El yo es aquello que ves.
El no_yo es aquello que es.
Lo que ves es perfecto, lo que es, es defecto.
El defecto en lo perfecto es el no_yo manifiesto.
Cada día se busca más la perfección en la perfección. La senda del zen es la búsqueda de la perfección en la imperfección que es, tanto como decir que en el fallo, hasta en el, esta dios.
Dios esta en el fallo es tanto como admitir que dios se encuentra en el fallo de la vida qué es la muerte.
Por eso el no_yo es tan importante en oriente. En el oriente de tu mente, también debe serlo.
Hay una historia.
Todas las historias son interpretaciones que da el yo al no_yo para que este entienda.
Por eso, sólo las historias hermosas son reales.
''Cuando dios harto de las peticiones de todos los humanos, se escondió en el único sitio donde nadie le buscaría... En tu interior'
A ese interior lo llamamos no_yo.
El yo es aquello que ves y el no_yo es aquello que es.
Todo lo que es no es. Es decir no se ve.
Tu mente es la continua búsqueda de la perfección y la no_mente es la expresión de esa imperfección, allí donde están las grietas del universo.
Esto en el zen lo supieron enseguida. Pero no lo quisieron deificar, subir a un altar. Simplemente se semtaron y se pusieron a observar. Y en ese momento hallaron ese no_yo y ya, no pudieron hablar, que más podían decir.
Entonces empezaron a respirar.
La inspiración es humana.
Inhalas y el cielo desciende. El aire se contiene y aumenta la presion en el vientre.
En la expiración es el momento zen, es pura atención. Y en su final, en ese extertor, surge un abismo, un vacio, en el continuo de fluir entre tu y el universo y en el fondo de ese averno, surge el no_yo. Dios sea asoma a tus labios. Y te conviertes en el mantra soham y es tan hermoso que oras según respiras.
Inhala 'So'.
Expira 'Haaaaaaaam' hasta el silencio.
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen.
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