Solamente existe una manera de avanzar, una manera de lograr el éxito, una manera de hacer que las cosas funcionen.
Yo tengo un equipo, yo estoy a disposición de mi equipo, me importa mucho más su vida, Su tiempo que mi propia vida.
Eso no quiere decir que yo no cuide de mí, solamente que mi fortaleza es que de cualquiera de los colaboradores que tengo antepongo su felicidad a la mia.
Es ahí donde radica el éxito.
Siempre que yo antepongo mi compañero, mi compañero me antepone a mí. Ésa es la ley. Esa es la grandeza. Ese es el misterio.
Esa es la ley, no existe otra posibilidad, no existe otra misión, no existe otro objetivo. El respeto que de a mi compañero, será mi grandeza en el campo de batalla.
No se trata de que haya uno que de todo por los demás y los demás echen a dormir.
No se trata de dar para recibir.
No se trata de esperar nada.
La ley es muy clara antepongo a mi compañero, su vida, su dicha y su felicidad a la mia. Yo esto no lo hago por recibir algo sino para multiplicar.
No hay mérito en ello es lo normal. No hay recompensa en ello es lo normal. No hay expectativa en ello es lo normal.
Éste debe ser el armazón de toda estructura.
...No le busques sentido, no lo tiene, o no. Miguel Mochales, maestro zen
No hay comentarios:
Publicar un comentario