Tres días de amor y un instante de locura

Hay muchas cosas sencillas.  Demasiadas cosas sencillas.  Pero todo debería ser sencillo. Sencillo e infinito.  Así te amo.  Es sencillo.  Te veo y tiemblo.  Quizás ese temblor sea lo mas parecido a no caber en mi. Y es infinito. Se que algo es mas infinito porque es y es mas bonito.  Ya no es solo. Es mas bonito.  Y de pronto te pido un mimo.  Y eso no lo sabia de mi.  Pero creo que mi amor en ti es de niño.  Y es por eso que mi niño, Miguel Angel, te pide mimos.  Y tienes muchos mimos que pagar.  Pero solo será si quieres.  Ahora atardece.  Siempre estoy solito pero si pienso en ti, estoy en paz.  Si me ves y has leído esto no esperes y mimame un poquito mas.  ...no le busques sentido, no lo tiene, o no. Miguel Mochales, maestro zen