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Miguel Mochales

Miguel Mochales

viernes, 29 de abril de 2011

MI PIRMER TEXTO DESPUES DE LA ILUMINACION





Mi alma espera en tu primavera, la primavera del alma.
Vivo alimentando el fuego




Dedicado a unos ojos
Profundos .
De tristeza,
De gata.





La búsqueda.


Toda búsqueda se basa en un camino, un ansia y una profunda decepción.

Según sea esta de contundente así de largo es el destino de nuestro billete.




La meditación es solo el camino de la mente.

La meditación es el proceso de limpieza del alma.

La meditación se convierte en el camino del hombre.

Desde el que su búsqueda es un máximo rendimiento hasta el que no sabe lo que busca, todos se encuentran así mismos.

Pense al principio hacer solo un libro lo mas sencillo sobre mi visión de meditar, ahora lo he cambiado por un libro sobre mis sentimientos, mi presencia y mi actual ausencia.



Esta muy bien eso de encontrarse, la introspección y un largo etcétera. Pero, ¿por donde empezar?.

La verdad es que no resulta muy aleccionador la búsqueda en los panfletos que se publican.

Las versiones se hallan entre variaciones que se acercan al alegato metafísico o recorren la dulce vía de los libros de auto ayuda.

Donde esta la verdad, la verdad es que se halla muy bien escondida.

La verdad esta en la vía que solo recorre ella, la de la simpleza y la de la sencillez.

Los caminos que se iniciaban en cada uno de estos manuales eran tan complicados de agrupar los factores necesarios para que se produjera un cierto sentimiento de abandono suponía un esfuerzo tan grande que te ponías tenso en el empeño.

Los factores que concurrían eran tan aleatorios que solo suponían un cóctel que para que se produjera era necesaria una concordancia de astros.

Todos amparados en factores mentales de imaginería. Pero no siempre la mente esta dispuesta a obedecer.





En esta encrucijada vino mi iluminación.

En las profundidades del zen. En los mas puristas de sus textos el alumno es embaucado por el maestro en la búsqueda de una verdad a través de una argumentación que no tiene sentido.

Ello demuestra lo hueco y vacío de nuestra argumentación lingüística y de los diversos niveles del lenguaje.

Caer en la cuenta es solo cuestión de darse un golpe, que todo se desmorone y pensar en otra dimensión.

El ultimo de estos koan, que es así como se llaman surgió en una adivinanza en el gimnasio.

“Un hombre camina por la calle, la misma calle, a la misma hora y por la misma acera.

De pronto se para, ve un edificio y descubre que es rojo.”

Eso no tendría ningún sentido si no te dijera que en ese momento se dio cuenta que ya no era rico.





El problema de estos procesos iluminatorios es que ¡joder, como cuesta iluminarse!.

Y después quien te garantiza que el efecto continúe.

Personalmente creo que el efecto solo permanece en estados de aislamiento, de profundo aislamiento de aquello que te rodea.

Si el tema es ver lo vacío de contenido que esta todo lo que montas en tu vida, no solo en el plano lingüístico sino en los factores que hoy por hoy te son importantes, no te preocupes que la misma vida te iluminara.

Ese punto, es el punto iluminatorio por excelencia de hoy en día.

Ni koan, ni monasterios escondidos, ni maestro místicos, un par de golpes de la vida y te encaminas.

Es mas si te duermes o te relajas solo es necesario que lleves algún elemento recordatorio para ponerte al día.





Este proceso se da por el grado de profundidad con el que vivimos todos esos mundos que colocamos a nuestro alrededor para formar un mundo, el de cada uno.

Esa profundidad era parecida a la del chinito que andaba preocupado por el ruido producido por dar una palmada con una sola mano. Cada uno se entretiene con sus cosas.

La expresión que inmediatamente se te ocurre es lo vacío que esta el mundo.

¡Bueno! Pues has llegado a la misma conclusión que el chinito, eres capaz de describir de una manera vivida el vacío metafísico conceptual del zen.

Un vacío carente de sentido, pero en donde se halla la posibilidad de todo.

Un vacío que eres tu mismo, un vacío que te rodea: el vacío.

¿Y ahora que hacemos?

Como Hernán Cortes cuando quemo sus naves, ¡A por los mejicanos!, o como se llamaran entonces.















La mente.

El primer campo que tengo que definir es el ámbito de la mente.

En un enfoque espiritual del concepto, hallamos dos tipos de mentes.

La primera no es la mente propiamente dicha, es la fuerza de voluntad.

La segunda esta amparada en nuestra captación sensorial de lo que nos rodea.

Por su parte en el enfoque espiritual anteriormente citado solo encontramos un proceso donde la energía se ha sublimado.





La fuerza de voluntad ha de estar situada en nuestro exterior.

No nos es propia.

La fuerza de voluntad deambula por el orbe.

La fuerza de voluntad es solo la manifestación del universo de convertirse en si mismo.

Para ello sitúa su pensamiento, su intención fuera de el y lo persigue.

Yo también tengo fuerza de voluntad, y yo también la situó fuera de mi alcance.

Mi fuerza de voluntad es un pequeño despertador amarillo.

Si quiero que me active la única solución que me ha quedado ha sido separarlo de mi alcance para que cuando suena no llegue a apagarlo solamente estirando el brazo.

Si soy capaz de levantarme a las siete de la mañana para escribir, eso si es autentica fuerza de voluntad.

Esto define a esta mente como un proceso continuamente expansivo, direccional y finalista.

Es a esta mente a la que se refieren los taoistas en su reflexión sobre la circulación energética en el hombre.

Esta energía interna definida como Chi, no puede ser empujada a una zona de tu cuerpo.

Ellos la asemejan al proceso de tirar de un hilo de seda. Tiene que ser firme para que se desenrede pero a la vez evitar que se rompa.

En España tenemos el ejemplo de la zanahoria y el burro.

Hablando de pollinos y cuadrúpedos, me es curioso al hilo de esta anotación, como los chinos comparan a la mente con un caballo de trabajo.





Por otro lado esta la loca.

Si, esa loca que tienes que encerrar en casa para poder vivir.

Antes de seguir con la loca, hoy es un día de primavera.

La primavera ha surgido por primera vez este largo invierno.

La primavera ha surgido en los primeros días de marzo.

Con la primavera, con estos días de luz, se disipan los momentos de clausura sensitiva del invierno.

Los sentidos se despiertan a golpe de la luz, lo mismo que pesa la chaqueta, lo mismo que produce calor lo que te echas encima y necesitas despojarte de las envolturas, así surgen los sentidos llenándose como si siempre hubieran estado vacíos.

Donde se derraman es en la ánfora de nuestro pensamiento.

En estos días de luz, la loca se vuelve cuerda.





Loca, caprichosa, engreída o abandonada, todo ello la define.

Un estado de continua adolescencia, que aunque pasen los años sigue comportándose volublemente.

Los años no la atemperan, la somete su existencia solo a connotaciones que le lleva a creerse que lo que elabora es real.

Una loca que de peligrosa se dirime por la hermosura de sus abstracciones.

Interiorizando todo, nos eleva o nos hunde con la mima facilidad, pues para ella son siempre partes del mismo juego.

Del capricho nos mueve al consuelo.

Es la misma mudable y altanera del poema de Bécquer, que la acaba redimiendo diciendo:

–Si, pero es tan hermosa.





La principal ánfora es nuestra mente. No la mente general anteriormente descrita. Sino la mente que cuando se desgarra te duele el corazón.

Esa mente es ahí donde su ubica.

Las entradas de ella se halla en los sentidos.

Una caricia te hace sentir querido y un empujón rechazado. Son distintos pero entran por el mismo camino.

La visión de hoy de la primavera o la lluvia de ayer del invierno, son lo mismo, nociones del exterior, pero dentro de mi son distintos.

La principal misión de esos sentidos metiendo información a nuestro corazón, es conferirle dentro de nosotros un sentido.

Cinco sentidos son externos mas otro hay interno, nuestro pensamiento.

Tan real es aquello que vemos como lo que imaginamos que vemos.

El pensamiento, la abstracción y por fin la conciencia son diversas muestras de ese pensamiento de flujo incesante.

El pensamiento es considerado como los garfios que se tiran para tomar una fortaleza.

Aquel que engancha por el se trepa y se trata de ocupar la plaza.

Todo esto seria maravilloso sino fuera porque de continuo, nos estamos refiriendo a elucubraciones nuestras.

Elucubraciones que unas veces son acertadas pero en la mayoría son inciertas.





En líneas generales, y como anticipo a los efectos de la meditación, para allanar el camino, desde la idea de vació del proceso meditativo se nos muestra una vía que conlleva el evitar que los sentidos viertan en el ánfora de la mente, en el corazón.

Es en estos casos donde se ve con los oídos.

Te pondrá un ejemplo.

En los entrenamientos de golf la vista es fundamental para tomar la referencia de la distancia en relación con la bola.

El problema es cuando pasamos de mirar la bola en la moqueta de practicas a la hierba.

La distancia sigue siendo la misma con la diferencia que a nosotros no nos lo parece.

Si percibes la distancia con tus sentidos pero sin llegar a crear una sugestión que te hace verlo distinto puedes acertar. El como hacerlo es muy sencillo, practica con los ojos cerrados.

Apoya el palo, toma distancia pero no crees pensamiento, actúa sin pensar.

Esa percepción interna es como si escucharas. Es el momento donde empiezas a ver con los oídos.






El espacio del cerebro.

Nosotros tenemos un hueco encima de los hombros.

Una cavidad, bien o mal intencionada, pero que condiciona, limita y engrandece todas nuestras actuaciones.

Una inmensa caja de proyecciones donde se muestran con toda suerte de efectos las emisoras de video y audio que nuestra sensibilidad sintoniza.





Siempre me ha gustado ir al cine.

Si quería escapar de mi existencia, si quería encontrar esos mundos a los que creía destinado.

Por eso mi sugestibilidad fue siempre elevada.

