entrenamiento zen, máximo rendimiento, tao, meditacion,dojo en madrid, practicar zen

Miguel Mochales

Miguel Mochales

martes, 27 de marzo de 2012

MiMo

No hay un tiempo.

Tu no estas.

Yo me fui.

Nos marchamos.

Del uno al otro.

Nos marchamos. Y ya no hay pretensión, ilusión o identidad.

Hay un cielo. Y lo toco. Suave como una paz en la que te bañas.

El prajna se envuelve de lazos cordiales de acompasada mítica belleza.

De esa luz los suspiros de un viento que envuelto de la cálida bruma del amanecer me narra poemas que te dedique.

Las personas caminan a una fe de silencio en luminaria promiscua.

El adviento del tiempo sagrado ha sucedido.

Se rompen en ese cielo las palabras no admitidas en los catecismos del pecado divino de la conjunción de nuestros cuerpos.

Solo la luz de una piedra de Gloria que llevo en el cuello me hace recordar que soy.

El universo danza osadamente con los silencios.

Renuncie a tener madre y ya no tengo cuerpo.

Ahora, renuncio a ti, y ya no tengo tiempo.

Ni muero, ni creo.

Es fácil soñar y adquirir consciencia de lo eterno.

Los DEMAS me tratan de manchar de tiempos de incomprensión pero es oración y comunión con el cielo, con el Padre.

Eso es todo.

Sin ti, sin mi, ahora se suspende el sonido de los verbos para solo dirimir tragedia en lo mas tierno.

La lucha es la necesidad de un tiempo acelerado.

Saberquesea.

Miguel

DvGp.

No hay comentarios: