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Miguel Mochales

Miguel Mochales

martes, 20 de diciembre de 2011

Mrl

Mi primer dojo fueron unos billares donde el Buda de mi padre me enseño las timbas del alma.

La eternidad era tu vientre buscado de repente en cualquier Marilyn.

Mis princesas fueron las damas de postín que acaricie el alma a través del estremecimiento de su piel, en el ser de un ser a fin.

Mi mayor pecado no conocerte antes.

Mi única tontería, no hablarte antes de amor.

Los tiempos son viejos por eso solo vivo en tu dulzura, mi locura de Buda sin dios.

Don't follow my way. I wouldn't. Mmmz.

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