Mi condicionamiento a entrar en otro sitio, se veía alentado, por no dejar atrás ningún rastro.

En esos momentos de ensoñación se producía la comprensión de que en el mundo había diversos planos.

La secuencia del tiempo se interrumpía por una sucesión de estadios en los cuales los saltos solo era cuestión de donde sintonizaras tus tomas de contacto.

Lo que percibía, por ficticio, se convertía en tan real que condicionaba mi obrar, mi pensar y hasta mi caminar.

La verdad que en esa sensación envolvente de las viejas butacas rojas, el olor a ambientador de cine, esos locales decimonónicos que pretendían ser sitios de un estilo asemejado a los teatros recargados del diecinueve, el gran telón tapando la pantalla y esa musica de circunstancias antes de la proyección, te hacían irte preparando para una huida en un vuelo charter.





El cerebro es pues un gran escenario.

Una gran pantalla de cine tridimensional.

Un gran almacén sensitivo.

Un desván de la sutileza y del dolor.

El cerebro es un gran saco sin fondo donde todo se hecha y por afinidad y conexión lingüística, sin importancia de contenidos, todo si interrelaciona.

Sensación lo es todo, tu cuerpo, tu piel sensitiva, tu espíritu.

Todo lo que recoges es posteriormente representado en el gran teatro del mundo que es el hueco de encima de tus hombros.

De las paredes de ese teatro surgen los sentimientos. De ahí brotan las risas y los gemidos del tiempo que no controlas. Todo ello se manifiesta, aunque interior a través de tu cuerpo.

No es lo que ves o lo que escuchas sino el reflejo en ese cine de barrio que es tu cerebro.

Un cine donde la pantalla es un espejo donde todo se refleja. Un espejo donde el pasado deja paso en forma de huella. Un espejo que a semejanza de los espejos del museo de cera, según sea su curvatura distorsionan lo que se les enfrenta.

¿Eres lo que ves o ves lo que piensas?





Como escribí anteriormente, ha entrado la primavera.

Las calles son las mismas, el peso de tu vida es igual, pero ha entrado la primavera.

Un estado de creación, de autogeneración por el despliegue de sentidos de ahí afuera.

Las calles son las mismas pero el peso de la vida parece que se aligera.

Es importantísimo dotar a tus sentidos de esos momentos de primavera.

Tu cerebro expresa lo que percibe.

La angustia es solo ese punto donde tu cerebro, de lo que refleja, el mismo se ahoga.

La ansiedad es ese salto al vació por lo que percibes te acogota.

Empieza bañando tus sentidos.

La belleza muestra un camino, un camino que hoy es de primavera.





El cerebro esta constituido por una antena y una caja de resonancia.

Lo que sintonices es lo que muestra.

A esto tienes que sumarle la fuerza de voluntad, y a esto añádele los sentidos de esa loca quinceañera, a los que a las interpretaciones del exterior a través de tu físico les suma otro sentido que es tu pensamiento.

Ordenar todo esto es el gran empeño de la meditación, no solo controlar tu mente si no el cuerpo que lo envuelve.

Suspende por un instante la lectura y reflexiona, rodéate de dos o tres cosas hermosas y procura sentirlas mas allá de donde no has llegado nunca.

Deja que entre en ti esa primavera.



























Empezando a meditar, los primeros pasos.

“Padre nuestro, que estas en los cielos...”

Esta es, sin darnos cuenta, la primera muestra, la primera indicación, los primeros pasos dentro de la meditación.

El cristianismo, en cuanto religión, englosa dentro de ella, los distintos caminos que se suceden en cuanto proceso de elevación del espíritu.

La disolución del alma dentro del Dios cristiano necesita de un ascensor que eleve al hombre a tal estado.

Tu primera oración, una pequeña muestra de toda una ingeniería humana que permitía acceder a tales estados, guarda dentro de ella alguna de las claves.

La posición.

De rodillas, donde las piernas se asemejan a un enraizamiento.

Las manos juntas suponiendo la unión de los dos hemisferios cerebrales, de los dos estados de conciencia o del yin y del yang.

La línea central de pecho deprimida marcando una respiración abdominal.

El rezo.

El rezo en cuanto a reiteración de unas frases claves que encaminan a la mente a un estado de sugestión.

El control de la respiración a través del ritmo de acentos o frases.

Es curioso como en la poesía grecolatina se hace hincapié en el ritmo de los acentos, determinando con ello ese control de la respiración en los umbrales de la magnitud del tandem, parte inferior del abdominal.

El altar.

El altar necesita estar elevado, pues así, la vista, al mirar de arriba abajo, permite a la mente entrar en reflejo de un punto situado entre las cejas.





El cristianismo encuentra frente a otras religiones su principal diferencia en la forma de sus rosarios.

Un rosario supone el continuo pasar de cuentas con las manos.

En este estado, las manos, proyectan un estado de control, no solo de la respiración, sino también, de los distintos ritmos internos, sosegando el espíritu, mas abajo el alma, y por ultimo el cuerpo.

En los rosarios de otras religiones, se observa, como las cuentas están unidas. Una pasa a otra, de un modo todo continuo, sin pausa.

Esto permite entrar en el tiempo sin tiempo.

El ser humano se hace uno con el ser místico.

Dios no es distinto del hombre.

El cristianismo no busca que su DIOS se rebaje a la altura del hombre.

El cristianismo tiene que crear una barrera entre él y la deidad.

Esto se consigue por algo tan sencillo como desarrollar en el proceso de control de la respiración, la conciencia.

Las cuentas, al no estar juntas, en su repaso manual. El camino que surge entre el dedo índice y pulgar en la búsqueda de la siguiente, hace que surja un pensamiento, una pausa, una división.

En esa dualidad el hombre se separa. Es como cuando haces el amor y llaman a la puerta. Surge el espacio, la distancia, y por ende, la dualidad.

Cuanto mas tratas que el proceso de acercamiento, de tocar a su DIOS, se produzca en el plano intelectual, mas distinto es ese DIOS de ti.

Solamente marcando un proceso de ruptura en el ritmo vital del inconsciente se entra en esa diferenciación.

En ese punto, es el punto, de la perdida del hombre.

Asir ese estado solo es producido por una separación al apego del cuerpo.

El cuerpo deja de ser un medio para pasar a ser un lastre.

Es en ese punto donde la meditación, aquello que esta en medio, aquello que nos permite el transito entre las dos orillas, se cierne, con las alas negras del cuervo, en relación, con el abandono del cuerpo.

La mortificación como ejemplo, contrasta con la plenitud del conocimiento del prajna budista. Un camino donde el dolor cobra especial sensibilidad en oposición al fluir interno de la energía del universo.

Toda religión guarda un proceso de fortalecimiento energético.

La dualidad espíritu alma, se sitúa una vez mas como seccionador de la unidad física del hombre.





































Alma y espíritu.

En el cuerpo se encierran el cielo y la tierra.

Alma y espíritu. ¿Qué son exactamente estos términos?.

En el cuerpo se halla el camino a todos los sitios

Solamente hay que saltar de un estadio a otro, de una dimensión a otra.

Todo este proceso es en base de un proceso de sublimar la energía.

El cuerpo, es el elemento vital donde se producen todas estas transformaciones.

Las religiones son las artes acumuladas de estas actuaciones.

El camino en él, es solo cuestión de un paseo por una senda.

Esta es la senda.





El primer aspecto a tener en cuenta es la energía.

La energía que nutre todo tu organismo, tus entrañas, tus células, tus acciones.

La energía que fluye desde el centro del centro.





En la energía se distinguen dos aspectos. La limpieza del cuerpo para que esta pueda correr. La generación y el cultivo de la misma.

La limpieza del cuerpo se desarrolla a través de determinados ejercicios físicos cuya consecuencia es siempre el aumento de la energía en un punto determinado.

La energía se condensa en un punto y esto hace que se auto regenere. Se aumenta su potencialidad por compresión en un punto para luego provocar el aumento de la misma, pues el cuerpo tiende a equiparar potencialidades. La que esta arriba baja, pero la que esta abajo sube, y, en este caso es mayoría.

Esta energía enseguida dota al cuerpo de una esfera de energía que la envuelve.

Es como el que tiene instalado en el suelo hilo radiante.

La energía corre por dentro del suelo pero en el exterior la percibimos en forma de calor. A eso me refiero.

En ese instante se produce un aumento de las potencialidades, tanto físicas como sensitivas en el cuerpo.

Ese es el estado del alma.





El espíritu surge de la fantasía.

La fantasía esta en el sexo.

El origen del espíritu radica en tus genitales.

Antes de que dejes de leer. ¿Por qué crees que en algunas religiones se potencia el celibato?.

Genital, de donde nace.

La fantasía es el único proceso donde el hombre trasciende con un tremendo salto a toda su terrenalidad.

La fantasía es el punto mas sublime de energía, pues no posee cuerpo.

La fantasía es el punto donde el hombre decide entre procrear o unirse a dios.

Es curioso, tremendamente curioso, que a Jesucristo se le ofreciera este dilema como tentación. Muy curioso.

La fuerza sexual acumulada es una bomba que busca su expansión.

Hay un punto en su almacenaje. Hay un momento en que rebosa, sale, se extiende.

En su itinerario puede desaparecer en el cuerpo de tu compañera generando los mas hermosos lazos entre dos seres. O, asciende llega al cerebro y busca su hueco, en el se produce el vuelo al universo.














El hueco.

El hueco donde se aloja el espíritu es como si habláramos del Nirvana.

Entre las dos cejas un punto, una ventana, un salto. EL NIRVANA.

Cielo y tierra esta en tu cuerpo.

La fantasía, guardada en tu bajo vientre, en el poético chino fondo del océano, se une a la energía de tu vientre.

La trenza formada por ambos hilos sube como la enredadera la columna donde fue sembrada.

El espíritu sigue dormido en el Nirvana, el punto entre los dos ojos.

El espíritu, como bella durmiente, a la espera de un simple beso.

La enredadera crece, se cierne es su ascenso.

Llega al cerebro, un escalofrió recorre tu envés. Ha llegado el esperado, que ha de encontrar a su amada.

El punto entre los ojos duerme, el silencio, abre paso a la comprensión, a la iluminación, a la superación de dualidades, al conocimiento llamado prajna.









Prajna.

El punto donde el conocimiento es asido. Allá donde vuela el corazón de los enamorados.

Esta ultima frase, aunque cursi, la voy a usar como ejemplo.

¿Te acuerdas de la ultima vez que estuviste enamorada/o? Si ahora lo estas, me vas a facilitar mucho las cosas, pues en forma muy semejante sucede el conocimiento en este estado.

Estando enamorado, el conocimiento de tu representado esta mas allá del propio sujeto.

El amor baña el ser de tu ensueño, y es ese propio baño el que dota a tu sentimiento de una sensación y una acción que trasciende los opuestos.

En ello se halla la necesidad de fusionar los dos extremos, sujeto y objeto. En una aprehensión de su cuerpo a través de la suavidad de su alma.

La primavera es nueva, el otoño se compone de lugares calidos donde ver correr la lluvia y el invierno es un abrazo.

Esta es una visión distorsionada o es una verdadera visión.

Teniendo por horizonte tu amada, no vives en ti sino vives mas allá de la esperanza.





Todos estos patrones se repiten.

El origen de todos ellos se basa en sublimizar la fantasía. Una fantasía que teniendo su raíz en un mero factor sexual se eleva para trascender los dualismos.

Estas lleno de energía.

La energía generada en tu interior, ilumina. Cuando oigas hablar de iluminación ya conoces el origen de dicha fuente lumínica.

Pero lo mas importante es como te acercas a la fuente de tu razón. Sin reservas, abierto, total.

Existe la profunda sensación de vacío.

Un vacío tan vacío, que su sola mención produce estremecimiento.

Otro punto es la superación de las paradojas, plenitud y desolación se dan la mano en un todo continuo.

Se produce la sensación de eternidad en función de estar en frente de la fuente de conocimiento. El pasado y el futuro se dan curiosamente la mano en una curva de continuo presente.

Lo mas genial de todo esto es que este tipo de conocimiento no te sirve en la vida real, cotidiana ABSOLUTAMENTE PARA NADA. Sin embargo en el universo parece que son así como se manifiestan las reglas de su funcionamiento.

Es como si las galaxias en su expansión estuvieran enamoradas.





El conocimiento tal cual lo conocemos en occidente es solo visto como la sucesión de una serie de técnicas. De habilidades que permite al hombre dominar el entorno.

El conocimiento prajna, por el contrario es como si estuviera flotando. Es como todas las emisiones de radio que te rodean y solo pueden ser percibidas si tienes un transistor.

Existen pero no las percibes a no ser que tengas una radio.





Alcanzar este estado es solo posible a través del trabajo interior, de la elevación del alma.

Definir su actuación es solo posible a través de sus efectos, el resto corre de cuenta de tu propia investigación, de tu propia practica.

El conocimiento es algo empírico.

Necesita ser tocado, necesitas ser bañado por el.

Aunque es trabajo de muchas horas su acceso es solo fruto de un repentino salto, de un súbito golpe que dado en la espalda te impide que te atragantes. Muchas veces en el zen, el maestro es solo ese ser que te golpea para producir el salto al mundo. Es como cuando naces y te dan el azote que te provoca el primer llanto de vida.

El tiempo desaparece, pasado y futuro se funden en continuo presente. Tranquilo, solo empiezas a ser eterno.

Se produce un adiós a la dualidad. Trascender los opuestos como una mera muestra de la gradación de intensidades del universo.

Diciendo adiós a esa dualidad provocas que surja el universo de las paradojas. Si quieres vivir aquí tendrás que vivir allí, porque si estas aquí estas allí. Ese es el problema de las paradojas, al final no sabes donde vives.

Todos estos elementos existen, en su presencia existe la presencia del intríngulis del cosmos. Accedes a sus secretos en el silencio de tu meditación.



































El silencio de tu meditación

Tu meditación se produce en el silencio.

El silencio es un estado dentro de todas las posibilidades que se puedan dar.

El silencio es siempre el inicio.

El inicio indica tan solo el devenir.





Es necesario el silencio.

Los ruidos siempre acontecen de tu interior o tu exterior. Dentro o fuera siempre esta pertrechada la tormenta.

Tu meditación es silencio. Puro y absoluto silencio.

Primero acallas tu exterior.

Cerrar las ventanas es la única solución. El ruido se puede producir de dos maneras. Bien sean ruidos aislados, estos no dejan impronta, solo molestan, o secuencias semánticas, que si son peligrosas.

La construcción argumental de la charla de al lado, de la tele encendida, de la música a todo meter. Todo eso lo esta siguiendo tu mente.

A todo ello le establece procesos de continuidad, tejiendo historias, entretejiendo por medio argumentos e involucrando tus propios pensamientos. Soportar todo eso es una debacle lógica. Estar atento a todo es solo cuestión de un sin vivir.

Si quieres oír tu propio grito necesitas del silencio para que se pronuncie en toda su expresión, fíjate cuanto mas apreciar un susurro, el silbo de un pájaro, una hoja caer, el canto de un río o la voz de tu hijo.

Cuando te llega la voz de quien amas tu percepción esta distorsionada y saturada por toda la bazofia que has volcado en tu interior.

En todo ello solo se pretende anular la productividad del cerebro por aplastamiento. Es una violación vejatoria a tu inteligencia.





Después de esto, como tu interior va a estar en silencio, en quietud, en sosiego.

Los de dentro responden a los de fuera con mas gritos, tanto para acallarlos como para poder comunicarse entre ellos. La consecuencia es que se pierde la calidad de la comunicación, incluso se llega a perder lo propio que comunicas.





Has oído una concha marina. De pequeñito pensaba que se oía el mar, lo mas gracioso es que no había visto el mar todavía.

Si pegabas la oreja se producía el sonido del vacío.

Era como oír el eco de una palabra que no has pronunciado.

En el eco del silencio, esta metáfora, esta imagen se asemeja a un pensamiento que te pretende hacer indagar en el sonido del aplauso de la mano.

El eco de la concha, el eco del sonido de una palabra que no has pronunciado y el ruido del aplauso de una mano, son expresiones del silencio del meditar.

¿Donde esta ese silencio?

En tu interior. concretamente como si de una endoscopia se tratase, en el interior de la caja de resonancia de tu espíritu, tu tandem.

En la introspección, en la búsqueda del silencio, con tu voluntad debes descender a la cueva de los vientos.

Tu descenso se asemeja a la piedra que lanza en un pozo. Desde que sale de tu mano hasta que choca con el agua.

El conducto es siempre el sistema respiratorio.

Respirar para alcanzar el silencio.



















Respirar para alcanzar el silencio.

Estamos sumergidos en esa inmersión en tu yo.

No un yo adyacente, sino en la mas pura acepción del termino.

Quiero que cojas aire.

Retenlo.

1,

2,

3,


4,



5,

Suéltalo muy lento.

Has llegado al centro.

Repítelo cuantas veces sea necesario.











Silencio.

Estas en el.

Te hallas en la monotonía de lo continuo.

Del continuo espacial,

De la sucesión del sin tiempo.

Las cosas parecen mas sencillas,

Lo son.

Todo se muestra alineado, como si el ordenador del sin orden hubiera puesto su varita mágica en funcionamiento.

En el caos.

En la sucesión sin sucesos de actividades independientes, todo guarda relación.

1,

2,

3,


4,



5.

retenlo.


En el mas extremo de tus silencios todo guarda un orden, una ponderación. suéltalo Permanece en ese silencio.











La técnica.

Meditar no tiene mas explicación de la que en los dos apartados anteriores te he dado.

Meditar es ante todo un profundo descenso.

Es un ascensor, una escalera, una inmersión, llámalo como quieras.

Coge la sensación que mas se acerque al estado que te he descrito, pero ahonda en ti.

Las líneas no tratan de seguir una horizontalidad.

Busco que predomine la verticalidad del descenso frente a la secesión lineal temporal y espacial de un párrafo escrito.

Busco que en cada renglón, con cada coma, poseas un espacio para respirar.

No engullas todo de golpe.

Léelo lentamente, deja que ahonde.

Como la semilla que echa raíz, germinara en ti.

Mis palabras no son frases ni conceptos son sugestiones, pinceladas de un todo, que en el silencio de la respiración tiene que producir su maduración.





La técnica.

La plenitud del tandem.

El vientre bajo pleno, lleno de una cámara de resonancia que produce una estancia donde guardar el alma.

La respiración.

La sucesión de inhalación y exhalación,

no debe ser producida de forma continua,

en un entro y salgo, mas aun debe ser profunda, muy, muy profunda.

Debe buscar ese ahondar en el cuerpo, en el control del vientre y por ende en el control del flujo del pensamiento.





La respiración se divide en dos partes en su inhalación.

Estas dos partes son producto de los dos elementos que juegan en todo este proceso. Por un lado esta el aire, si el aire que respiras, por otro esta la energía que metes en el vientre.

En la primera inhalación el aire es metido en los pulmones.

En ese momento, expulsas los residuos, pero algo queda dentro.

Un algo que va a descender en la siguiente inspiración.

Va a descender traspasando la membrana del diafragma.

La acción es como cuando cargas de balas un cargador, una bala empuja a la otra metiéndola hacia dentro. Así hasta que el cargador esta lleno.

De la misma manera vas llenando el cargador de tu energía.

Entre inspiración y expiración queda algo. Ese algo se queda en la puerta del diafragma, es como un nudo en la boca del estomago.

La siguiente inspiración trae mas de “eso”.

La presión de uno hace que el otro descienda. Ahora la expiración no solo suelta aire sino que además, en la parte baja del vientre, va abriendo hueco para el montón de “esos” que vas a ir acumulando.

Otro y otro y otro mas. El vientre se va llenando.

Cuando no caben mas.

Cuando has engullido el montón de “esos” que se anuncian en tu prominente vientre, la reexpiación se ralentiza, se queda en silencio.

Estas lleno, no te mueves, así que tu cuerpo, lleno y tranquilito se echa una profunda siesta espiritual.

Estas en estado latente.

En ese momento todas tus pilas se están recargando.

Estas revisando todas tus funciones.

Es en esos momentos de profundo descanso, donde tu cuerpo aprovecha a regenerarse, pero todo ello de manera automática, sin la necesidad del proceso cognoscitivo consciente.

Notaras muchas veces que en esos momentos la mente resuelve de manera automática el problema que no tenia solución.

Tu cabeza halla la solución de lo irresoluto. Es como cuando en un puzzle, pasado un determinado punto, colocando una determinada pieza, el resto encajaran.

La explicación es muy sencilla.

Hasta entonces has poseído una visión cuarteada de los acontecimientos. Una visión en casillas que te impedía ver la totalidad.

Veías una pieza del puzzle pero no tenias referencia de la totalidad.

Con la meditación alcanzas esa visión global y por fin aparece el paisaje que hasta entonces se hallaba fragmentado.

¡A no ser que halla dificultades!













Dificultades.

Las dificultades son siempre la vida misma.

Los nudos que impiden el ahondar son siempre los nudos de nuestra conciencia.

El día, el año, la vida en definitiva va pasando un rastro, un rastro que trastoca y distorsiona el centro.

La plomada que desciende desde la coronilla al cóccix.

Fíjate que te hablo de desequilibrios físicos, donde solo suspenden pensamientos.

Esos desequilibrios son precisamente el primer punto de adversidad.

La distorsión llega no solo a la figura sino a la idea que tenemos nosotros de ella.

Siempre que trato de poner recta a una persona, sobre todo si es mujer, su primera expresión es –pero yo no puedo ir así. Se encuentra bien pero un elemento sancionador corre por toda su mente trastocando lo que seria un correcto alineamiento.

El segundo aspecto mas generalizado es la elevación de los hombros.

Siempre he dicho que la principal diferencia entre un occidental y un oriental debe ser que cuando el primero se siente importante saca pecho y el segundo saca tripa.

La respiración se concentra por ello, en toda la zona de la caja torácica.

No comprender donde esta nuestro centro energético es de vital importancia, todo trasciende por la sustitución de la parte baja del vientre por el plexo solar.

Engullimos aire. Si no somos capaces de que la energía descienda con cada espiración, como podremos lograr sosegar el alma.

Aquietar la mente es la tercera de las adversidades. La inutilidad de quedarse quieto contando respiraciones, por improductivo al menos resulta sospechoso.

La forma mas fácil de inducir a esos estados donde le es necesario al paciente inquieto tener la sensación inmediata de lo que hace es útil, es a través de sistemas de sugestión.

Pero en este caso es porque sencillamente, espera, que suceda algo maravilloso.

Desde mi punto de vista es esa una de las principales vías de acercamiento del occidental medio a esas situaciones de meditación. Sobre todo cuando en mi caso, estamos hablando siempre de deportistas de elite.

Un aspecto muy peculiar, una observación privada mía, es en la observación de aquellos personajes que se acercan a estos derroteros son siempre aquellos que han sido expulsados de algo.

Mi apuesta es diferente, pretendo que el acercamiento sea producto de la belleza misma de lo que realizas.

En mi vida siempre me he tratado de alimentar de esos mundos de sensibilidad sin renunciar a actividades mas o menos fuertes.

Nunca ninguna de ellas me ha aportado tanta intensidad como esa búsqueda del interior.

Su eficacia ha sido cumbre en la enseñanza de actividades deportivas, en la aplicación para procesos de rendimiento máximo, y sobre todo, para poder dominar la mente en momentos tanto de la competición como de la vida real que me superaban.

La verdad es que siempre he sido un fanático del entrenamiento, pero siempre había descuidado mi entreno interior.

Mi dureza era externa, como la fina capa de un huevo.





















La respiración.

En el libro “Las alas de la victoria” complemento natural de este que ahora estoy tejiendo, defino el cuerpo como un edificio de diversas plantas en las cuales, según sea su nivel, así se oferta un producto u otro en este gran almacén de ventas que es el organismo.

Según nos elevamos la energía se torna mas sutil.

Si pensamos con el estomago, nuestro discurso tendrá una elaboración diferente a si nuestro referente lo elevamos.

En el corazón se alberga la pasión, lo que de humano, tanto para mal como para bien, llevamos.

En la frente la fuerza de voluntad, la capacidad de desplegar toda nuestra posibilidad de ser.

Fuera de nosotros el espíritu que se nos escapa, que trasciende.





Bueno, en toda esa sucesión de plantas, del edificio imaginario, no se puede concebir una sin otra.

Las mas inferiores, no solo en rango si no en oficio, son tan determinantes en la consecución de las mas elevadas, que sin ellas, las otras, no serian productivas.

La mente, nuestra capacidad de fijar nuestro deseo en un punto, nos permite salir de una y entrar en otra.

Poseemos a lo largo de las plantas, una rápida movilidad que nos permite decidir en pensamiento en el estadio en el que nos hallamos.

Pero, existe algo mas pesado en su itinerario que la mente.

El camino de esa pesadez se recorre por un tubo donde profunda o altivamente puedes recorrer tu interior.

Con ella, con su desplazamiento llevamos toda nuestra profunda conciencia.

Es como la pelota de agua que flota. Si por si misma quisiera del agua elevarse necesita sumergirse para que la fuerza la lance.

El espíritu se sumerge, desciende al fondo de la entraña, alli con la tranquilidad del tiempo que no pasa, se espera a que se eleve por la propia acción de la reacción producida por la susodicha inmersión.

El ascensor que lleva esa secuencia se basa en algo tan sencillo como respirar.





En la respiración lo mas crucial es mantener siempre el tandem en tensión. Tripita hinchada y no habrá problemas.

Todas las descripciones no son mas que meras construcciones de frases, perderse en ellas supone meterse en algo complicado.

Lee lo que sigue pero no pierdas tu norte, apretar como un condenado ya sabes donde.

Si cuando respiras haces esto, notaras enseguida un extraño malestar, como si algo se te cogiera en la parte alta del estomago.

No te preocupes, mantente, pero no tenses tanto que te bloquees, has de mantener ese suave tira y suelta que te permita seguir manteniendo un hilo de respiración.

En una primera, incluso segunda o tercera intentona mantente con esto y conténtate. Complicarte solo te lleva a estancarte.

Una vez que seas capaz de cumplir este ejercicio puedes empezar a tomar conciencia de lo que haces.

Cuando percibas que no necesitas tanta concentración en aquello que haces puedes dedicarte a investigar.

En este proceso notaras que hay dos métodos.

En el primero es la inspiración la que tensa el vientre. En el otro es la espiración el que lo sostiene.

Poco a poco céntrate en esta ultima, y, como respirar has de respirar, procura dejar que las cosas se produzcan.

Inmediatamente notaras que el aire desciende de manera profunda. La consecuencia es una espiración larga, seguida de inspiración ligera.

¡Por favor! No uses tu inteligencia para pensar soplo y guardo aire, te perderías, solamente mantente en este camino y sopla.

Existe otra forma de respirar continua.

En ella el vientre se halla siempre tenso.

Esto permite que la energía corra de manera vivificante. El aire entra y sale a modo furtivo, como un hilo que te recorre.

Y en cuanto a respirar esto es todo.



El deseo y la vista.

Toda nuestra mente es una mente finalista.

La finalidad es siempre la capacidad que tenemos para llevar nuestra energía al punto donde esta se deposita. Nuestra energía, esa energía que sustentaba tanto nuestro organismo, como aquella que trasciende puramente lo que es nuestro perímetro físico, sigue regida por nuestra mente.

Es así. Así de contundente como real.

Lo mas importante aquí es que aprendamos a regular las diversas visualizaciones que guardan relación con una imaginería que nos lleva siempre a estar donde nuestra mente se detiene.

El principal sentido de esa mente es siempre la vista.

La vista, frontal, directa, nos confiere la posibilidad de dominar aquello que miramos.

Es muy importante que distingas entre medir distancias con vista a depositar la vista en un punto donde la referencia nos va a llevar a controlar todas las acciones y que estas se encaminen en pos del objetivo deseado.

Los ejemplos te pueden servir de paradigma.

En boxeo, los grandes campeones son aquellos que les observas una mirada que enlaza con el vacío. Cuando están enfrente del rival, su mirada esta perforando la nuca de este.

En fútbol un buen delantero es aquel que incluso cayéndose, en su mirada subsiste la portería.

El fonambulista que camina por el alambre en su mirada subsiste siempre la fijación por el extremo final. Nunca se halla detenida mirando donde apoya los pies.

En golf, la mente del jugador tiene que estar depositada en el sitio a donde quiere llevar la bola. Cuando esto es asi, el swing es perfecto. Si su mente se detiene en la forma en la que tiene que subir las manos, por ejemplo. La bola ya no vuela.

Donde pones los ojos pones la bala. Es asi.

La vista siempre tiene que trascender el momento actual. No la detengas nunca en lo que haces.

Una de las cosas mas comunes en mi enseñanza de golf es la confusión que tiene la gente entre la vista y el acertar a pegar la bola.

Siempre pasa lo mismo. Aquel que esta acostumbrado a ver la bola en la hierba, cuando llega a la cancha indoor, trabajando sobre moqueta, no posee la mas mínima sensibilidad en relación con el palo. Los golpes al aire y las clavadas al suelo son monumentales.

Todo porque no se ha parado a medir las distancias con la sensibilidad interna. Es decir toma referencias con tu cuerpo.

Por eso a la mayoría de mis alumnos les obligo a trabajar con los ojos cerrados.

En los distintos deportes de tiro de precisión, la vista no apunta. Si te has fijado alguna vez, lo que hacen es ponerse un traje que les encorseta y que les impide moverse. El resto lo hace la costumbre de apuntar a una diana que esta siempre a la misma altura.

En el tiro instintivo, por su parte, reaccionamos siempre frontalmente a un estimulo.

Si este estimulo no es respondido de manera automática, sin la concurrencia del cerebro, se pierde un tiempo tremendamente valioso.

En este caso la visión, con esa representación panorámica, es sustituida por una reacción instintiva que sitúa a todo nuestro cuerpo como un inmenso receptor de sensaciones.

Su máxima expresión lo tenemos en el tiro con arco en Japón. Es la aplicación del zen, donde el objetivo se interioriza tanto que es disparado desde dentro en un proceso de abandono desde el interior. uno se desprende poco a poco de si mismo, hasta que llega el momento en que se produce, pero la flecha nunca se ha despegado de ti, pues dentro de ti ya ha tocado el centro del objetivo.

Tu te imaginas que clase de vista prodigiosa deberías tener si quisieras hacer eso en referencia a las percepciones de tus ojos.

En los seres con visión mas avanzada esta solo es sensible al movimiento.

Solo en el hombre se produce ese diseño de escenarios.

Dentro de la mente distinguimos en líneas generales una visión que fija paisajes interiores, y otra Visio que nos permite responder instintivamente a reacciones.

La visión paisajista queda representada por los paisajes de tinta chinos.

En ellos es pintor no los pinta directamente de la naturaleza. Primero el se mete en la naturaleza, cuando consigue esa percepción en tres dimensiones de la forma, entra en la esencia de los rincones, lo dota de matices. Después, cuando en su interior ha madurado, de un solo trazo los escenifica con su propia capacidad paisajista.

El segundo ejemplo tiene siempre que ver con las reacciones típicas de las artes marciales. En ellas la reacción no es producida por una acción, sino por una intuición.

Estrategia

La vía del hombre, es siempre la vía de la estrategia.

De que nos sirven todas las descripciones sobre la meditación, desde el zen al cristianismo, si solo nos cuentan lo que a ellos les interesa.

Una cosa es ahondar en la reflexión fruto de una actividad y otra es conocer que claves hacen que eso se produzca.

En este caso su estrategia es la estrategia del despiste.

Para los chinos su principal aportación se basa en que el camino recto no es el mas rápido.

¿Por qué? Porque es imposible de transitar.

Siempre hay que abrirse camino.

En la meditación la estrategia es tan sencilla como ir quitando morralla de todo lo que nos cuentan.

La morralla con la practica, ella sola se ira poniendo encima, muchas veces tanto que nos impide realizar lo que hasta entonces hacíamos de manera normal.

La estrategia en la meditación es muy sencilla.

Si recapitulamos, por un lado teníamos que debíamos mantener el tandem de manera constante hinchado y con tensión en él.

Toda sensación física es controlado por este sistema.

Ahora nos toca centrar el otro elemento, “móvil”, el pensamiento.

Toca atarlo. ¿Cómo vamos a hacerlo?. Pues nada mas fácil que un poste.

Justamente en frente de ti. Siempre guardando relación con tu eje central. En el punto medio exacto, coloca encima de una mesilla, o una silla un frasco pequeño. Míralo y estate quieto.

Acuérdate de la típica película de huracanes, donde se atan a una farola para no ser arrancados.

Fija tu vista en el bote, átate, y ponte a esperar el huracán.

Si los pensamientos pasan pero tu mantienes tu vista impertérrita en el objeto vamos fenomenal, ya amainara.

Todo tan sencillo.

Al principio todo te resultara extraño, no te preocupes, si eres constante el tiempo corre a tu favor.

Cuando seas capaz de atar tu mente e hinchar tu barriga, ya veras como el resto de los procesos de pensar sin pensar y no se que mas, de manera natural se van produciendo.

Hasta ahora todos los libros que he leído sobre zen, filosofía básica en cuanto a la meditación, empezaban diciendo que las cosas debían ser sencillas y concretas, que sobraban las palabras, eso si, la mayoría de los libros tenían mas de cien paginas, que son muchas paginas para tratar de describir algo de lo que no se puede hablar.

Si quieres comprender la profundidad del zen, y por ende de la meditación, esta es mi descripción: “APRIETA TRIPA Y MIRA EL BOTE”.

El resto de las paginas de mi libro son solo cuestión de que te gusta como escribo, lo cual como escritor, no sabes cuanto de lo agradezco, pero no olvides que estamos hablando de humo. Un humo bonito, pero solo humo.


Una vuelta por el país del pensamiento.

El pensamiento que no se ha de producir en la meditación, pues si se produce.

Si te digo –No pienses. Te estoy diciendo, no deberías pensar pero estas pensando, así que o eres un hipócrita o estas jodido por no poder dominar algo tan sencillo.

Si te digo –Deja pasar los pensamientos. Los muy mamones no solo no pasan sino que se bajan los pantalones y te hacen un calvo.

Si te digo –Los iluminados comprenden el verdadero rostro de Buda o de quien sea. O te parece una idiotez o le das vueltas a algo que no sabes ni lo que es. Algo que ni le importa al mismo tan traído Buda.

¿Que sucede con todo esto?.

Voy a tratar de ser claro.

Cuando te pones a meditar es como si dieras un buen fregado a tu coco.

En ese momento todas las majaderias que te entretienen propias de la cultura en la que te hallas inmerso se resuelven por una simple limpiezas de piezas entre las cuales se asocian.

Las ideas son piezas que casan a pares o a tríos. Si despejas de tonterías la mesa en la que trabajas, te resulta mas fácil asociarlas.

No solo asociarlas sino descartar muchas tonterias en las cuales te entretienes y que sacadas de contexto carecen de sentido.

Todo es tan sencillo como ver que tu cerebro es solo un asociador de conceptos.

Pero y toda la trascendencia ¿dónde se halla? Eso es mas complejo



























El vuelo de la grulla. Freud y la sexualidad.

“Las alas se extienden y hacia el país de occidente eleva su vuelo.”

Como poder caminar y dejar su paso para que se torne en vuelo.

Como llegar mas allá de las meras expectativas de lo cotidiano, de la simple consecuencia mecanicista que una vez adivinada se vuelve en si misma mezquina.

Donde reside el poder de la trascendencia, de la sutileza, de la suave belleza.

Donde reside el mecanismo que lanza a la poesía como palabrería de lo inexistente.

¿Que mundo, si es mundo, habita?.





Toda esta poesía mal emparrafada tiene una mecánica.

Los procesos mas dulces, mas elevados, aquellos que suponen que separan en distancia y tiempo al hombre de la bestia, es solo el producto de conducto mal enfocado, que raro.

Ya he explicado aunque creo que no convencido, pues incluso a mi me cuesta, que la sexualidad es siempre la principal muestras de ingenio y poder fantasioso del hombre.

Transformadora y superadora de barreras como no hay otra, desde este asiento proclamo el amor como fuente provocadora de los principales cambios, grandezas y miserias del ser humano.

Había oído un comentario en mi no tierna infancia que nunca me atreví a escribir por producir cierto escándalo.

Hoy cuando el tiempo ha pasado sigue produciendo el mismo efecto, quizás por eso siempre en mi interior lo guardo.

Mi teorema es el siguiente, y tiene que ver con el sexo:

“CUALQUIER PERSONA EN PLENO DELIRIO SEXUAL TIENE PLENO DERECHO A COMPARARSE CON DIOS, PUES ES EN ESE MOMENTO EL UNICO EN EL CUAL ES CAPAZ DE CREAR DE LA NADA, Y ESO, ES PROPIO SOLO DE DIOS.”





Son muchos los factores que te hacen llevar la idea a ese termino.

Para mi la mas sólida tiene que ver con la línea que practico, el Tao.

En ella la forma de expresión de esta fuerza consta de un proceso donde con la acumulación de esperma o mas sutilmente llamado esencia, esta se eleva por la fuerza comedida del Chi por un canal de bombeo paralelo a la columna, donde la potencia a cada paso se ha sublimado, deja de tener cuerpo para ser solamente un halo.

Esta vitalidad albergada en su remonte en el centro de los ojos supone el lanzamiento del espíritu a los espacios donde no hay espacio y en los tiempos donde no existe el tiempo.

Todo el proceso se halla perfectamente desmenuzado con esa capacidad analítica que solo es capaz de contener ese pueblo milenario.

Es muy curioso como en determinadas religiones, donde no es necesario quizás dar nombres, el sexo es contemplado siempre como un impedimento, la razón es de sencilla elocuente.

El cúmulo vital cuando sale de las bolsas que lo contiene, posee dos caminos que se inician en el sacro.

Estos caminos uno tira hacia arriba, al destino anteriormente citado, el otro, tira hacia abajo, al desperdicio.

Es por eso que se procura en esas religiones que los mas elevados se separen del movimiento de vaivén de cadera en pos de esa elevación.

En relación con esto y que en realidad hablamos de lo mismo, comprobamos con sorpresa que siempre el que mas y mejor ha glosado en sus textos el amor es el que mas alejado ha estado.

Los efectos del amor produce ese éxtasis místico donde se trasciende los opuestos.

Cuando miras a tu amada en ella se refleja el todo y la nada. Ese es uno de los puntos mas destacados del concepto de conocimiento oriental. Allí el prajna ha superado los opuestos en un momento donde el mundo en su extensión es solo un universo.

Estamos hablando de una fuente de conocimiento que se define como paradoja.

El amor cortes proclama a la amada como conocimiento místico, donde cada parte de ella es poseída mas allá que con la cabeza con los sentidos del cuerpo.

Esta teoría enlaza concretamente con la sensación de pertenencia a campos distintos de cognición en los distintos procesos iniciáticos de las diversas religiones, desde el chamanismo mejicano al cristianismo antes citado.

