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Miguel Mochales

Miguel Mochales

viernes, 17 de agosto de 2012

Subcultura ZEN.

Las Virtudes de los Guerrer@s de la Luz De la Honradez y la Justicia El mundo está dominado por los corruptos y no hay una verdadera justicia. A un guerrer@ de luz no le hace falta creer en la justicia del mundo y la de los que gobiernan, pero sí debe creer en su capacidad y necesidad de ser justo. Tú no eres responsable del mundo pero sí eres responsable de ti. Cuanta más corrupción y más injustica haya en la sociedad donde vives, más noble, hermosa y necesaria será tu capacidad de ser justo y honrado con los demás. Cree en la justicia, pero no en la de los demás ni en la del mundo sino en tu necesidad de ser justo. Eso te hará ser impecable, eso te dará la fuerza, eso hará que puedas mirar a los demás con el fuego de tu espíritu. Del Valor Heroico El Miedo mata la Vida, el Miedo mata la Mente, el Miedo te corrompe por dentro y hace que seas un zumbi, un muerto viviente, porque el miedo no te deja vivir. El Miedo llama al Miedo y el Valor llama al Valor. Tú eliges el camino. Puedes vivir con plenitud, de una forma completa y total o puedes vivir solamente la mitad o nada. El Valor no es actuar ciegamente. No es caminar como un estúpido hacia la muerte o la destrucción. El Valor, como el Amor, debe ser sabio, debe ser inteligente, debe ser fuerte. Deja atrás el miedo y sustitúyelo por el Respeto y la Precaución. No te importe el miedo de los demás. No te importe que los demás ya estén muertos aunque caminen por las calles. No te importe la Muerte porque es una ilusión más efímera aún que la Vida. Un guerrero sabe lo que todo el mundo prefiere ignorar: que hemos nacido para morir. Sabe que la Muerte no es un problema porque es algo natural. Todos tenemos un día señalado para partir. Aunque te ocultes en un agujero para que nadie te vea y pases allí día y noche, tu día llegará, hagas lo que hagas tu día llegará; pero mientras llega, por vivir en tu agujero te convertirás en un muerto viviente. La Muerte no es un problema porque es natural. El problema es vivir como los muertos, sin vida, sin valor, sin dignidad. De la Compasión El Valor, la Fortaleza, el Poder, deben ser usados correctamente. Deben servir para fomentar el bien y ayudar a los demás. Quien es realmente fuerte no necesita demostrarlo. La crueldad, la venganza, la tortura, la jactancia, son el patrimonio de los débiles, de quienes han perdido hasta su propia dignidad y quieren recuperarla denigrando a los demás. El Guerrero Luminoso es fuerte y él lo sabe. No necesita demostrar su fuerza a los demás sino su ternura y su compasión hacia todos. Incluso hacia sus enemigos, incluso hacia aquello que debe combatir. La Fuerza se realiza en la suavidad. Sólo los fuertes pueden perdonar. Sólo los fuertes pueden dar. Sólo los fuertes pueden mostrar sin miedo su ternura y su sensibilidad. De la Cortesía La cortesía, la amabilidad, los buenos modales, la gracia, la poesía, el ingenio y las palabras afectuosas y amables son la espada del Guerrero Luminoso. Con ellas conquista los corazones, abre las puertas, entra en los reinos y en los castillos inexpugnables. El respeto hacia las personas, incluso hacia los oponentes es la demostración de su fuerza, de su integridad, de su sentido espiritual y de su ingenio. De la Integridad El Guerrero Luminoso sólo responde ante sí mismo. Tú eres responsable de tus propias decisiones, de lo que hagas y de lo que no. Lo que tú decidas es un reflejo de lo que tú eres. No necesitas mantener tu honor frente a los demás, necesitas mantener tu dignidad frente a ti mismo. Si te esfuerzas en ser honorable por miedo a los demás o por necesidad de ser aprobado, eres como una hoja que el viento se lleva. De los demás puedes esconderte pero no puedes escapar de ti mismo. Sírvete con valor y con lealtad, sé íntegro por ti mismo, sin necesidad de mostrarte a los demás. Entonces siempre lo serás. Tú eres tu juez y tu testigo, tú eres tu señor y tu dueño. A ti mismo debes servirte con honor y con valor. De la Sinceridad El mundo está lleno de palabras, de discursos y promesas que no se cumplen. Hablan y hablan, dicen cómo deben hacerse las cosas pero nadie hace nada e incluso se hace lo contrario de lo que se dice. Cuando esto sucede, las personas se convierten en granos de arena que el viento amontona en un perdido desierto. Sus palabras no sirven para nada pero ellas van tras sus palabras a la nada. Un Guerrero Luminoso está en silencio. Sabe que en cada palabra, en cada promesa, algo de él se va. Sabe que es responsable no solamente de lo que hace sino también de lo que dice y, por eso, cuando habla es para actuar y cuando no puede actuar permanece en silencio. Sólo los poetas pueden hablar porque sus palabras no prometen otra cosa más que una belleza inalcanzable. Los demás deberíamos permanecer en silencio. Los demás, deberíamos hacer de nuestros actos las únicas palabras. No te importe lo que la gente te cuente, lo que digan, lo que te prometan. Todo son palabras que el viento se lleva. Mira lo que hacen porque ése es su verdadero discurso. Un Guerrero Luminoso sabe esto y hace actos de sus palabras y sus actos, silencio. De la Lealtad Una persona que no es leal a nada es como un hombre que no tiene casa. Vaga de un sitio a otro sin tener un lugar de reposo. Una persona que no tiene un sentido para su vida es como un pájaro sin alas. El pobre ha nacido para volar pero no puede. Un Guerrero Luminoso es leal a sí mismo. Leal a sus sueños. A sus nobles ambiciones. Leal a sus ideales y también a sus realidades. Leal a lo que dice, a lo que piensa y a lo que siente. La lealtad de los mezquinos es la de aquellos que se entregan a los fuertes, a los poderosos y desprecian a los que son de apariencia más débil o más pobre. Un Guerrero Luminoso es leal con aquellos que tiene a su cuidado, con las personas de quienes es responsable. La lealtad es un viejo concepto muy usado para abusar de los demás. El rey dice tenéis que serme leales. El Gurú dice tenéis que serme leales. El líder dice tenéis que serme leales.. pero sólo hay alguien que realmente puede pedirnos lealtad: Nuestro propio corazón. Sé leal a lo que sientes y a lo que piensas. Sé leal a lo mejor de ti, a tus sueños y tus ideales. Sé leal a la Verdad, a tus palabras y a tus compromisos. Ésta es la verdadera lealtad, la lealtad de los fuertes. Estas son las normas que hacen noble cualquier lucha.

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