El tigre y el dragón qué habitan en ti.
Todo existe así en ti.
Y, además la metáfora es preciosa y además es perfecta.
Preciosa y perfecta para entender que es aquello que habita en ti.
Tu tigre y tu dragón.
Y todos en ti.
Lo primero es comprender que eres Vacio.
Un vacío donde existen dos fuerzas que confluyen en la expresión de su Taiji.
Los dos, tigre y dragón circulan en una acción combinada que da el sentido de movimiento a tu cuerpo en la acción coordinada de todos tus pensamientos, sentimientos y emociones.
Este infinito se manifiesta en una circularidad, que hace que esa circunferencia se armonice con el devenir del mundo.
Hay dos fuerzas unificadas como tendencias que resumen todas las incidencias de la mente determinista y la del fuego del corazón de la mente que vive.
Montar al tigre es usar a la bestia.
La bestia que reside en ti y mirar cara a cara su infinita fuerza.
Despierta el tigre y montalo.
Usa esa fuerza para crear y saca del dolor de vivir, potencia.
El dragón es toda la fuerza trascendente que hay en ti. Es la pasión que se eleva a espiritualidad. Es la transformacion de la pasión en comunicación, en conciencia.
Esa necesidad de trascender con el vuelo de ese dragón, supone la capacidad de no tener límite.
El problema es que negamos o vivimos de espalda a esa realidad o, esa realidad nos ha superado o nos ha desaparecido por superación, por la pérdida del centro, por vivir dormidos.
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen.
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