Hara es centro.
El hara es tu centro.
A su vez, tu, también eres centro.
Y, la paradoja es que el centro del centro llega a ser su negacion por afirmacion. En ese momento, en ese instante, como un tubo, semejante a un calcetín que se da la vuelta, lo que era centro, cual cuello de botella, te lleva a la verdadera dimensión del infinito.
Y, es tan infinito, que puede caber en un punto que se situa tres dedos por debajo de tu ombligo.
Y el infinito es en ti y tu eres infinito.
¿Empiezas a comprender, todo lo que puedes?
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen
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