entrenamiento zen, máximo rendimiento, tao, meditacion,dojo en madrid, practicar zen

Miguel Mochales

Miguel Mochales

lunes, 3 de febrero de 2025

La revolución de la totalidad de la consciencia

 Hacia el Hiperconsciente: La Revolución de la Totalidad  


La mente humana se ha engañado durante siglos. Ha creído que es el centro del universo, que su lógica y su razonamiento son las herramientas definitivas para descifrar la existencia. Pero ese enfoque es tan limitado como medir la costa de la península ibérica con una regla de diez centímetros. Es intentar capturar el infinito con la jaula de lo finito.  


El problema no es el pensamiento, sino su fragmentación. Creemos que somos solo nuestra cabeza, que nuestra consciencia racional es la dueña del juego. Pero la realidad es otra: somos un sistema completo, un flujo continuo donde el subconsciente, el inconsciente y la consciencia no están separados, sino que son manifestaciones de una única inteligencia expandida.  


EL SUBCONSCIENTE: LAS PIERNAS QUE TE LLEVAN MÁS ALLÁ  


Tu subconsciente es movimiento. Es impulso, es respuesta instantánea antes de que la mente consciente intervenga con sus dudas y juicios. Cuando entrenas tu neurocelularidad, lo que estás haciendo no es simplemente desarrollar habilidades, sino afinar la comunicación entre todas las capas de tu ser. Cada paso que das sin pensarlo es una prueba de que hay una inteligencia más rápida y más profunda que la del pensamiento discursivo.  


Aquí radica la primera trampa del paradigma actual: nos enseñan que el control consciente es lo máximo. Que solo lo que puedes explicar con palabras es real. Pero ¿cuántas veces has actuado de manera impecable sin saber por qué? Ahí está la verdad oculta: el subconsciente ya sabe moverse antes de que lo pienses. 


EL INCONSCIENTE: EL TRONCO QUE SOSTIENE TODO  


Más arriba, el inconsciente. El tronco, la estructura. Todo lo que eres y no recuerdas que eres. Es la memoria de lo ancestral, los patrones que te sostienen aunque no los percibas. Es el lenguaje del símbolo, de los sueños, de los mitos. La gran paradoja es que el inconsciente, aunque oculto, tiene más poder sobre tu vida que cualquier pensamiento consciente.  


El mundo moderno ha intentado reducir el inconsciente a un simple archivo de recuerdos reprimidos, pero es mucho más que eso: es la matriz desde donde emergen tus posibilidades, el suelo fértil donde crecen las semillas de lo que puedes ser.  


LA CABEZA: LA GRAN ILUSIÓN DE LO CONSCIENTE 


Finalmente, la cabeza. El consciente. La chispa que cree gobernar, pero en realidad solo es una pequeña linterna en un océano de información. 

Tu mente racional es útil, pero creer que es el único punto de referencia es el mayor error.  


Es como un mendigo que se aferra a unas pocas monedas en un reino ajeno, cuando en realidad, si dejara de limitarse, descubriría que ya es el rey de un imperio ilimitado.  


El paradigma imperante nos dice que el camino es acumular más información, más control, más certezas. Pero lo que realmente nos hace evolucionar no es añadir más a la cabeza, sino integrar todo lo que ya somos. No se trata de elegir, sino de ser todo.  


EL HIPERCONSCIENTE: LA SUPRAMENTE QUE LO UNIFICA TODO  


La clave para romper los bloqueos, para dejar de quedar atrapado en un solo nivel, es entrar en el estado del HIPERCONSCIENTE  


¿Qué es? Es la fusión de los tres niveles. Es cuando las piernas (subconsciente), el tronco (inconsciente) y la cabeza (consciente) dejan de operar como partes separadas y comienzan a funcionar como una totalidad sin fricciones. Es cuando la inteligencia del cuerpo, la memoria ancestral y la claridad mental se sincronizan, generando un nuevo estado de percepción.  


Es el punto en el que no decides, sino que simplemente eres. En el que ya no sigues el camino, sino que te conviertes en el camino mismo.  


El hiperconsciente no es una meta, porque una meta es algo que está afuera, separado de ti. El hiperconsciente es un estado en el que despiertas a la totalidad de lo que eres. 


El mundo quiere que elijas: ¿mente o cuerpo?, ¿razón o intuición?, ¿pasado o futuro? Pero la elección misma es la trampa.  


Cuando te reconoces como TODO, te das cuenta de que el juego cambia. No hay límites. No hay fronteras. No hay barreras.  


Entonces, ¿seguirás midiendo tu realidad con una regla de 10 cm? ¿O te atreverás a soltarla y abrazar el infinito?  DC

No hay comentarios: