Al fin que finja este fin la usura de la musa que usa la poesía del alma como excusa, me aparta.
No se hablar vivir o narrar mas no puedo jamas soñar en reparo que no me sea mas capaz de susurrar amor a quien amo, por torpe verbo e inseguro en mi te quiero.
Soy el cyrano de los cyranos, feo de cara y feo de verbo. No sea esto todo, todo lo que espero, no sea esto, que con esto, roto me quedo.
Como atrever a vivir si no amo, si aunque ella jamas a mi venga que sea al menos mi palabra quien la entretenga.
El maestro se le corto el corazón que de la pasión de su amor pudo beber el dolor impuesto de cualquier o corazón que se le acerco, que todos sepáis que solo la tristeza o la pena se depura con amor cortes de inmaculada belleza.
Mas si en mi no es destino tal que ya parece ser este estado cabal y aburrido de no ser ni amante, ni poeta no pueda merecer amar en amor la vida la serena sensación de tenerla que al menos una prosa poética con un sentimiento prometedor ella recuerda.
Nadie sabrá jamas a quien ame pues ahora, Miguel, ni lo sabré yo.
Te amo
Se que me amas
Este amor que no me atrevo a llamar humano
Y por dios temo, llamar divino.
Miguel
No hay comentarios:
Publicar un comentario