En el se ve el mundo como una serie de líneas de fuerza que trasciende la forma.

La materia en ese momento se deshace para ser vista en sucesión diferente de secuencia.

Para comprender esto no es necesario estudiar es preciso tocar y para eso si es necesario, al menos en cierto modo, estar enamorado.

Así hemos recorrido un curioso camino que eleva el sexo a los altares aunque tenga que hundir a este en los calabozos.













La debilidad.

Si el hombre hubiera sido fuerte no estaría ahí.

La debilidad ha sido siempre el camino a buscar con ingenio lo que no ha podido solventarse con músculos.

Al igual que cada animal posee un arma, el hombre posee el dedo gordo.

Y ¿que hace con el? Agarrar lo que previamente a ingeniado.

Es esa misma debilidad lo que le permite sobrevivir. Son sus deficiencias lo que le provoca a superarse.

El hombre en sus orígenes era el único animal que la línea recta no es el camino que deba seguir por su desprotección.

Le hace ser gregario, le hace ser hábil, le hace ser precavido.

Su incapacidad para que el cachorro se desarrolle pues en él, el factor psicológico es determinante, conlleva que ese aprendizaje por imitación de tantas disciplinas necesita un tiempo superior de preparación para llegar al estadio de madurez.

La debilidad se halla en la base de toda la elaboración mental necesaria para la supervivencia diaria.

Si el hombre hubiera sido fuerte no hubiera tenido que desarrollar toda esa inteligencia.

De esos procesos, surgen todos los factores que desarrollan la cultura.

La base de ellos es siempre una necesidad pero el hombre tiene esa extraña habilidad para trascender y elevarla de su simple materialidad.

Podemos decir que el proceso mas natural, lleva consigo que la habilidad se transforme en abstracción.

Esa acción, es consecuencia no de un proceso humano sino de la comodidad que provoca la vida social.

La ausencia de la necesidad diaria de la caza hace que los procesos que han surgido de ellas se eleven del medio que las vio nacer para llenar esos factores mas espirituales.

La filosofía no fue filosofía. La principal necesidad no se hallaba en la reflexión sino en la prospección del futuro.

Por ello dentro de los márgenes iniciáticos, esta paso a ser adivinaciones, no estúpidas como ahora las observamos en esos números de teléfono que te ponen en la madrugada. Sino eran una extrapolación de una combinación de estadística y probabilidad. Era un sistema científico pero sin la seguridad del laboratorio.

En este punto convergen dos espacios, la causalidad y la casualidad.

Desde el punto de vista racional son opuestos, desde el punto de vista de premonición son idénticos.

La causalidad es la líneas de acontecimientos que se desencadenan bajo la referencia de acción y reacción. Con ello concebimos la interrelación de los fenómenos.

Esta situación no es lineal es expansiva. Es como la piedra que tiras al estanque y crea una serie de ondas que se expanden por la superficie.

Por eso, la observación de los factores colaterales te permite centrar con mayor facilidad el fenómeno.

El origen causal y el momento actual casual.

Además a esto le debías unir que en determinados momentos el cuerpo no funciona igual. ¿Por qué?.

De donde salen los hilos que manejan esos cambios. La indagación le llevo a mirar al cielo.

Los primeros calendarios no fueron concebidos para saber cuando había que felicitar en los cumpleaños, o saber cuando llegaba el fin de semana.

Ante la obviedad de la regulación diaria con el sol, por un reloj biológico interior, se unió además la observación de las distintas fases de la luna y su relación con los ciclos vitales.

No es lo mismo la plenitud en un plenilunio que cuando la luna esta menguante. Y no necesitas ser un hombre lobo para darte cuenta.

Otro de los procesos que tuvieron lugar fueron la observación de los otros animales que le rodeaban. De ello no sonsaco una conceptualización de la dualidad de formas, simplemente se dedico a imitar aquellas funciones que veía que le eran útiles, obviamente para conseguir alimento.

Estos animales no es que tuvieran estas actuaciones por ciencia infusa sino que seguían una serie de líneas de obrar que van escritas en el código de la naturaleza.

Por ejemplo, una de las técnicas que hay en el libro “Un viento suave”, dedicado a la preparación energética para el deporte, es seguir el modelo de hibernación para bajar de peso sin perder masa muscular.

El animal impregno toda la vida del antiguo. Trato de poseer sus características bien a través de una simple imitación o través de la ingesta de determinados órganos que le proporcionaban al animal esa sensación de poder.

En los procesos de imitación es muy curioso como por primera vez trata de comprender las actuaciones del mismo para poderlo cazar convirtiéndose en uno de ellos.

Y, como su cuerpo no lo podía cambiar, si trataba de adquirir los gestos y movimientos típicos de dicho animal. Esta encarnación trataba de poseer algo que era mas que el propio cuerpo, es ahí donde toma conciencia del alma o espíritu de aquello que tiene enfrente, y que en ningún momento ha dejado de ser diferente de el.

Muchos piensan que Dios surge del rayo, del sol, del volcán o la montaña. Esto no es así. Para ellos cada uno de estos elementos estaba dotado de un alma y un espíritu exactamente igual que cada una de los animales que le rodeaban.

La necesidad de la tribu es la que provoca el origen de los dioses, pues en ella se encierra la necesidad de pertenecer a algo superior para poder sobrevivir.

Este aspecto gregario hace destacar no al dios sino a la agrupación.

Poco a poco esta agrupación va ocupando un espacio dentro de la importancia resolutiva de la caza, pero llega el momento en que es copado su espacio vital por otra tribu.

Aquí no se enfrentan a individuos distintos a ellos. La equiparidad es la norma en la confrontación, es en ese momento, cuando el individuo alberga dentro de él la idea de una superioridad donde tiene que buscar elementos que van mas allá de la mera materialidad. Es el momento en el que lucha en pos de..., aparecen los primeros conceptos abstractos, de ahí al Dios hay un paso.

El dios por el que ha luchado es el que mora y llena todo su territorio tanto social como de caza.

Existe otro elemento a tener en cuenta muy importante.

Fíjate desde esos ancestros hasta hoy en día, se ha mantenido siempre en la línea argumental de la raza, por llamarlo de alguna forma, la necesidad de supervivencia, de inmortalidad de la raza. El único problema es que el hombre ha trascendido ese concepto, lo ha hecho suyo y pretende ser el mismo inmortal.

Bueno, pues en nuestro sistema genético hay factores que nos permiten que la raza perdure.

El primero es que dejamos de funcionar a los ciento cincuenta años, si no lo hacemos antes.

Aunque lográramos una medicina tan potente, nuestro sistema informático esta planteado para que a esa edad se desconecte.

Una de las aspiraciones de todas estas filosofías taoistas es procurar llegar a exprimir al máximo nuestros días.

Cuando las clínicas antiedad están tan en boga. Nuestro organismo desde su origen ya tenia prevista su propia autodestrucción.

En aquellos países donde se logra una mayor longevidad surge una situación deficitaria en la fabricación de esperma y las mujeres relegan el instinto maternal, todo para evitar o al menos retrasar el mayor tiempo posible el colapso de la raza.





De todo esto se deduce, que en determinados momentos, en aquellos que logramos reducir lo que se ha denominado contaminación de la modernidad, podemos encontrar esa serie de fuerzas y potencialidades internas.

La contaminación de la modernidad es ese ruido de fondo que nos impide encontrarnos a nosotros mismos. Este concepto radica dos niveles de contaminación. Uno primero que nos impide concentrarnos pero que es perceptible, perfectamente perceptible, y otro mas residual que nos acompaña y no nos damos cuenta.

Esta contaminación residual tiene la principal “virtud” de impedirnos estar a solas estando a solas, por tanto afecta a nuestra mas profunda intimidad.

La idea se asemeja a cuando estas bailando lento pero lo que tienes puesto es música tecno. Por mucho que te concentres tarde o temprano acabaras perdiendo el paso.

El problema no es que existan cosas, es que esas cosas acaban colapsándote, acelerándote, no ya te acelera sino que además te hace perder tu ritmo.

El ritmo interno eso es lo único que no puedes perder.

Si has visto alguna vez una etapa ciclista en montaña, observaras que cada ciclista tiene un ritmo de pedalada. Pedalear mas rápido si vas fuera de tu ritmo, no te va hacer llegar antes sino agotarte a mitad del puerto.

Pero son pocos los campeones que son capaces de confiar en su propio ritmo de hacer las cosas y no dejarse llevar por las circunstancias.

Es muy bonito comprender en cada momento el tipo de desarrollo, pues es así como se llama técnicamente, que debes usar. Este apartado diferencia allí donde el sujeto se somete a las circunstancias o las circunstancias se ponen al servicio del individuo.

Este ejemplo del ciclismo lo podemos tener en la educación.

En nuestro sistema educativo lo que menos importa es el individuo, en él se somete al individuo a un determinado ritmo.

Los que son mas rápidos, los mejores dotados genéticamente retrasan su ritmo de aprendizaje, el mas lento es relegado.

Un fracaso en el sistema de estudios no quiere decir un fracaso en la especialidad que hallas decidido es solamente que no has encontrado tu ritmo.

Un ultimo ejemplo de contaminación la tenemos en la llamada contaminación lumínica.

Si vas de Madrid a Ávila de noche en ningún punto puedes ver las estrellas. Si miras hacia Madrid, ves como un color rojizo te hace perder el telón negro de fondo. Sin este telón, sin esta diferenciación entre el blanco y el negro, no puedes ver las estrellas.

Que triste es el camino que te impide ver el firmamento.





Por un lado tenemos los factores internos de un cerebro primitivo y por otro la contaminación como elemento de alineación del individuo en relación con su propio ritmo.

¿Cuál es la solución a este problema?

Mira el bote y aprieta la tripa.

El elemento donde se refleja de manera nítida que es lo que nos sucede es en nuestra respiración.

En ella se encierra el espíritu, el ritmo, la tensión.

Dominando esta serás capaz de sosegar tu exterior.

