Tres días de amor puro

Soy tu amante.  En mi tiempo lo soy pero ese tiempo no es todo el tiempo.  Para ser tu amante tengo que, verdaderamente serlo, en tu tiempo también.  Ahora dudo de mi, porque solo he vivido en mi tiempo y deseo ahora vivir mi tiempo en ti.  Será nuestro tiempo.  Ese tiempo es mi fe.  Será un tiempo de proscritos de toda nuestra soledad.  Las millones de reencarnaciones hasta que te halle.  Y aquí, en el final de esta vida. La que sabia que era la ultima, pensaba que mi existencia era solo una causa perdida porque no te podía hallar.  Solo podía orar tu nombre en mi alma y no en mi garganta porque no sabia como te habías de llamar.  Dolía no poder decir tu nombre.  Era que la garganta se atragantaba.  Había algo que no pasaba adelante y no saber a quien me dirigía me angustiaba.  Solamente este tiempo tiene un sentido y ha sido volverme puro para ti.  Para mirarte mas alla de todo este deseo que por ti siento.  Para amarte mas alla de tu cuerpo ante el que me derrumbo como un niño ante un sueño o un héroe que tuviera en frente.  Y mas alla de todo eso que me parece insuperable, te amo, te adoro y te venero. Amor saca amor. Mi fe, mi practica.  ...no le busques sentido, no lo tiene, o no. Miguel Mochales, maestro zen