El golf es una de las manifestaciones de la espiritualidad del ser humano.
No del hombre.
Si es el hombre el que juega al golf, sólo puede ganar o perder.
Si es el ser humano el que juega al golf es el instante exacto en el que aquel filósofo, que iba con un candil, buscando al hombre, le encuentre.
El golf se vuelve espiritual en el momento en que se busca el Vacio.
En el vacío es donde se disuelve el jugador y su objetivo.
No hay distancia.
No es distinto.
Es, alcanzar el vacío, la no_mente, el mismo ínfimo infinito que sucede en el momento que tu has desaparecido.
El principal error del jugador se llama 'intención'.
Este gesto de intencionalidad, se manifiesta en el swing.
El swing de golf es la máxima expresión de esa vacuidad.
La intención rompe la armonía de ese gesto, de ese rasgo, de ese sesgo dado al tiempo y al espacio, como si nada hubiera sucedido, como si nada hubiera pasado y sin embargo, un universo ha surgido y un universo se ha desmoronado.
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen.
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