Se me fue mi alma a cuidarte.
No hoy tu voz sino que escuche mi esperanza.
Mi esperanza de que me amaras.
El silencio es así.
El silencio te ayuda a oír la eternidad que anhelas.
Y el viento llama a tu puerta con sonidos acaecidos de intempestivas bellezas.
Ahora he vuelto.
Sin pasado.
Sin deseo.
Sin pobreza.
Solo he vuelto.
Ha vuelto mi alma a tu tierra.
...no le busques sentido, no lo tiene, o no. Miguel mochales, maestro zen
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