te arrebata y te conmueva.
El sueño no es mas que sueño y al fin un pliegue en tu vida al tiempo.
Desde estos mis sueños inicio ahora mis silencios.
adubut
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