Para quitar un ruido no es conveniente hacerlo imponiéndole otro ruido mayor.

Para quitar ese ruido solo lo puedes apartar de ti a través de tu propia concentración interna, y eso es mirar el bote y apretar la tripa.

En el silencio enlazaras con ese cerebro primitivo. Esta unión va a dotar a tus acciones de dos cosas, por un lado eficacia y por otro sencillez.

Y lo mas importante no dejar que ninguna acción pasada deje un pensamiento en tu interior que te encadene. Experiencia si pero no condicionamiento.

La disciplina es, por tanto, la capacidad de la mente para no permanecer en ningún sitio.

























La socialización de la conciencia.

De todos los flujos de pensamientos, es la conciencia, lo que marca la diferencia en la dimensión de la profundidad del conocimiento.

La conciencia no surge porque si, no surge como consecuencia de una serie de pensamientos.

La conciencia surge de una manera mas primitiva para elevarse posteriormente al grado de reflexión individual.

La conciencia tiene su origen en el seno del grupo.

Es muy fácil imaginarse el momento de desempeño de una de las labores de equipo del grupo, donde uno de los integrantes no este a la altura de las circunstancias.

En ese momento surge una critica frente a una debilidad. Esa critica fruto del fallo es la que determina la sensación de sanción sobre aquello que realizas.

El individuo es juzgado en relación con una actuación.

Del juicio pasamos a la toma de conciencia del individuo de que no debe fallar.

¿Cómo trata de superar esto?, de la única manera que sabe imitando a los demás, tratando de ser un reflejo de aquel que se muestra mas eficaz.

Si existe el primer juicio, existe la primera toma de conciencia y existe a su vez el primer ejemplo a seguir.

Es muy sugerente nuestra capacidad de imitación.

Esta imitación no es solo un proceso repetición consciente de lo que hacen los otros.

Es un estado mas profundo de empatía.

Basta que uno bostece para que al rato se te haya trasmitido de manera indefinible el mismo gesto.

Basta que todo el mundo se ría para que a ti se te aflojen las rodillas.

Hacemos las cosas en grupo, si, pero lo llevamos a tal punto que la imitación se convierte en un sistema de socialización, un gesto gregario que engancha con la parte mas inconsciente del individuo, aunque a veces hay que ser muy inconsciente para hacer lo que hacen los demás.

La conciencia aferrada a los niveles de abstracción que hace gala es siempre un proceso de evolución de la debilidad.

Es el fallo el que te hace querer cambiar pautas. El ser comparativamente con el resto de las especies, mas lento, mas torpe y peor armado, te obliga a agruparte, y este agrupamiento desarrolla una serie de pautas sociales que trasforman al grupo en eficaz.

Todos los rito, o costumbre de nuestro protocolo tienen su origen en una utilidad.

Superada esta utilidad este gesto permanece como representación y afianzamiento de la sociedad como un vestigio del antiguo grupo.

La conciencia entendida desde el aspecto del pensamiento, no me atrevo a decir psicológico, tiene su secuencia propia en el orden de los pensamientos.

Cuando tu ves algo tienes tu primer pensamiento. En función de lo que has visto emites el segundo pensamiento. El tercero es la toma de juicio y discernimiento de aquello que has realizado.

Es en el tercer pensamiento del flujo mental donde surge la conciencia como coro del grupo sancionador.

La importancia de la conciencia en la meditación es fundamental.

La conciencia concebida en abstracto es donde se asienta lo que nosotros creemos que somos.

Es nuestro yo.

En unos casos te encumbra y en otros te hunde pero siempre quiere dar su opinión en todo aquello que haces.

Es como ese contertuliano maniático de la ultima palabra.

Esas opiniones vertidas, esas opiniones sumadas una a una durante todos los pensamientos que pasan por ti, es lo que va creando tu ego.

La importancia de tu conciencia reside en el hecho de su desaparición de su obrar.

La conciencia en cierto modo se asemeja a la censura franquista. En ella y bajo su influencia permeable, pasaba toda la producción artística.

Las consecuencias de esa censura eran de dos índoles. Por un lado estaba el que se apocaba y tragaba y por otro estaba el que tiraba mano de su ingenio.

Trasladando este segundo ejemplo a la conciencia el problema viene de todas aquellas construcciones mentales que nos vemos obligados a hacer para superar determinadas indecisiones y cuyo efecto, mas allá de la brillantez de su argucia, es el funesto alejamiento de la realidad.

Los trastornos de la conciencia es el segundo paquete que nos trae esta especial amiga a la hora del obrar.

Por otro lado esta el pensamiento de que sin ella actuaríamos a la ligera, sin control, como cabras locas.

La estupidez de este concepto se halla en presumir al ser humano gilipollas.

El ser humano en sus actuaciones cruciales se mueve siempre por líneas de trabajo que ensalzan su enorme eficacia.

Dentro de la meditación una de las mayores circunstancias en su obrar es la respuesta intuitiva a lo que hacemos.

Este tipo de actuación lo tenemos sobre todo en los procesos de máximo rendimiento explicados en el libro “Las alas de la victoria”.

La meditación enlaza en esos momentos, con todo lo explicado anteriormente en actividades tanto de índole artística, como deportiva e incluso es una norma en el uso diario de las actividades.

Es un proceso de impregnación (cada vez me gusta mas el sentido de esta palabra) en todo lo que somos, en nuestra esencia. Desde ahí se manifiesta como el buen perfume que deja aroma pero no olor.













Meditar con el cuerpo.

El cuerpo como fuente de admisión del mundo.

En el cuerpo tenemos los receptores de lo que nos rodea.

Sentidos que rodean al cuerpo de un halo holográfico de información.

Sensibilidades capaces de lo mas elevado y lo mas decadente en formas y apariencia.

Caminos internos que llenan un pozo que necesita ser ocupado para poder conferir un sentido a nuestra vida.

La plenitud de las sensaciones externas, percibir cada soplo de aire en cualquier parte del universo a través de nuestro vello. Observar el desplome del día en el atardecer aunque sea de mañana. Oler la primavera retenida en un mes de marzo aunque ese día caigan leves copos de nieve. Viajar en autobús enfrascado en tu lectura y percibir a través de las ventanas como se ha colado el olor de la jara en flor. O simplemente estar al lado de una luna tímida cuando los días se alargan y al cielo de la noche se le confiere ese tono azulado.

Esa plenitud de sentidos que te hace percibir todo eso mas allá de tu propio olor o del olor de los que viajan a tu lado.

A todos esos sentidos se le debe dejar espacio al sentido de tu interior, tu pensamiento.

Tu pensamiento es como dar de comer al lobo.

El lobo es desconfiado, no se acerca al humano. Ulula por ahí esquivo al mundo y se mueve por sus propios derroteros. Solo precisa ser solo.

En sus ojos se halla la mirada de una libertad descarnada que puede ser alimentada para dar el paso al perro.

El fuego humano le supone atracción pero también sensación de un rudo dolor, no por el daño físico sino por la dependencia emocional del que solo puede ser compañero u opositor.

Rivalidad, necesidad, convergencia pues sabe que aunque domesticado nunca podrá arrancarse la llamada de lo primitivo.

Asi es tu pensamiento, en su traspolación no puedo añadir nada mas.





Toda esa amalgama de estímulos se centran en ti, te toman como referencia y salen ampliados a través de cada una de las expresiones artística o de dolor que tiene el ser humano.

Pero ahora vamos a coger al cuerpo como entidad propia.

Tomar conciencia de tu propio cuerpo supone conocer a este mas allá de sus meros componentes.

Hasta ahora hemos conocido el cuerpo por sus partes, pero la mera descripción de cada una de ellas no define el conjunto.

El conocimiento sobre ti mismo ahonda dentro los distintos canales que recorren el mismo.

A la mera ubicación espacial le vamos a añadir el sentir como corre dentro de ti la energía.

Sentir como se abren tus músculos en fascias, como el músculo se va definiendo, se va separando por la mera acción de tu control interno.

Relájate mírate al espejo.

Empieza a centrar toda tu energía en el tandem.

El vientre, toda tu franja abdominal, con el control que has logrado hasta ahora de tu respiración, debes ponerlo mas allá en su dureza que la piedra.

La respiración se va condensando. Tienes que procurar alcanzar tan solo un hilo de aire. Un simple atisbo te es suficiente para vivir, ahora todo tu mundo cognoscitivo esta en tu interior, en tu origen.

¿Cómo saber que tu interior se manifiesta? A través del espejo. No importa si tienes tripa o no. Solamente necesitas ver que desde tu interior, a través de tu fuerza interior, eres capaz de variarlo. Y además es posible.

Si unes tu vista con tu mente enseguida lo notaras. Pero tienes que dejar que sean tus ojos los que lleven tus ansias de logro, tu fuerza de voluntad.

Desde tu interior puedes afectar a tu exterior, ya esta bien de quedarse solamente con una serie de sensaciones internas, ahora es el momento de la verdad.

El vientre es el centro de toda tu energía.

Si en el hay la suficiente presión el resto de los órganos, músculos y funciones estarán a tope.

El segundo elemento mas fuerte es tu mente.

Lo que desees es tu destino.

No lo que quieras de manera moderada, lo que ambiciones será tu anhelo o tu tumba. En un mundo donde intentarlo no es suficiente, hazlo o no, pero no te comas la cabeza.

Si unes tu vista con tu tandem, enseguida notaras como una se alimenta de la otra.

En tu vientre notaras dos zonas. La parte que se sitúa por encima del ombligo esta compuesta por una serie de fascias que te serán fáciles de contraer.

En la zona inferior no hay nada que contraer, por el contrario es la zona que ha de expandirse. Es el punto donde debe descender toda tu energía.

Todo lo que hasta ahora has pensado debe ser testado en el espejo que refleja tu interior.

Lo curioso de todo esto es que estamos enfrentando dos espejos. Por un lado el espejo que situamos en frente y por otro el espejo de tu cerebro tantas veces mencionado. En el doble reflejo de ambos te hallas encerrado.

El abdominal superior se contrae, el inferior se dilata, tu respiras, tu mente esta vacía, es toda intención.

Ahora toma conciencia de tus manos.

Pon muy lentamente los brazos en cruz.

Las manos miran abiertas hacia arriba.

Las manos son una de las zonas que mas ocupan dentro de tu cerebro, por tanto tener conciencia de ellas te va a ser facil.

Olvida el resto solo procura que los dos centros de tus manos formen una cruz imaginaria.

La tensión sigue en el tandem. Tu vista sigue en el tandem pero tu ojo interior. Aquel que se define así mismo como escuchar tu cuerpo, esta depositada en tus manos.

Lo primero que notaras es que la energía acumulada en el tandem une a este con las manos con un flujo interno que sube por el abdominal al pecho, de este al hombro y desde ahí corre limpio por los codos hasta las manos.

Permanece muy consciente de tu dedo gordo.

Este debe estar estirado al máximo pretendiendo que este por debajo del dedo meñique. Realmente esto es imposible, lo único que logras con ello es equiparar la mano. Los hombros con este movimiento se abren, limpian totalmente el nudo que forma la unión del tronco con el brazo.

Si tenemos los dos nudos, codo y hombro desbloqueados inmediatamente correrá la energía hasta la palma de la mano.

Lo mas importante es que no tenses, que no procures forzar nada. Solamente poner la posición correcta y dejar que las cosas pasen.

La energía suele ir a donde hay diferencia de polaridad, por eso desde el vientre a las manos se recorre en un ciclo que unen los dos puntos de referencia, mano y abdomen.

De ahí ahora iniciamos la segunda fase.

Debes cerrarte.

Cierra el puño.

Dobla ligeramente los codos.

Deprime el pecho y expande la espalda.

Los codos quedan apretados al costado.

Vuelves a llevar la tensión hacia adentro, hacia tu interior.

Cuanto mas hallas sido capaz de relajarte tanto mas podrás ahora comprimir, exprimir y tensar tu cuerpo al máximo.

El abdomen ahora se ve favorecido por esta situación para poder comprimirse y aumentar al máximo su tensión.

Notaras todo tu cuerpo como un enorme generador de energía. Una energía encaminada no solo a sentirte fuerte sino además a regenerar todo tu organismo.

Hasta entonces tu mente ha estado en blanco. Ha estado funcionando no acumulando.

Tu fuerza es lo que connota ahora tu equilibrio.

Tomar conciencia de tu cuerpo es una de las formas de poner en manifiesto los poderes de tu meditación.

Si limpias tu cuerpo estas limpiando todo tu ser, pues en el se alberga todo lo que tu eres.























Vaciar el alma, una senda por tu paisaje interior.

El alma produce excrementos.

Cuando tanto te duele, llega un momento en que ella misma expulsa lo que ha macerado en su periodo de gestación.

En ella se halla el producto de todo lo que ha tragado por sus sentidos.





En esta vida no hay nada mas peligroso que dejarse llevar por todo lo que pasa por primera vez por tu cabeza y que tenga que ver contigo mismo.

La intuición que se vuelve la mas sabia de las consejeras en lo que atañe al exterior, se vuelve mala consejera cuando mides por ese rasero a tu persona.

La razón tiene que ver con el periodo cognoscitivo.

Frente al exterior esta siempre actúa de modo directo, ve y actúa. Sin que trascurra por medio ningún tipo de distorsión.

En el interior sucede todo lo contrario.

Dentro de ti miles de espejos de feria distorsionan lo que tu crees que es una realidad.

Para ponerte un ejemplo. Durante mi periodo de entrenamiento, el centro de todos mis esfuerzos es siempre el trabajo con pesas.

Siempre que miraba mi cuerpo nunca veía un resultado placentero, algo que me fuera aleccionador.

Siempre pensaba que el sacrificio era la vía para conseguir aquello que no se producía, sencillamente porque quizás mi genética fuera peor.

Por otro lado todos mis alumnos progresaban.

En mis entrenamientos siempre me caracterizo por la tremenda sensibilidad de mi ojo para saber lo que cada persona tiene que hacer en cada momento.

Cuanto mas investigaba en esos campos tanto mas osado era y tanto mas avanzaba la gente.

Que sucedía conmigo. Esa misma sensibilidad aplicada hacia mi producía una enorme distorsión, que hacia que siempre estuviera a la busca.

Me miraba al espejo y hombre pues si avanzaba, pero nunca era lo que yo creía que podía dar de si.

La muestra de ello era los tremendamente complicados entrenamientos que hacia. Su composición técnico-teórica solo pueden ser clasificados como brillantes, elaboradas y sofisticadas, el problema era que lo complicado nunca funciona.

Este es el típico ejemplo del autodidacta, preso de sus propio ego.

Un día decidí dejar el culturismo, la situación era insostenible la miraras por donde la miraras. En el momento que deje el culturismo y seguí entrenando progrese.

En el momento que cerré el acceso a mis sentidos en este caso predominantes. Por un lado la vista, cruel mentirosa, y por otro los oídos que oyen lo que no deben. En el momento que deje las comparaciones y deje salir a mi verdadero yo se produjo el milagro.

Si tu pones tu mente que es siempre finalista, que siempre va a tratar de llegar a un objetivo dentro de ti solamente te mareas.

Pon tu vista en otros derroteros ya veras como tu cuerpo te lleva solo.

Todas las manifestaciones internas se producen a través de sensaciones. Y no hay nada mas falso que este punto de vista.

Muchas veces la sensación es una excusa para la zanganería.

En golf, la mayoría de los jugadores al no ser metódicos en sus entrenamientos solo se dedican a medir sus sensaciones. La mente esta proyectada en ellos, se sienten de puta madre o unos miserables pero no ganan un campeonato. Pasan así su juventud, hasta que un día por vergüenza o porque papa no pone nunca mas un duro dejan de entrenar de esa manera.

Es en el momento del abandono cuando empiezan a hacer los mejores resultados.

Su mente a dejado de estar enfocada a su ombligo y es cuando pueden dar de si todo lo que llevan dentro.

La mente en este sentido actúa como una lente.

Si la enfocas a un objeto exterior te permite verlo mas cerca con mas detalle.

Si el enfoque es hacia tu interior, no se produce ningún tipo de visión, sino que actúa como cuando focaliza los rayos del sol sobre un papel quemándolo.





Las diversas informaciones que llegan a nuestro interior en forma de estímulos producen sensaciones.

Las sensaciones son el reflejo del alma de aquello que percibe.

Una mano te acaricia y sientes que te aceptan, un simple empujón sirve para que te sientas rechazado.

Todo lo que vas recibiendo a través de tus sentidos es lo que vas almacenando, agrupando en cajones con un criterio muy sui generis.

Esos elementos producen un continuo cúmulo de sensaciones que configuran en tu interior ideas.

Es como cuando te cuentan un viaje, tu con los elementos que tienes y con los datos que recibes sesgados y subjetivados por parte de tu interlocutor formas un paisaje de aquello que te narran.

Estos paisajes es lo que son las ideas.

Muchas veces crees que una idea pasa, y viene otra. La realidad es contraria, cada idea que llega enraíza y se une cuando la da la gana con otra que considera afín.

Este flujo de unión, esta línea de asociación de ideas es lo que producen los pensamientos.

Estos pensamientos permanecen en ti útiles cuanto mas daño y mella te han hecho. De ahí se forman los traumas.





El alma produce perlas.

El alma cual ostra a sus productos de deshecho los cubre de una sustancia nacarada que forman perlas.

Varias de esas perlas pueden ser un collar. Sin que por ello dejen de ser productos de deshecho.





Es de ahí donde surge la necesidad del arte, la necesidad de la poesía, de la pintura, de la escritura. Pues son esas las perlas de tu alma.

Siempre se me viene a la mente la idea del pintor de tinta chino.

Este personaje pinta de un solo trazo, expresión típica del zen, aquel paisaje que ha asimilado a través de la impregnación de los elementos que percibió de el cuando estuvo allí.

Impregnar, palabra que cada día me gusta mas, supone llegar a un sitio y dejar mancharse por lo que allí se produce.

Es como el olor de tu amada después de haber hecho el amor.

Luego en tu interior formas el paisaje, y lo expulsas en forma de una de esas perlas del alma.





Vaciar el alma supone recorrer las sendas de los paisajes de tu interior.








Epilogo.

Todo sucedió con la primavera.

Con esos instantes donde los sentidos se abren. Incluso allí donde estas distraído esta entra con su torrente de vida.

Eso es lo que tiene las fechas del despertar.

Entonces el interior deja de ser doloroso. Pasa a ser tan suave y ligero como una tarde, como el aire que corre, como las primeras carreras de los niños que vuelven locos a los padres.

Es una primavera donde todo sucede.

El alma mientras tanto carga las pilas de sus paisajes interiores.

El cuerpo se apresta a la luz, como si hasta entonces hubiera dormitado siendo tan solo un recipiente insensible a lo que contiene.





En estos procesos surge la meditación.

La meditación primero como una invitación a la vida, a esa vida que no es productiva económicamente y es ahí donde reside su importancia.

En la meditación, destaca sobre todo su sencilla tecnica. El mero abandono de mirar un bote y apretar la tripa encierra un viaje interior. Un recorrido por esas sendas del alma.

Ahondar en la respiración, encontrar tu ritmo de vida, sentir las líneas de energía que recorren tu cuerpo, percibir la paradoja, aunar los extremos en el universo, limpiar tu mente, sentir lo eterno del tiempo.

Todos estos instantes son aquellos que te dotan de una vida, de un proceso interior.

Mientras el tiempo pasa hoy llueve, pero se con certeza que me hallo en un tiempo de primavera.


...NO LE BUSQUES SENTIDO, NO LO TIENE, O NO. MIGUEL MOCHALES MAESTRO ZEN

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